jueves, 5 de junio de 2008

MI AMIGA ES UNA IZQUIERDISTA: INMIGRANTES




- O sea, que todo era mentira –dice Ana, echándose para atrás en la silla.
- No, mujer, mentira no. Era campaña electoral –dice Alejandro, con un tono conciliador.
- Mentira para engañar a la gente de izquierda. Ese teatrillo en el que Zapatero reprochaba a Rajoy su postura sobre la inmigración…
- Es que, al final, la realidad se impone. Y, afortunadamente, el gobierno está teniendo sensatez –Alejandro habla como quien quiere conformar a un niño.
- Te veo contento, ahora, con el gobierno de Zapatero –dice Ana con una sonrisa irónica.
- Contento no, pero reconoce que están haciendo las cosas de otra manera.
- O sea, más de derechas. Lo que me faltaba es que el “gobierno de la alegría” vote echar a los inmigrantes, por las buenas o por las malas, e incluso a los niños…!qué pasada¡
- No comprendo por qué lo ves mal…Poneis el grito en el cielo por cualquier cosa. Igual que con el contrato de integración, Zapatero ya ha reconocido que quería llevarlo a cabo pero que se le adelantó Rajoy y tuvo que decir que no.
- El PSOE y sus dobles discursos…Ahora, más miedo, más represión, menos derechos humanos para los inmigrantes…
- No seas romántica –dice Alejandro- los inmigrantes estarán aquí, en la medida en que nos hagan falta. Y punto.
- Los inmigrantes están aquí porque no pueden vivir en su tierra. Nada de “y punto”. No vas a contener el rio con las manos. Lo único que quereis es criminalizarlos, meterlos en un ghetto, alimentar los argumentos más bajos de la sociedad…
- ¡Ya estamos con la poesía…¡ En vuestras posiciones solo están los poetas y los titiriteros.
- ¡Habló Jiménez Losantos…! Por cierto… ¿quién cuida a tu madre enferma y quién lleva tus niños al colegio?
- No sé por qué me lo preguntas, ya lo sabes –Alejandro habla como recitando-Unas inmigrantes magníficas, que por cierto, todavía no he conseguido legalizar.
- Ahora estarán más asustadas…podrás pagarles menos.
- O llamar para que me las legalicen…a fin de cuentas son “mis inmigrantes”- dice Alejandro, mientras apura el café- ¡Qué bruja eres! Sacas lo peor de mi.
- Porque lo tienes.