Hace ya algunos años Gaspar Zarrias anunció en una comparecencia que Canal Sur estaría presente en todas las plataformas digitales y en todos los formatos de difusión. Le contesté (y perdonen la autocita) : “¡qué vergüenza…ahora nos van a ver en todo el mundo!
El universo de los tópicos no es en si despreciable, incluso algunos de ellos reflejan ciertas acuñaciones culturales y estéticas. Hay tópicos sobre Andalucía realmente insultantes y desgraciados: el de la pereza, la superficialidad, la falta de carácter ante las injusticias. Sin embargo hay otros tópicos andaluces positivos como la creatividad, las ganas de vivir, el alto valor que damos a la convivencia con los demás, la finura estética…Pues bien, Canal Sur se ha especializado en los tópicos más zafios y ridículos de todos aquellos que componen el imaginario andaluz. Parece una cadena dirigida por los nietos de Álvarez Quintero pero en su versión más aldeana y ordinaria.
Entre emisiones y repeticiones, -salvo honrosas excepciones- da igual la hora en la que conectes con la cadena, siempre encontrarás un programa de chistosos que repiten “chascarrillos” de los años cuarenta, cuando no son unos niños que han perdido su condición infantil para convertirse en una especie de monstruos de feria, enanos de la copla y de la gracia (¿quién los protegerá de este “éxito” infantil?). No hay, para Canal Sur más música que la copla, más diversión que el chiste, más representación de Andalucía que el tipismo más rancio. Los creadores y productores que intentaron hacer otro tipo de programación ya hace tiempo que ni siquiera se acercan por la cadena.
Eso sí, cuando pasan a los programas serios -es un decir-, a los informativos, el acento andaluz está desterrado y Andalucía se puebla de modernidad, de avances tecnológicos y de proyectos “punteros”. Incluso, de vez en cuando, aparece algún político (de los que mandan mucho en Canal Sur) indignado por el tópico que tal o cual político catalán o madrileño ha empleado contra Andalucía.
Es un sueño de ida y vuelta. El pueblo andaluz sueña que es tan moderno como dicen sus informativos y el poder político sueña que los andaluces somos tan zafios como nos presentan en su programación.
El universo de los tópicos no es en si despreciable, incluso algunos de ellos reflejan ciertas acuñaciones culturales y estéticas. Hay tópicos sobre Andalucía realmente insultantes y desgraciados: el de la pereza, la superficialidad, la falta de carácter ante las injusticias. Sin embargo hay otros tópicos andaluces positivos como la creatividad, las ganas de vivir, el alto valor que damos a la convivencia con los demás, la finura estética…Pues bien, Canal Sur se ha especializado en los tópicos más zafios y ridículos de todos aquellos que componen el imaginario andaluz. Parece una cadena dirigida por los nietos de Álvarez Quintero pero en su versión más aldeana y ordinaria.
Entre emisiones y repeticiones, -salvo honrosas excepciones- da igual la hora en la que conectes con la cadena, siempre encontrarás un programa de chistosos que repiten “chascarrillos” de los años cuarenta, cuando no son unos niños que han perdido su condición infantil para convertirse en una especie de monstruos de feria, enanos de la copla y de la gracia (¿quién los protegerá de este “éxito” infantil?). No hay, para Canal Sur más música que la copla, más diversión que el chiste, más representación de Andalucía que el tipismo más rancio. Los creadores y productores que intentaron hacer otro tipo de programación ya hace tiempo que ni siquiera se acercan por la cadena.
Eso sí, cuando pasan a los programas serios -es un decir-, a los informativos, el acento andaluz está desterrado y Andalucía se puebla de modernidad, de avances tecnológicos y de proyectos “punteros”. Incluso, de vez en cuando, aparece algún político (de los que mandan mucho en Canal Sur) indignado por el tópico que tal o cual político catalán o madrileño ha empleado contra Andalucía.
Es un sueño de ida y vuelta. El pueblo andaluz sueña que es tan moderno como dicen sus informativos y el poder político sueña que los andaluces somos tan zafios como nos presentan en su programación.