domingo, 28 de diciembre de 2008

LLUVIA DE CENIZA SOBRE EL CORAZÓN



La historia se ensañó con ellos. El pueblo elegido de Dios se convirtió en la diana del odio de los humanos. Atravesaron siglos y territorios. Padecieron razzias, asaltos, infinitos exilios. Consiguieron llegar al siglo XX y, dispersos, se creyeron a salvo. Dieron sus mejores frutos en ese paréntesis histórico. Los buitres del nazismo cayeron sobre ellos en misión de exterminio. Y se agotaron las lágrimas de contemplar tanto horror.
Ahora repiten historia al otro lado del espejo, en el lado oscuro. Las empalizadas de alambre espino se levantan contra el pueblo palestino. Los ghettos, la escasez, la miseria, son ahora instrumentos que utilizan para defender su “espacio vital”, como Hitler argumentó el suyo. Los exilios han quedado al otro lado y, de noche, se hacen acometidas salvajes que dejan paisajes de terror, tan similares a los de otros tiempos que el alma se sobrecoge.
Mueren niños, soldados, mujeres, presos, enfermos. Se planifican escarmientos ejemplares. El dolor es ajeno. Como el que sentían los carceleros de Auswitch en sus cómodos refugios mientras fuera, una lluvia de ceniza caía sobre los campos, poniendo fin a toda esperanza humana.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

FELIZ NAVIDAD

No es tan malo felicitar las fiestas, ni reunirse con los amigos, ni siquiera tener fecha fija para la reunión familiar. No es malo desear algo bueno a los que se quiere, ni acordarse de ellos, ni echar de menos al que no está. Lo malo son las prisas, la obligación de felicidad, la alegría ligada al consumo. Todo lo demás, es la infancia, el tiempo sin tiempo, largas mañanas de invierno y cálidas noches. A todas y todos los que quiero -que afortunadamente son muchos-, Felicidades.

TÓPICOS DE NUEVA YORK (Y 3)



Empecé hablando del lenguaje universal del arte y acabé hablando de la inmigración. Retomo el hilo del discurso. Solo nos salva de ser extranjeros el lenguaje universal de ciertas artes y, por desgracia, no la literatura, ni el teatro, ni el cine –aunque sus imágenes nos compensen. Nueva York sigue siendo la capital de los movimientos artísticos. No hablo de sus cuidados museos, ni de sus maravillosas galerías, sino de todo un vivero de actividades, de movimientos que resultan contagiosos. Si te paseas por la calle Sullivan en sábado y domingo podrás ver exposiciones callejeras que harían palidecer de envidia a muchos de nuestros pintores. Pero es el mundo de la música el que me ha fascinado.
Nuestro apartamento estaba situado en Bleecker Street (esquina Sullivan y MacDougal). Sin saberlo nos habíamos instalado en el centro de los clubs de música en vivo de la ciudad. Por el módico precio de 5, 10 o 15 dólares, se te abrían las puertas de alguno de los mejores garitos de Nueva York. En el mítico “The Bitter End”, -donde comenzaron su carrera Bob Dylan y Patty Smith, entre otros-, cada noche actuan cuatro o cinco grupos de todo tipo de estilos, especialmente rock americano. A su lado el “Terra Blues” te ofrece grupos de esta modalidad. “Back Fence” es el rey de los songwritters; el mítico “Blue Note” se dedica al jazz con sello propio. Hay muchos otros locales, abundan los grupos dedicados a versiones, no de grandes éxitos, sino de buenas canciones como el “Café Wha”, “Red Lyon” o el algo más discotequero “Poisson Rouge”, donde, sin embargo, pude ver una extraordinaria actuación de bluegrass. Si quieres actuaciones más conocidas, algo más lejos, en el Bowery Ballroom, tienes una oferta espectacular.
La cercanía de estos garitos nos hizo entablar una familiaridad inesperada. Bajábamos a escuchar música a todas horas con cualquier pretexto. Había músicos jóvenes y viejos. Vi transfigurarse en escena a muchos de ellos: un tímido gordito se revelaba como un batería excepcional, un hombre mayor de cara ajada y antipática, se convertía en un showman en escena, una veinteañera exuberante tocaba el violín como los ángeles, un jovencísimo cantante dominaba cinco instrumentos. Es un arte sin edades y sin límites. La mezcla de toda la música europea, de irlandeses, italianos, polacos, con los ritmos africanos, latinos, hindúes, han operado una base musical que parecen haber aprendido sin esfuerzo. La música se contagia, se entiende, dialoga entre si, de alguna forma que no conocemos. La creación surge del cambio y del contagio, nada que permanece inmutable puede generar nuevos frutos, -me digo a mi misma.

TÓPICOS NUEVA YORK 2


Los aficionados a la literatura y, en general a todas las artes que tienen relación con las palabras, pensamos que es una patria común. Sin embargo, cuando atravesamos las fronteras nos damos cuentas de que, en general, vivimos en una tierra prestada. Muy cerca de nuestro apartamento en Nueva York , Philip Roth celebraba una entrevista-diálogo con el público -un género al que son muy aficionados los americanos- y a la que hubiera sido inútil asistir porque nuestro dominio del idioma no da más que para conversaciones existenciales -¿dónde? ¿cuándo? ¿cuánto? ¿porqué?-. Sin embargo, el resto de las artes no tienen fronteras. La arquitectura, en su silencio, cuenta la historia de las ciudades, sus triunfos, sus derrotas, sus cicatrices. En Nueva York la historia se cuenta trompicones, a impulsos inconexos que, con el paso del tiempo ha adquirido una gramática común.
La zona cero ha sido piadosamente clausurada para que nadie vea el terrible costurón del imperio. A pocos pasos se levanta la primera catedral del mercantilismo mundial, Woolworth y poco más allá, en una calle que no es más ancha que una callecita provinciana, se levantan los edificios de Wall Street. Junto a sus innumerables puestos de comida, viendo entrar y salir a los conocidos broker, te preguntas si realmente allí está el resorte de la economía financiera mundial. En algunos de los edificios que admiras, como el Lipstick, se gestaba el monumental fraude de Madoff, unas calles adelante el soberbio edificio Citigroup anuncia el despido de más de 50.000 trabajadores. Desde los altivos rascacielos sube una exigencia de dinero público con la amenaza de derrumbarse sobre la ciudad. Mientras te acercas –a cada paso más bello- al edificio Chrysler, te preguntas si estás viendo el principio y el final de esta historia, del sueño americano de la prosperidad infinita, de la ganancia ilimitada, de la altura inconcebible…Abajo la multitud, - que no es masa, sino singular, particular, individual, diversa- te ofrece un discurso opuesto a las cúpulas que acabas de visitar. Los pequeños comercios, las minúsculas cafeterías, disputan incluso los espacios del urbanismo más exclusivo. Contemplan con indiferencia las peticiones de ayuda al sector automovilístico, porque en su mayoría ni tienen ni quieren coche. Se desplazan en metro y, sobre todo, a pie. Son los que menos energía consumen y derrochan de Norteamérica, han conquistado espacios públicos y jardines por toda la ciudad y son tremendamente partidarios del gasto social. Casi el cuarenta por ciento de sus habitantes han nacido fuera, por eso no llaman a nadie forastero, y se dicen neoyorkinos al poco tiempo de vivir aquí. Mientras el gobierno socialista en nuestro país aprueba nuevas medidas para hacerle la vida imposible a los que han venido a nuestra tierra, pero seguimos pensando que ellos son los altivos y nosotros los solidarios...

domingo, 21 de diciembre de 2008

TÓPICOS DE NUEVA YORK (1)


















