Buscando algunos datos sobre Lord Byron, para el libro que preparo, me encuentro con este poema, dedicado a su perro Boatswain:
Aquí reposan
los restos de una criatura
que fue bella sin vanidad
fuerte sin insolencia,
valiente sin ferocidad
y tuvo todas las virtudes del hombre
y ninguno de sus defectos.
Desde hace mucho tiempo he tenido perros, aunque solo uno de ellos ha sido el mío, el verdadero. Le gustaba correr hasta llegar a lo más alto y recortar su figura contra el cielo. Era un poema en movimiento, un escorzo, una belleza en la carrera. Era un enamorado fiel, un observador, un filósofo del tiempo en el reposo. Era la comprensión, el calor, la comunicación absoluta en las tardes sin prisa. Era la espera sin reproches, la alegría del reencuentro, el amor sin condiciones. Solo la mirada de un enamorado, que te contempla desnuda tras una noche de amor, se asemeja a la entrega de este animal, más que humano.
Aquí reposan
los restos de una criatura
que fue bella sin vanidad
fuerte sin insolencia,
valiente sin ferocidad
y tuvo todas las virtudes del hombre
y ninguno de sus defectos.
Desde hace mucho tiempo he tenido perros, aunque solo uno de ellos ha sido el mío, el verdadero. Le gustaba correr hasta llegar a lo más alto y recortar su figura contra el cielo. Era un poema en movimiento, un escorzo, una belleza en la carrera. Era un enamorado fiel, un observador, un filósofo del tiempo en el reposo. Era la comprensión, el calor, la comunicación absoluta en las tardes sin prisa. Era la espera sin reproches, la alegría del reencuentro, el amor sin condiciones. Solo la mirada de un enamorado, que te contempla desnuda tras una noche de amor, se asemeja a la entrega de este animal, más que humano.
Para mi amigo Ferrán