viernes, 20 de junio de 2008

HE VISTO AMANECER UN DÍA Y NO ES TAN BONITO COMO DICEN



Ya he hablado en este blog de mi tío Miguel, el que venció el capitalismo a la manera andaluza o, como decía Ortega y Gasset, reduciendo el debe en vez de aumentar el haber.
En el ambiente en que nací había verdadera pasión por el ocio y auténtica repulsa por el negocio. No se trataba de no trabajar, sino simplemente, hacerlo del modo y manera que te lo fuese pidiendo el cuerpo o dictando la inspiración. Visto desde fuera, quizá era una forma trasnochada de vivir de señoritos andaluces, arruinados lentamente por la caída de la agricultura y poco amoldables a los tiempos del capitalismo productivista. Pero nosotros no lo vivíamos así. Nos habían enseñado que la vida era, ante todo, una diversión. Un día sin risas, sin amigos, sin juegos, era un día perdido para la vida. Y no hablo solo de los niños porque los mayores se entregaban a esta forma de vida con mayor pasión aún. El dinero no tenía apenas importancia, y por el contrario, disponer de tiempo, de espacio, y no tener obligaciones era el mayor bien. Sin embargo, y a pesar de los esfuerzos por ocultarlo, el tiempo existía y no tenía ya la misma sustancia que en el pasado. Mi padre, volvía del casino algunos días con malas noticias.
- Vicente se va del pueblo, a Madrid. – decía con el mismo tono de voz e idéntica tristeza que se empleaba para anunciar la muerte de un amigo.
No sé cómo los niños habíamos percibido que todo estaba a punto de cambiar o, mejor dicho, que todo había cambiado ya a nuestro alrededor, solo que nuestros padres no lo sabían, y tampoco había que decirselo.
Por aquel tiempo, mi hermano, tras mucho rogar, había conseguido ir a un campamento de verano. La tarjeta postal que envió se convirtió en una especie de dicho familiar porque conectaba con el pasado de ese otium cum dignitate. Decía lo siguiente:
MAMÁ: HE VISTO AMANECER UN DÍA Y NO ES TAN BONITO COMO DICEN
Desde aquel entonces, todos nosotros hemos visto amanecer muchos días y, es verdad, que, no es tan bonito como dicen.