-"Dejaos de bromas –increpé tajantemente a mi hermano y a Antonio a nuestra llegada al Aeropuerto JFK-. Contestad a lo que os pregunten mirando directamente a los ojos y no hagáis tonterías”.
Estábamos en la cola de control y los dos bromeaban con el parecido de la policía que nos escoltaba con Woopy Goldbert. Todos los amigos me habían advertido que pasaríamos varias horas enredados en los trámites de entrada y yo había visto en los documentales que las bromas en los aeropuertos americanos se pagan muy caras.
Los policías, sin embargo, se limitaron a mirar los pasaportes y a grapar la hoja de entrada en el país en menos de diez minutos. Todavía sin creerlo nos dirigimos a la salida para tomar un taxi. Agarrábamos fuertemente nuestros bolsos, lamentando no haber sido lo suficientemente previsores para ocultar nuestros contados dólares en la ropa interior. “Procurad que el taxista no sea un pakistaní –nos habían dicho presuntos expertos- porque os dará vueltas por la ciudad y cobrará una fortuna”. Unas policías negras enormes y mandonas (una especialidad netamente neoyorquina, de las que en los días siguientes descubriríamos su amabilidad protectora y su sentido del humor) ordenaban el pequeño caos y hablaban un inglés irreconocible, arrastrando sílabas, abriendo inmisericordemente las vocales, comiéndose las consonantes. Nos colocaron en un taxi con un papel en la mano que me apresuré a leer en la oscuridad y en el que se especificaba que la tarifa al aeropuerto era “flat”, o sea, plana y que no te podrían cobrar más de 45 dólares.
A las ocho de la mañana del día siguiente salimos a descubrir Nueva York, mapa y cámara de fotos en ristre. Estábamos en pleno centro de la ciudad y esperábamos un gentío apresurado. Sin embargo, las calles estaban casi desiertas, los comercios no abrirían hasta varias horas después. Algunos carritos de comida empezaban a desplegar su mercancía porque más que la ciudad que nunca duerme, Nueva York es la ciudad que siempre come. Arriba y abajo de la calle Broadway divisamos los bosques de rascacielos. Por medio, centenares de bellos edificios decimonónicos, con una inconfundible mezcla industrial y modernista. Las vanguardias arquitectónicas de los últimos 150 años al servicio de la utilidad americana y actualmente mimados, como solo los que tienen poca historia pueden hacerlo.
Perdemos el rumbo en alguna de las relativamente escasas calles con nombre, más abajo de la cuadrícula West-East y Up-Down. Nos detenemos ante una boca del metro donde un negro solitario, escucha música y canta en voz baja. Nos indica la dirección y, consciente de nuestro desconcierto, se ofrece a acompañarnos.
¿Es esto Nueva York –nos preguntamos-, esta mezcla de modernidad y provincianismo, esa amalgama de altas finanzas y populismo, de movimiento y amabilidad? Caen uno tras otro los mitos que habíamos interiorizado: la puñalada en el metro, la indiferencia ante el dolor, la agresividad y la prisa. Si Lorca volviera, sus ojos contemplarían nuevas angustias, quizás no en los negros de Harlem, sino en los latinos del Bronx.

jueves, 18 de diciembre de 2008

AUSENCIA


No sé si me habéis echado de menos. Algunos amigos saben que la razón de este largo silencio es que he estado fuera de nuestro país, realizando un viaje que soñaba desde hace tiempo. No lo advertí en el blog porque había contratado un teléfono con internet de tarifa plana y pensé (tonta de mi) que estaría disponible en Nueva York. Lo estaba, pero al increíble precio de 12 euros el minuto de conexión, con lo cual mis planes de actualizar el blog desde la distancia se frustraron drásticamente.
Todavía estoy golpeada por el cambio horario y por el bombardeo de imágenes y sensaciones que ha supuesto este viaje, pero enseguida me pongo a ordenar este caos y escribir mis impresiones de este recorrido. Tuve la suerte de ver a Ray Davis, fundador de los Kink. Os dejo su canción "Sunny afternoon" especialmente dedicada a Ferrán, que pensaba me había tragado un bucle del tiempo.

jueves, 27 de noviembre de 2008

PERSPECTIVA


La vida es un misterio que no puede revelarse. Lo vas comprendiendo con el tiempo junto con la discreción necesaria para callarte. Con el paso de los años se te van desvelando secretos que no podrás contar a nadie. Si rompes esta regla y los desvelas, parecerán vacíos, desprovistos de sentido, como un sueño mal contado. A nadie servirá tu experiencia, ni tu conocimiento del camino. Si te empeñas en hacerlo te harás pesada, aburrida; los jóvenes te escucharán sin atención: los de tu generación con una leve mirada de desaprobación por sacar a la luz ese territorio; los mayores no desean saber nada más, su copa de conocimiento está repleta y no quieren ser molestados ahora que han vuelto a apreciar lo más elemental, sin filosofías ni palabras que lo adornen.
Dicen que las últimas palabras que pronunció Bécquer fueron “Todo mortal” y quizá no hablaba del vacío, ni de la decepción de su búsqueda de permanencia, sino del secreto.
Mi padre, algunos días antes de morir, nos dijo que nunca había caído en la cuenta de que se hacía viejo, solo en el hospital, enfrentado cara a cara a la enfermedad, se miró las manos y comprendió que el tiempo había pasado.
Nos engaña una continuidad ficticia. Nos miramos al espejo y este nos refleja, no el paso del tiempo, sino una imagen intemporal, persistente, en realidad eterna. Y, sin embargo, la vida nos hace entender en la cabeza cana del amigo, en los surcos de su cara, el misterio. Un secreto que nada tiene que ver con el aspecto físico, sino con una nueva comprensión íntima, que no vas a contar ni a escribir. Le pregunté a un amigo cómo se sentía al cumplir los cincuenta años y me ofreció esta imagen: “es como si hubiera acabado de subir una montaña alta. Estoy cansado por el esfuerzo y, a la vez, satisfecho de haber hecho el camino, pero lo más importante es que desde aquí puedo contemplar todo el paisaje”. Una visión completa y solitaria.

martes, 25 de noviembre de 2008

NUEVO CÓDIGO DE CIRCULACIÓN


Ferrán Gallego nos cuenta lo siguiente:
Hay un cartel en una plaza de México DC que no tiene precio. Los materialistas, en México, son los conductores de camiones de mercancías. Pues bien, un cartel advertía. "Prohibido a los materialistas aparcar en lo absoluto"...Vaya, pobre Marx ¿no?
Inspirado en este cartel nos envia este código de circulación:

"Se prohíbe a los marxistas circular, ni siquiera por los arcenes"
"Rigurosamente prohibido superar el límite de ilusión prescrita"
"Zona reservada para conspiraciones de pasillo";
"Terminantemente prohibido pensar de uno en uno y, sobre todo, pensar colectivamente. El ministerio de control de tráfico de ideas resuelve, para simplificar el mensaje, que está prohibido pensar"
"Adelante siempre por la derecha, deje libre la calzada de la izquierda para vehículos oficiales"
"Si piensas, no conduzcas un proyecto de izquierdas"
"Es obligatorio el cinturón de castidad ideológica"
"Mantenga la distancia de seguridad con la base de la organización"
"Atención, zona de niebla: se acerca una asamblea"
"Hágase el ITV (inspección de totalitarismo visionario) en los periodos fijados";
"Compruebe que sus frenos están preparados para detener cualquier idea nueva"
"Procure circular con la luz roja de la reserva de energía en su panel encendida"
"En caso de colisión con la realidad, abrácese al airbag-burka que le proporcionará la dirección: ni ver, ni dejarse ver”
"Recuerde utilizar los chalecos reflectores cuando se enfrente a la dirección"
"Compruebe que sus ruedas están cargadas de vacío antes de emprender un viaje estratégico"
"No se distraiga conversando con los compañeros: cualquier intercambio de ideas podría causar un accidente"
"Mire a su derecha y a su izquierda para asegurarse de que no hay nadie, antes de decidir que es un buen sitio para tomar decisiones viarias"
"Ahorre energía: procure circular por debajo de sus esperanzas"
"Tenga el mejor seguro a todo riesgo: no saque el proyecto del garaje"
"No haga trayectos largos: descanse y eche a la familia del vehículo cada cinco o seis años"...
y SOBRE TODO..."No suba a desconocidos a su coche, pase de largo..."

sábado, 22 de noviembre de 2008

EL DÍA QUE MURIÓ FRANCO


Cuando murió Franco yo era excesivamente joven, si es que se puede ser joven en ese grado. Creía que estudiar, aprender, leer era el privilegio de mayor rango. De hecho todavía lo pienso. Lo único que me desagradaba de la política era que me arrancaba de los libros; lo mejor, que me refrescaba con un azote de realidad que yo no había conocido.
Los días anteriores a su muerte, los mayores –y creía que entonces más avanzados- brindaron con champagne durante días por la muerte del dictador. Yo entonces no bebía nada pero sonreía ante sus esperanzas. Volvía pronto a casa cada noche, a las diez en punto, porque según los padres de esa época el sexo y la perversión asomaban sus ojos a partir de aquella hora invernal. Volvía a mi hora pero ajena. Mi padre rogaba para que todo siguiera igual, yo para que todo cambiara y se abriera un mundo nuevo.
Recuerdo la mañana de la muerte de Franco, llena de sonrisas y de complicidades. Inexplicablemente no ocurrió nada. Todo era un compás de espera, como si la historia se escribiera sola. Queríamos noticias, novedades, y solo nos llegaban chismes, conversaciones de salón disfrazadas de sesudos análisis políticos. En casa el miedo se había instalado y las normas se volvieron más rígidas. Mi esperanza, sin embargo, era mayor.
Durante meses nada sucedió. Los estudiantes hacíamos pintadas y carteles. Alguno moría en un “coletazo del régimen” que nos partía el alma. Pero, en general, el tiempo era de espera.
Un día tuvimos un acto en el Colegio de Doctores y Licenciados y un profesor, al que confesé mi decepción, me dijo:
· No te preocupes. Las cosas van a cambiar, pero con otro ritmo. Ya lo tienen todo decidido.
· ¿Quiénes?
· ¿Quién va a ser? La casa real… los americanos… Europa. Va a haber una reforma pactada.
Durante algún tiempo aquello me afectó mucho. La gente de la calle no contaba para nada, los principios innegociables caían al suelo. La vida no iba a cambiar, no iba a haber un estallido de color y libertad.
Hoy estamos perdiendo la memoria vital de esos años de la transición. Nos cuentan y falsifican la historia. No me gustan los documentales de dictadores moribundos, las crónicas detalladas de sus últimos días. Hay en ellas un fondo de humanidad que nos iguala, nos equipara. Aquel tiempo no tenía el color sepia con el que se emite. No había un rey con un fondo democrático.No era tampoco un episodio de Cuéntame. Era un tiempo contradictorio, de colores intensos. En blanco y negro sólo vivían los partidarios del régimen. El resto éramos color, fantasía y, quizá, -como apunta Ferrán- mucha ingenuidad.

jueves, 20 de noviembre de 2008

MI AMIGA ES UNA IZQUIERDISTA


El día está indeciso: temperatura primaveral y cielo de invierno. En Sevilla el otoño es una estación extraña a la que solo define un cambio de luz. Ana está sentada junto al ventanal del bar. Dicen que el asiento que se elige –cuando hay espacio disponible- en un bar o un restaurante, nos delata el carácter de quien lo escoge. Ella ha elegido un lugar que le permite dominar el conjunto de la cafetería y el exterior. Al escoger este asiento obliga a que Alejandro, cuando llegue, tenga forzosamente que situarse de espaldas al bar y casi de cara a la pared.
- Vienes algo tarde –le dice Ana- ¿estás muy ocupado?
- Sí. Es que estoy refundando el capitalismo –sonríe él.
- Te veo contento.
- No te creas, pero hay que adaptarse a los tiempos...¿qué remedio? –dice mientras encarga un café bien cargado- Vengo de la Consejería de Obras Públicas porque ahora, el único clavo al que agarrarnos es a la inversión pública.
- Ah, yo creía que ya habías superado al Estado.
- De momento lo necesitamos –se ríe Alejandro- porque la actividad privada está casi paralizada.
- ¿Por qué no bajáis el precio de las viviendas que tenéis terminadas?
- No lo descartamos. Ya veremos en el futuro, pero de momento prefiero regalarlas a hacerlas VPO. Lo que sí hemos decidido es bajar el precio de las obras y, la verdad, es que se están haciendo a mitad de precio.
- ¿Y quién paga esta bajada?
- Vaya, pues estamos ganando menos todos: los contratistas, las empresas, los proveedores...
- Y los trabajadores, ¿no? Me apuesto a que cuando la cadena de descuentos llega al último ya casi no quedan ganancias. Y para qué hablar de los inmigrantes.
- ¿Ves cómo no te enteras? Los inmigrantes casi han desaparecido de la construcción en Andalucía
- ¿Y dónde están? –pregunta ella.
El amigo de Ana no contesta. Mira la plaza que se extiende ante el bar. Definitivamente es un precioso día de otoño.

martes, 18 de noviembre de 2008

CONTRA LA SOLEDAD


El anterior artículo (post, dicen en lenguaje bloguero) ha suscitado una interesante polémica. Os recomiendo leer los comentarios porque la mayor parte de ellos me parecen mejores que mi texto.
Mi esperanza y mi ordenador han hecho crack al mismo tiempo. Algún pirata (aunque no, no merece esa palabra tan cargada de literatura) ha mandado un virus que ha destrozado el sistema operativo (el de mi ordenador, me refiero; del otro se ocupa el tiempo y las ausencias). Mientras recupero la normalidad, os pongo este poema de Javier Egea, que definió la poesía como "pequeño pueblo en armas contra la soledad". Da nombre al libro "Paseo de los Tristes"

Entonces,
en aquella ciudad
o en la intuición primera, vaga, de su cuerpo,
el pensamiento aún flotaba en bucólicos careos,
en versos aprendidos sin historia
y no era posible amar
entre unas calles donde todo era sucio,
carne sin brillo,
cuando aún en el mar, la nube y las espigas
sin historia y sin tiempo,vanos,
estábamos durmiendo
o ignorando
esa gota de sangre que cuelga del amor
-su blanco cuello herido-,
ignorando la clase oscura en que nacimos,
sin consciencia de naves hundidas,
de rubios naúfragos,
condenados a vivir
una historia perdida
de explotación y soledad, de muerte enamorada,
sin saberlo.
Y sin embargo,
entre los autobuses, el gentío,
en la dulce ignorancia,
fue creciendo una luz
que nos hizo sentir un crujido brillante
después que allí, en la sórdida pensión
donde siempre se asilan viajeros sin destino,
gentes oscuras,
en un lugar sin esperanza,
dos cuerpos se sintieron indefensos
sudando en el asombro de la primera felicidad.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

EL EXILIO DE LUIS GARCIA MONTERO


La ideología de la sospecha es sumamente querida por aquellos que practican el resentimiento. Si alguien, con una postura de izquierdas, triunfa en la sociedad actual será inmediatamente tachado de traidor y de vendido. Stalin fue un mago en la utilización de este principio. Cuando se acabó la II Guerra Mundial y volvieron a sus países algunos de los militantes comunistas que habían vivido las atrocidades de los campos de concentración, Stalin no dudó un momento: si habían sobrevivido al horror del nazismo era porque, de alguna forma,habían colaborado. Por tanto, envió a los campos de concentración soviéticos, o directamente a la muerte, a los que tuvieron la suerte de sobrevivir al horror nazi.
El profesor Fortes aplica esta dialéctica a todo su discurso crítico: si algún escritor obtiene un importante éxito editorial es porque se ha vendido o porque -aunque pueda parecer lo contrario- esconde una ideología burguesa e incluso fascista. Así, la figura de Lorca representa “el nacionalsocialismo” y su muerte, por tanto, es una anomalía histórica.
Lejos de crear nada, el profesor Fortes destruye obras, reputaciones, historias vitales con la certeza de ser un gran inquisidor de las letras.
Tardó demasiado Luis García Montero en reaccionar frente a este acoso continuado; encogió los hombros ante las acusaciones de ser un “vendido al capitalismo”; se enfadó ante los insultos a su familia y estalló cuando hizo circular que el suicidio de Javier Egea se había producido por culpa de su traición a los ideales revolucionarios (como si no supiéramos todos la larga búsqueda de la muerte que había iniciado desde su juventud). Ahora un juez castiga a Luis García Montero por haber llamado públicamente perturbado a este profesor. En respuesta, Luis ha anunciado que abandona la docencia en la Universidad de Granada, en una especie de exilio intelectual voluntario que tiene la virtud de poner de relieve la injusticia de la sentencia pero también la indefensión de la razón.
No sé por qué intuyo que en esta decisión pesa tanto la victoria judicial del verdadero agresor como la indiferencia de una comunidad universitaria que tampoco tolera en exceso el éxito literario o el reconocimiento externo de su profesorado. Es la misma Universidad que regateó, durante años, la cátedra al mejor y más genial crítico de la literatura: Juan Carlos Rodríguez. Pero, perdón, de esto no se habla, es el tabú universitario, lo callado, oculto en la escalera del escalafón. El resultado es que la Universidad de Granada, en la que tanto he aprendido, no contará con el lujo de este gran poeta en sus aulas.

jueves, 6 de noviembre de 2008

HOMBRE NEGRO EN CASA BLANCA



Los que pertenecemos a la izquierda crítica del sistema, nos privamos de tener muchas alegrías. Es lo que tiene.
- Oye, ¡qué bien lo de Obama! –le comento alegre a un compañero.
- Pues no sé. Yo le he preguntado a mi mujer esta mañana si ya ha terminado el bloqueo de Cuba y me ha dicho que no, así que me da igual
Lo intento con otro compañero que me parece más razonable:
- Bien lo de Obama, ¿no?
- Bueno…-carraspea antes de encontrar su argumento-. No va a cambiar nada, ya verás.
Le digo que por fin se acaba la era Bush y que ha habido un verdadero suicidio de los neoconservadores.
- Si –me contesta- pero no hará nada. Todo se quedará en discursos electorales. O no querrá hacer nada y habrá engañado a la gente; o intentará hacerlo y no se lo permitirán.

Difícil argumento de rebatir: los finales infelices, la desesperanza avalada por decenios de experiencia, el peso de los poderosos, la flaqueza del poder político ante ellos.
- Pero algo mejor irán las cosas, más protección social, menos guerras, más políticas medioambientales –defiendo mi esperanza.
- ¡Qué ingenua eres! –me sonríe, cuando en realidad quiere decir que me dejo influir por la propaganda del sistema.
Vuelvo a mi casa y busco las imágenes del éxito de Obama en Chicago. Escucho su verbo contenido, su discurso no electoral sino histórico. Pero sobre todo veo jóvenes entusiasmados, blancos sacudiéndose la historia infame, negros llorando lágrimas contenidas durante siglos, emoción activa, como si un tiempo nuevo acabara de estallar. Y pienso que la verdadera ilusión del cambio está en la calle, en un pueblo que ha decidido alterar el ciclo de la historia, que en vez de dominio, superioridad, guerra han decidido hablar de paz, de igualdad, de derechos. No veo un simple cambio político, sino un profundo cambio cultural, civilizatorio. La emoción que manifiestan no pertenece al líder, al presidente, sino a ellos mismos que han provocado una mutación histórica y han dejado sin palabras a la América profunda.

lunes, 3 de noviembre de 2008

IU Y EL ACCIDENTE DEL CHALLENGER





En 1986 el transbordador espacial Challenger se desintegró, con siete tripulantes a bordo, pocos segundos después de su lanzamiento. Desde entonces se vienen investigando las causas de este accidente, así como de algunos otros tan terribles como Chernobil o el incendio de la estación de King Cross. Los estudios más avanzados, como el de Vaughan, no se detienen solo en los fallos técnicos sino en los fallos del sistema y de la organización social que les dieron origen.
Resumo sus conclusiones:
1.- La teoría del responsable individual o del chivo expiatorio, no solo no explica los accidentes sino que es el campo de cultivo de nuevas catástrofes. “Es mucho más fácil señalar la responsabilidad individual de un accidente que estudiar y, por tanto, modificar, los fallos de la organización y del sistema”.
2.- En la práctica, ninguna catástrofe responde a una sola causa, sino a una cadena de errores y de fallos en la organización. En todos los casos no hubo una única decisión para hacer algo mal sino, en su inicio, una serie de aparentemente inofensivas decisiones equivocadas.
3.- Hay una norma que debe seguirse para la investigación y es llegar tan lejos en el tiempo como sea posible para identificar las causas del accidente. Reducir el tiempo a los últimos acontecimientos es una forma de ocultar los verdaderos motivos y las relaciones que los produjeron.
4.- En todos los graves accidentes, se silenciaron, se evitaron o se minimizaron los “sectores críticos” del sistema que alertaron de riesgos o fallos. Así, en el caso del Challenger, en vez de preguntar a los ingenieros si el despegue era seguro, retaron a los ingenieros “díscolos” a probar que no lo era y prescindieron de su presencia en las decisiones finales.
5.- Los investigadores han demostrado en el caso del Challenger, que lejos de haber habido errores individuales, omisiones del protocolo e incumplimientos, fue precisamente seguir estas al pie de la letra (con todos los errores acumulados) los que desencadenaron la tragedia. “No fueron los calculadores y amorales managers, violadores de reglas quienes fueron responsables de la tragedia: Fue la conformidad” –concluyen.
Este fue el diálogo que mantuvimos durante la Asamblea Andaluza Manolo Lay, Felipe Villa (y otro compañero que imperdonablemente no consigo recordar), mientras el proyecto de inicial de IU se hacía añicos entre acometidas personales, gritos y simplificaciones políticas.

martes, 28 de octubre de 2008

Tiempos modernos 2

Este es un comentario de Ferrán Gallego:


"Uno no sabe si a Simone le fue bien o le fue mal su emparejamiento difuso, valiente, sin convenciones y sin tener que justificar ante nadie un amor tan especial como el que se desborda en la "ceremonia..." tan dura, tan carnal, tan orgánica para explicarnos la decadencia y la muerte. La pérdida progresiva de alguien a quien se quiere de una forma muy difícil. ¿A alguien le va de verdad querer de forma sencilla? Bueno,hay quien está tan a gusto en la inercia y en el bloqueo de los deseos, en ponerle puertas al campo de la experiencia individual que se vive en pareja. Digo si no sé si aquello fue bueno para ella porque siempre estuvo Sartre y ella no detrás, sino al lado, que puede ser otra forma de estar a medias. Escribió una novela lúcida, pero demasiado de tesis, "Los mandarines", y diseccionó el pensamiento político de la derecha en cien páginas. Nos trajo ´la historia de una joven burguesa y continuó mezclando la imaginación con la realidad, la realidad con el deseo. La quiero por los mismos motivos por los que se la odia. Por los mismos motivos por los que se la ridiculiza, a ella y a Sartre, presentados como comisarios políticos del comunismo cuando ni siquiera militaban en el PCF, habían montado el RDR y los seguidores de Zdánov, los celadores de la ortodoxia de la Kominform (los Casanova, los Kanapa), llamaban el batracio mecanógrafo a Sartre. Les colgaron la bicha de no haber comprendido a Camus, cuando no hicieron más que recordar las insuficiencias filosóficas del genial moralista en su respuesta a "l'Homme Revolté", que Camus, por cierto, les exigió, cuando ellos preferían callarse. Les presentaron como una pareja de vicioso concubinato, de condescendiente trato vejatorio a los jóvenes desde un altar falsificado. Les llamaron al orden cuando hablaron de Argelia, prefiriendo las suaves condenas de Aron, siempre tan en su sitio (la primera puerta a la derecha). Nunca entendieron que hablaran de la legítima violencia de quien sufre: "Cuando Camus ve a un niño que muere, construye un Dios para abofetearle; cuando un obrero en paro ve morir a un hijo por falta de asistencia médica, no inventa nada, sino que ve al responsable social de su desgracia". Los trataron de vejestorios sin nada más que silencio en la boca, sin más que una flor ya estancada, unos pétalos podridos de los que sólo salían penosos efluvios de "enragés" burgueses en fase de caducidad intelectual. Se burlaron de un hombre y una mujer de sesenta años haciendo política en 1968, los mismos que aclamaron a De Gaulle dando un golpe de estado a los sesenta y siete. Y aún los tratan como un gran malentendido intelectual de la historia de Francia, que les puso en un pilar que no merecían, que les ajudicó la talla de la que carecían. Tras el siglo de Sartre y de Simone, como tras la época de Aragon y Triolet, llega el siglo del sarcasmo...quizás haya que escoger a Sarkozy y a Carla Bruni, eso sí que aporta seriedad a nuestra existencia. Quizás esa sea la diferencia entre nuestros sueños y nuestras pesadillas. Entre nuestra ingenuidad del siglo XX y la realidad del XXI.Besos.Ferran "

lunes, 27 de octubre de 2008

Creadora de los tiempos modernos

Desde hace dos años existe un puente nuevo en Paris que lleva el nombre de Simone de Beauvoir. Se trata de una pasarela peatonal de roble, con una estructura ondulada, que atraviesa el Sena sin ningún pilar intermedio y que alberga en su centro un lugar de lectura. Ya sabemos la afición francesa, no siempre feliz, de convertir en arquitectura su historia y su ideología. En este caso el puente simboliza una vida con pleno sentido, que abrió nuevos caminos por los que caminan incluso sus máximos detractores.
Los medios de comunicación franceses más tradicionales se han ensañado con la figura de Simone de Beauvoir en este centenario. Con la intención de ofenderla, han ilustrado incluso sus publicaciones con esta foto de Simone desnuda que a ella no habría escandalizado en absoluto.No hay ni una línea en esta “contracelebración” que ella misma no hubiese apuntado en sus escritos: la inicial indiferencia ante la guerra fue analizada por Simone en dos de sus obras; sobre sus numerosos amantes, dio testimonio incluso con la publicación de buena parte de su correspondencia; sus dudas literarias y la mezcla a veces soberbia y otras aburrida de géneros literarios y filosóficos están expresados por ella.Por otra parte el esfuerzo en destruir el mito de la pareja Simone y Sartre es inútil, nunca se habían proclamado perfectos, solo unidos, incluso en su descenso a los infiernos (en el que las mentes obtusas solo quieren ver escatología, cuando hay tanto dolor y humildad) de la Ceremonia del adiós.
No voy a decir, como afirman sus exégetas, que debemos a Simone de Beauvoir todas las conquistas en el camino de la igualdad de las mujeres, pero sin ella el camino hubiera sido más difícil y lento. Su vida y su obra son una exaltación continua de la libertad, una invitación a construir –desde la acción, desde la reflexión- una nueva identidad femenina libre de opresiones y de imposiciones, ya fueran estas políticas, económicas, culturales o simplemente físicas. El feminismo actual, (diverso, conflictivo) transita por las veredas abiertas por Simone, los movimientos sociales se nutren todavía del caudal de hacer política la opresión privada. Todos caminamos por la pasarela abierta, sin pilares, construida por el esfuerzo y la contradicción de quien se atrevió a inaugurar los tiempos modernos.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Palabras feas (2)



Vaya con Marina! Nos ha hecho reir a todos; a todas. Pero no seas injusta, Marina, que los hombres tenemos palabras feísimas también. Observa: a mí me operaron de fimosis (que parece algo así como el veneno de algún insecto maligno y cobarde) y alteraron nada menos que la suerte de mi prepucio. ¿Te imaginas? Prepucio, como si se anunciara algo solemne, como pre-sentir, pre-ver, y después del prefijo, qué horror, el "pucio". Yo siempre temí que, en la operación, me hubieran cortado el pre y dejado el pucio al aire, indemne y desafiante. Útero es espantoso, desde luego, es que las esdrújulas...Pero ¿has pensado en próstata? Ese balbuceo final de la palabra ta-ta...Vaya, que en el principio de nuestro sexo tenemos un pre y en el final un tartamudeo infame: o al revés, depende de cómo se mire (aunque siempre se mira en este orden, me temo). Pero, Marina, es que hay mucho de horrible en las palabras del cuerpo, como si el ser humano hubiera adquirido los derechos de todas las voces espantosas y dejara las demás para la naturaleza. Tú tendrás trompas de Falopio (y compartimos las de Eustaquio), pero yo tengo escroto. Nada menos. Suena a tener un grano a punto de reventar, asqueroso, amenazador y deforme. Y un día, los dos, podemos solidarizarnos teniendo un forúnculo o unas almorranas, hermosas experiencias bisexuales. Pero, luego, hay palabras que nos unen, bellísimas: labios; piel; sonrisa; mirada; lágrima; beso...Y, fíjate, a mí, todas ellas me recuerdan a una mujer. Podría ser de otro modo, claro, pero es así. Nunca pienso en unos labios a solas, ni en una lágrima abstracta, ni en una piel clausurada como un jardín prohibido. Besos, Ferrán.

sábado, 18 de octubre de 2008

Palabras feas en noche de luna


Mantiene mi hermana Marina que hay una confabulación de nombres feos para hablar del cuerpo de las mujeres. Estamos sentados en una terraza con vistas al campo. Es más de medianoche y luce una triunfante luna frente a jirones de nubes.
- Si.. si… vosotros os lo tomáis a broma pero es una confabulación –dice con sorna.
- Explícate - dice mi hermano.
- Para empezar, la palabra menstruación…¡qué fea!…suena a monstruo…¡Ya está aquí el monstruo…! –dice mi hermana ahuecando la voz.
- Muy fea, muy fea –nos reímos.
- Otra, otra…menopausia…que suena como que ya eres menos y sirve como insulto..."anda ya, menopaúsica".
- O peor que esa, climaterio…suena como a convento: “fulanita ya está en el climaterio”, ¿no os suena a un convento de clausura?
Estallamos en risas.
- Es verdad –decimos- suena a monja castigada al silencio.
- Otra: las ubres… ¡por favor! ¡las ubres! Si no habrá palabra más fea en el diccionario.
- A mi casi me da un ataque, cuando después de tener un hijo me dijeron que estaba en “el puerperio”. ¿Qué estoy en qué…? –le dije.
- Bueno, por que no te dijeron lo de “los calostros”.
- ¡Qué horror! ¡No sigas! –palmeamos sobre la mesa.
- Lo de útero también es feo –dice mi hermana- pero... ¿qué me decís de tener en el cuerpo unas “trompas de Falopio”? Acojona, ¿eh?
No podemos dejar de reírnos. Nos ha convencido: no puede ser casualidad que para hablar de nuestros procesos se tomen las letras más feas del alfabeto, y ese amontonamiento de consonantes siniestras. Tabú, tabú, tabú, el cuerpo de las mujeres cuando no es para el uso de los hombres.

martes, 14 de octubre de 2008

Emergencias escandalosas

En 1998 el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo calculó en 40.000 millones de dólares anuales (unos 30.000 millones de euros)lo que costaría la erradicación completa de la pobreza en el mundo. Diez años después - y con carácter excepcional por haberse celebrado la cumbre mundial- se ha recaudado menos de la mitad, 16.ooo millones de dólares, sin compromiso de continuidad.

Al parecer, esto NO es una emergencia








En los últimos meses, y para el rescate de la banca, en forma de avales, fondos, ayudas directas o compra de activos se ha aprobado el siguiente gasto, con cargo a fondos públicos:
EEUU...............513 mil millones de euros
R.Unido...........638 " " "
Alemania........470 " " "
Francia............320 " " "
España............120 " " "
Austria............100 " " "
Italia.................40 " " "
TOTAL..........2.251 BILLONES DE EUROS

Al parecer esto SI es una emergencia
Es tan fuerte que dá vergüenza escribirlo. Si a alguien le parece demagogia que diga por qué.

lunes, 13 de octubre de 2008

Locos por la crisis



Estoy todavía perpleja por las recetas que ínclitos personajes del mundo económico y político nos ofrecen para combatir la crisis económica. Yo sabía de los efectos demoledores del neoliberalismo en la sociedad, pero no conocía su capacidad para destruir las neuronas de sus intelectuales orgánicos. Mi amigo Paco opina que es urgente habilitar un centro psiquiátrico especial para este tipo de economistas y especialistas económicos, algunos de ellos –por cierto- asesores del Gobierno actual.
1.- Coinciden (Balmaseda , Toribio y otros) en que es preciso liberalizar los horarios y reducir los costes laborales, o sea, los salarios.
2.- Plantean (Iranzo y Toribio) rebajar el impuesto de sociedades y las cotizaciones fiscales de las empresas y “compensarlo” subiendo el IVA a los contribuyentes.
3.- Otras medidas más creativas (además de bajar los salarios) serían estimular la construcción de centrales nucleares y liberalizar por completo la compra-venta de suelo y de las actividades de construcción (Toribio dixit).
En cuanto a Andalucía, el PSOE plantea combatir la crisis reformando siete leyes medioambientales del siguiente modo:
1.- Cambiar las normas e incluso excepcionar su aplicación con el fin de agilizar los proyectos empresariales situados en los Parques Naturales o en sus inmediaciones.
2.- Reducir los plazos para la concesión de proyectos industriales referidos a vertidos contaminantes y peligrosos
3.- Declarar la mayor parte de los proyecto de campos de golf como actuaciones de “interés turístico”.
Según esto, saldremos de la crisis si ganamos menos, pagamos más IVA, dejamos construir en las puertas de los parques naturales, nos traemos los residuos peligrosos de toda Europa y construimos más campos de golf, eso sí, alejados de las torres convexas de las centrales nucleares.

Si no lo creeis pinchad aquí y aquí. Son locos, es verdad, pero peligrosos.
PD. Manuel Ruda me envia sobre este tema el esclarecedor artículo de Juan Clavero que podéis ver aquí.

martes, 7 de octubre de 2008

Cosas que espantan a la muerte

Dejar la flor más bella intacta. Detener las tijeras justo en el momento en que vas a efectuar el corte y acariciarla fugazmente con un giro de la mano.

Conversar con un niño, en lenguaje adulto, contemplar cómo se acomoda en la silla y te responde aliviado por fin de su papel.

Salir al campo y detenerte en la cima de una pequeña colina. Dejar que el viento te acaricie. Respirar hondo y bajar sin mirar atrás.

Hablar de tú a tú con los fantasmas, desearles buenas noches, sonreírles.

Desprenderte de los dolores pasados como quien se desnuda de un complicado vestido. Sacar con cuidado los brazos, desabrochar los botones de la espalda. Hacerlo sin prisa, sin romper ninguna pieza, hasta que lo veas, finalmente, rendido a tus pies, deforme y sin poder.

Que tu amante venga a la cama en mitad de la noche y te abrace por la espalda. Fingir que estás dormida y caer, poco a poco, en el sueño.

sábado, 4 de octubre de 2008

La crisis financiera

Para los que no pudieron asistir o se quedaron con ganas de escuchar más CONFERENCIA DE JUAN TORRES "LA CRISIS FINANCIERA, NATURALEZA Y CONSECUENCAS PARA ESPAÑA Y ANDALUCÍA"Día 14 de octubre a la 5 de la tarde. Aula de Formación Dolmen. C/Velázquez, 12 Sevilla
Mientras tanto este video de auténtico humor inteligente sobre la crisis financiera:

jueves, 2 de octubre de 2008

¿Y si existiera la utopía?



La dignidad es hacerse respetar por los demás y comienza por ser fiel a uno mismo. No es hoy en día un bien demasiado apreciado. Se lleva mal con el ascenso social, con el afán de lucro, con las carreras fulgurantes. La honestidad es una palabra casi antigua, y quiere decir atenerse a una conducta moral, en este caso a un compromiso.
La honradez tiene un significado más concreto, hoy considerada una palabra pueblerina, se aplica a no dejarse tentar por el beneficio ilícito y también, y si se habla de honradez intelectual, se basa en reconocer las virtudes y los argumentos del contrario.
La generosidad es la tendencia a ayudar a los demás y a dar las cosas propias sin esperar nada a cambio. Ahora se tiende a interpretar esta virtud como entregar aquello que nos sobra, cuando su esencia consiste en entregar aquello más preciado, en este caso el tiempo de nuestra vida.
Hay otras virtudes que carecen de nombre. ¿Cómo llamamos a compartir el sufrimiento humano? ¿Qué palabra se acerca a esa inclinación a escuchar, a compartir los problemas ajenos? ¿Con que término nombramos la predisposición a tener amigos y a dejar huella en los demás?

La trayectoria de Pepe Cabrero nos habla de todo esto y del futuro. Lo vemos hoy en la foto, con un cuerpo que lo lleva más que lo contiene y unos ojos inquietos (alegres casi siempre, en esta última etapa tan tristes, ya lo sé) que quieren mirar adelante. Y no nos dejará porque si a la política les sobra gente como él, quien está de más es la política.

sábado, 27 de septiembre de 2008

Se nos fue Mario Maya

Lo leo con estupor. Esta madrugada ha muerto Mario Maya en Sevilla. Quizá muchos jóvenes no sepan quien es, ni qué representa ni por qué siento que con él se va una parte de la historia de Andalucía.
Cuando era muy joven tuve la suerte de ver su espectáculo “Camelamos Naquerar” (Queremos hablar). No soy aficionada al flamenco pero solo Camarón y Mario Maya me deslumbraron, golpeándome con un universo desconocido de autenticidad andaluza. Quedé fascinada por ese lenguaje coreográfico nuevo que Mario Maya había inventado, más allá de los tablaos flamencos y de los bailes regionales. Era un baile para otra memoria, para otro mundo, para otra Andalucía.
Muchos años después conocí a Mario. Eran los años en que dirigía el Centro Andaluz de Danza y la Consejería había decidido poner fin a esta experiencia con pretextos inexplicables. A fin de cuentas –debieron pensar- la Andalucía que él representaba había sido ya convenientemente asimilada, triturada, agotada. Acudí a una reunión con Mario y varios altos cargos que no voy a citar. La escena fue de una gran dureza simbólica. Los cargos de la Consejería se portaban como señoritos en un tablao flamenco contratado para una noche de juerga. Tuvimos nuestras palabras, pero sobre todo, una indignación y una tristeza común.
Desde entonces Mario Maya me llamaba periódicamente. Sentía cualquier problema social como si fuera suyo. “Cuenta conmigo”, me decía, y había en estas palabras un compromiso con el dolor ajeno y con ese sueño juvenil que se forjó en su Granada. Esta primavera recibí un mensaje suyo diciendo que tenía que verme urgentemente. La cita no se produjo y no sé por qué. Ya no lo sabré nunca. Se nos ha ido un sueño de creación, de limpia hermosura, de compromiso concreto, de una Andalucía que echó sus brotes más hermosos y que no quiso recoger sus frutos. Hasta siempre, Mario, gitano, comprometido con los pobres, orgulloso en su vivir, creador de la Andalucía que pudo ser.

Bodas reales

Se leía en las miradas de todos los familiares que habían acudido a la modesta ceremonia: esa boda no podía salir bien. Aunque los novios disimulaban sus años bajo el traje formal y el maquillaje, eran dos niños ante el altar. Ella acababa de cumplir quince años y él poco más. Eran dos chiquillos alocados, alegres, que el día de su boda estaban inusualmente serios, como si los padres los hubiesen aleccionado.
Nadie quería esa boda que pensaban forzada por las circunstancias, solo ellos, pero no les gustó la ceremonia, “un simple trámite para estar juntos –se dicen”. Ella tuvo que pedir prestado el traje de novia, y aunque era precioso, -con unas largas mangas de campana que le daba un toque de princesa medieval- , no es el suyo, no lo ha elegido, no lo podrá guardar en el armario como recuerdo perenne. El traje del novio también es prestado, pero a él no le importó demasiado. Había un cierto aire de reproche en el ambiente, un clima que no se despejaría siquiera en la celebración que tendría lugar en una nave cerca de una vaqueriza.
Después vinieron las hijas, el esfuerzo por salir adelante desde la nada, la mano tendida a todos los problemas familiares, la casa abierta a cualquier caminante, un manantial de bondad natural, sin artificios.
Hace algunos días han celebrado la boda que no tuvieron. La prepararon con todos los detalles posibles: traje de novia, cuidadísimo salón de bodas, aperitivo y cena, tarta y baile nupcial. Lo que en otras bodas es convención y protocolo insufrible, tenía en este caso un sentido opuesto, una simetría que ajustaba cuentas con el tiempo. Como siempre, llegamos algo tarde a la ceremonia y nos quedamos en la puerta. Muchos de los invitados ocultaban las lágrimas. “¿Por qué llorais? –les pregunté. “Cosas del pueblo, del camino andado, del dolor, de la felicidad–podrían haberme contestado-. Tú no lo entenderías”.
Miro una foto de los dos cuando apenas tenían quince años. Están recostados y sonrientes. Hay en sus cuerpos adolescentes la extraña intimidad de quienes han encontrado su lugar secreto para siempre. Miran a la cámara riéndose del tiempo, seguros de ganar su apuesta.

jueves, 25 de septiembre de 2008

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Lolo Silva y el petate



Se marcha el concejal del Ayuntamiento de Sevilla con el argumento de que ha padecido acoso de la derecha política y mediática sobre su gestión. No comprendo en modo alguno este argumento. En toda institución la oposición va a ejercer un cierto acoso respecto al grupo gobernante y a ningún político se le ocurre dimitir porque se sienta acosado. Otra cosa distinta es la temática del acoso, plagada cuando menos de irregularidades y de prácticas poco éticas. El grupo municipal de IU, en vez de dar explicaciones y poner en claro estas actuaciones, se ha cerrado en banda al reconocimiento de cualquier error, ha retrasado las comparecencias y no ha dado ni una brizna de transparencia que disipara las acusaciones.
En segundo lugar, el dimitido concejal se exculpa –de los errores no reconocidos- recurriendo a su juventud. Afirma que es “un torpe muchacho que solo ha tenido el interés de que los trabajadores vivan mejor”. Por una parte, flaco favor le hace a la juventud con esta afirmación, por otra, veamos si su trayectoria avala tan beatíficas intenciones. Cuando yo era joven esta generosidad de ánimo, buscando un mundo más justo y más libre, nos hizo entregar nuestro tiempo, renunciar incluso a brillantes futuros profesionales en función de estos ideales. Creo que mereció y sigue mereciendo la pena. Pero, ¿cuál ha sido el esfuerzo de este insigne concejal? Llegó a la política y, en cuestión de meses, ya se había garantizado un cargo público, un coche oficial, una trupe de subordinados y, finalmente, un puesto de trabajo en la Universidad. Las credenciales con las que ha cimentado su carrera política son la persecución interna y externa de los compañeros y compañeras de la organización así como de los movimientos sociales que hemos discrepado con sus teorías francamente estalinistas de la organización y del poder. Sin ir más lejos, en una de sus últimas intervenciones públicas, me invitó llamándome “señora” (¡a modo de insulto!) a “coger el petate e irme de Izquierda Unida”. Hoy es él el que, sin explicaciones reales, ha tomado el petate y se ha ido del ayuntamiento, con la cabeza gacha, ante la mirada ausente de los que lo habían colocado en ese lugar.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Canal chiste



Hace ya algunos años Gaspar Zarrias anunció en una comparecencia que Canal Sur estaría presente en todas las plataformas digitales y en todos los formatos de difusión. Le contesté (y perdonen la autocita) : “¡qué vergüenza…ahora nos van a ver en todo el mundo!
El universo de los tópicos no es en si despreciable, incluso algunos de ellos reflejan ciertas acuñaciones culturales y estéticas. Hay tópicos sobre Andalucía realmente insultantes y desgraciados: el de la pereza, la superficialidad, la falta de carácter ante las injusticias. Sin embargo hay otros tópicos andaluces positivos como la creatividad, las ganas de vivir, el alto valor que damos a la convivencia con los demás, la finura estética…Pues bien, Canal Sur se ha especializado en los tópicos más zafios y ridículos de todos aquellos que componen el imaginario andaluz. Parece una cadena dirigida por los nietos de Álvarez Quintero pero en su versión más aldeana y ordinaria.
Entre emisiones y repeticiones, -salvo honrosas excepciones- da igual la hora en la que conectes con la cadena, siempre encontrarás un programa de chistosos que repiten “chascarrillos” de los años cuarenta, cuando no son unos niños que han perdido su condición infantil para convertirse en una especie de monstruos de feria, enanos de la copla y de la gracia (¿quién los protegerá de este “éxito” infantil?). No hay, para Canal Sur más música que la copla, más diversión que el chiste, más representación de Andalucía que el tipismo más rancio. Los creadores y productores que intentaron hacer otro tipo de programación ya hace tiempo que ni siquiera se acercan por la cadena.
Eso sí, cuando pasan a los programas serios -es un decir-, a los informativos, el acento andaluz está desterrado y Andalucía se puebla de modernidad, de avances tecnológicos y de proyectos “punteros”. Incluso, de vez en cuando, aparece algún político (de los que mandan mucho en Canal Sur) indignado por el tópico que tal o cual político catalán o madrileño ha empleado contra Andalucía.
Es un sueño de ida y vuelta. El pueblo andaluz sueña que es tan moderno como dicen sus informativos y el poder político sueña que los andaluces somos tan zafios como nos presentan en su programación.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Atónitos


Llueven las noticias sobre la crisis económica. La aguja de marear de los mercados financieros está enloquecida. Los neoliberales más radicales contra el gasto público se aprestan a pedir a gritos dinero para que no se desestabilice el mercado financiero. Los economistas más
lúcidos y honestos, como mi amigo Juan Torres, escriben una especie de diario concienzudo sobre la farsa de este modelo económico. Lo último ha sido inyectar en un solo día 70.000 millones de euros -para tener una referencia, la mitad de todo el presupuesto anual de Andalucía- para garantizar los mercados financieros. Son los mismos que piden reducir el gasto público y los derechos sociales.
Los poderes económicos reformulan las reglas a la medida de sus intereses, pero ¿dónde está la intervención política? El discurso político necesita del análisis y del conocimiento para su creación, pero no puede quedarse ahí sino convertirse en acción, en intervención, en suma de esfuerzos para cambiar la situación. Sería impensable que los grandes bancos y las grandes empresas se dedicaran solo a analizar la situación económica. No. La analizan para intervenir decisivamente en ella a favor de sus intereses.
¿Por qué asistimos atónitos a esta situación? ¿Por qué la política se empeña en hablar de si misma, en vez de levantar un potente movimiento contra este sistema? Estoy cada vez más convencida de que es necesario recuperar la pedagogía de la realidad. Separar las voces de los ecos, los actores principales (que son los grandes poderes económicos) de sus cómplices (el poder político).Es necesario que la izquierda, que se llama alternativa, señale a los bancos, a las empresas transnacionales, a los gigantes energéticos como los causantes de esta situación y empiece a diseñar acciones políticas directas, de resistencia absolutamente pacífica, que hemos descartado antes de mostrar su efectividad, tales como los boicots a productos, la denuncia de prácticas empresariales y aquellas que, en definitiva, nos devuelvan a la realidad y nos saquen del estéril debate sobre los espacios políticos, el esencialismo virtual y este impasse de “dolorida conciencia”.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

El discurso de Madonna


Lo confieso, soy de naturaleza novelera y cuando se anuncia una novedad en el horizonte me gusta verla con mis propios ojos. Esta semana he ido capeando las preguntas de algunos amigos: ¿vas a ver a Madonna? ¿a Madonna? ¿Por qué- me preguntan, cuando en realidad quieren decir: “No eres homosexual, ni treintañera, ni cani ni pija…¿por qué entonces?”. Me dan ganas de responder: por que va mucha gente. Aunque ese argumento será mal interpretado inmediatamente, a mi me parece el más importante para asistir. Ver la materia de que están hechos los mitos, intentar descifrar sus códigos y disfrutar si es posible con la fiesta.
Madonna es una construcción del mito femenino. No es guapa, ni alta, ni siquiera rubia. Pero se encarna en los mitos del cine clásico Marilyn, Bette Davis e incluso, a sus cincuenta años, se atreve a poner en escena a Lolita. Es una dominatrix y, a ratos, una mujer rota, tirada en el suelo. Se levanta cientos de veces y vuelve a ejercer de mujer dominadora. Hay una mezcla de ironía y de reverencia. Una distancia muy sugerente,casi muy brechtiana, entre el papel exigido y el simple juego.
Juega Madonna con la mística, con el mensaje panteísta, con la cábala y la trascendencia. Enlaza con una glorificación de lo étnico, también descabalado, triturado, gitano, hindú, flamenco…
Pasa de ahí al puro lenguaje político: bien y mal claramente separados por las figuras de Mcain y de Obama. Termina con un mundo tecnológico, en el que disponemos solo de 4 minutos para salvar el mundo. Discurso perfecto. No hay bises, no hay nuevas salidas a escena. Igual que un orador no puede repetir los mejores pasajes de un discurso, Madonna tampoco va repetir el suyo. Todo está dicho. Ordenadamente, fríamente enunciado.
En medio ha habido una apoteosis provocada por “Like a prayer”, una plegaría entonada por miles de voces que han visto volar como el viento sus sueños infantiles. Fascinante. Tic tac, tic tac.

viernes, 12 de septiembre de 2008

¡Qué placer terminar una tarea!


Debía estar loca el día que le propuse a Rogelio Delgado la edición de un libro sobre Sevilla en la literatura. Volvíamos de Madrid donde, por un capricho inexplicado, tuve el honor de presentar el libro de Andrés Sorel, “La caverna del comunismo”, un bellísimo texto (cargado de esperanza a su pesar) que contiene la crítica más certera y brillante contra el estalinismo. Hablábamos del mundo editorial cuando le dije:

-Echo de menos un libro que recorra la visión literaria de Sevilla a través de los siglos. Un libro sin afán académico que aborde la construcción literaria de esta ciudad.
Rogelio sonrió y me preguntó:

-¿Podrías hacerlo?

Unos días más tarde me vi firmando un contrato (un modestísimo contrato) para elaborar esta obra. A pesar de ello, en las semanas siguientes estuve a punto de renunciar al proyecto: Sevilla es un tema literario inabarcable, aparece en miles de novelas, de poemas, de relatos. No hay una ciudad en España que haya sido visitada en la literatura con tanta asiduidad y yo tenía que seleccionar sólo un ramillete de textos para un libro sencillo, de fácil lectura, y muy personal en su presentación. Descarté casi por completo lo más tópico y archiconocido. Acoté el alcance del texto hasta los años treinta del siglo XX para no atravesar el desierto de la postguerra y librarme, además, del proceloso mundo de la actualidad. He leído miles y miles de páginas para seleccionar textos. Y al final del camino, me he vuelto a enamorar de Bécquer, Juan Ramón Jiménez y Cernuda. Aunque sólo ocupan un capítulo del libro, ellos son Sevilla como nunca volverá a serlo en la literatura. Ayer, a las once de la noche terminé el libro, o mejor dicho, lo dí por concluído. Pongo fin a una tarea que me ha tenido encadenada a la mesa de trabajo durante tantas horas que compré una bicicleta estática para mover, de vez en cuando las piernas, y dar paseos imaginarios con un libro en las manos. ¡Qué placer terminar el trabajo¡ Hoy miro alrededor para encontrar una nueva tarea…Ummm

domingo, 7 de septiembre de 2008

Renovación



Preparan los estudiantes sus mochilas para el comienzo de curso. Hay en el ambiente un aire de comienzo y de despedida. Otra vez septiembre. También yo tengo la sensación de comenzar de nuevo. Hay quienes sólo ven en la vida una sucesión de días, donde ya es una victoria superar las contrariedades cotidianas. Quizás han encontrado una respuesta más simple pero más real. Otros nos esforzamos, inútilmente, en encontrarle un argumento, fabricar principios y finales, razones y etapas.
El mes de septiembre se alía con esta razón novelesca. Adoro los principios de las cosas. El inicio de cada estación, de cada ciclo, justo cuando el viento empieza a cambiar de identidad, el tiempo cambia de naturaleza, entornas la ventana para orientar el aire que empieza a refrescar.
¿Qué curso de la vida empiezas? –te preguntas- ¿Qué vas a aprender de nuevo, qué vas a olvidar? No has comenzado aún los preparativos de este nuevo viaje. No sabes qué incluir en la maleta. ¿Qué tiempo hará en el futuro? ¿Será útil tu terca voluntad, la ilusión política, o habrá que dejarla atrás junto a ese sentimentalismo difuso con el que contemplas el mundo? ¿Será mejor incluir más perspectiva, mayor frialdad, más literatura y menos realidad inmediata? No te cuesta esfuerzo dejar fuera del equipaje esa maraña de viejos vestidos del pasado, pensados para galas a las que ya no asistes. Pero, ¿serán útiles las ideas y los sueños?
No sabes. De momento es mejor, durante algunos días, disfrutar el olor del campo en los primeros días de lluvia, las mañanas luminosas y las noches frescas, la caricia del viento en la cara, antes de que se vuelva fría.

martes, 2 de septiembre de 2008

Imágenes de Praga











El sueño más hermoso

Del cuaderno de notas de un viaje
Weimar: Una tranquila ciudad. Magia en las calles. Si te adentras en ella parece que recorres el siglo XIX, cuando el mundo todavía tenía la esperanza de que el discurrir de la razón podría arreglar el mundo, aunque los temblores del romanticismo tardío pusieran acentos lúgubres. Plazas anchas, recuerdos de poesía y de pensamiento. El movimiento de la Bauhaus escogió esta tierra para crear su arte nuevo, porque la ciudad abierta parece comprender la poesía de los objetos. Ajena al horror, horror mismo a sus puertas. Hoy viajeros tranquilos recorren sus amplias calles aspirando el aroma de algo que pudo ser Europa.

Dresde: Se alzan desde los barrios periféricos los edificios del realismo socialista y se estrellan contra la ciudad eterna, sueño de un nuevo mundo imperial. El rio Elba delimita el horizonte del sueño y sus habitantes pasean por la ribera y los puentes riéndose del pasado. Los edificios históricos se apiñan, celosos de su gloria. Se dibujan geometrías de jardines y museos. Los pájaros crían en las olvidadas catedrales.Como todas las ciudades históricas, sueños de un rey loco con ínfulas de artista. Hay alegría en las calles, civilizados ciclistas que miran a los turistas como a simpáticos intrusos. Los cables del tranvía dibujan una geografía de acentos, intrincados, como los sentimientos de un adolescente.

Praga: Una oleada de turistas, como tú, te han impedido aspirar el aroma de esta ciudad. Los has maldecido, te has maldecido, por el puente de Carlos, las calles atestadas, tribulación de turistas ávidos de imágenes y de granates incandescentes. Si evitas el centro y te internas por la ribera y las islas del río Moldava, verás parajes maravillosos. En las inmediaciones del barrio judío has tomado un café en el palacio Rudolfinum, la antigua sede del único Parlamento de Checoslovaquia, antes de la ocupación nazi. Has buscado inútilmente a Kafka en esta ciudad hermosa, quizá se asomara a una ventana, como en su poema, indiferente al ruido de las multitudes. La ciudad es de una belleza exultante. Una paleta de colores diversa y única con colores arcilla, y aguados verdes, naranjas y blancos. Has ido a la plaza de San Wenceslado, donde los jóvenes daban patadas a los tanques soviéticos en la primavera del 68. Había una pequeña exposición ante la que se detenían solo los turistas. Se cumplen cuarenta años de que naufragara el sueño más hermoso, el del socialismo de rostro humano. En las fotografías hay praguenses llorando, y un Dubcek hermoso, que hoy quizá algunos no recuerden. Los tanques soviéticos del estalinismo hacen juego con el capitalismo de rostro salvaje que se ha implantado en la ciudad. Pero hay algo orgulloso, soberbio, en los habitantes de Praga. Te lo dicen en su bella lengua que no entiendes.

lunes, 25 de agosto de 2008

Buchenwald



La carretera es una herida en un bosque de ensueño. En la colina más alta se alzaba el Castillo de Ettersberg , donde Goethe deleitaba a la corte con sus invenciones y sus poemas. Escribía: “Amigo mío, todas las teorías son grises; solamente está lozano el árbol dorado de la vida”.
Para construir el campo de concentración talaron los árboles centenarios y solo quedó, (no se sabe por qué capricho del destino) un enorme ejemplar que algunos reclusos bautizaron como “el árbol de Goethe”. El verdor de sus hojas, la fortaleza de su tronco, ajena a todo el dolor circundante, ponía una única nota de esperanza en los corazones. Si conseguían mantenerse, si no se abandonaban a la tentación de desfallecer,(de ser kaputt, muslin, exiliado de la vida) quizá ellos se alzaran, como el árbol, por encima de esa pesadilla.
En Buchenwald la muerte era un engaño, un juego caprichoso que se tornó aburrido. Algunos prisioneros eran asesinados en el cuarto donde simulaban pesarlos y tomarles las medidas. Tras la barra de la medición se había practicado un agujero desde donde se disparaba la pistola justo a la altura del cerebelo. Con otros, se simulaban trabajos que los situaban debajo de las cuerdas de ahorcamiento. Los menos afortunados vivieron en sus cuerpos los efectos de los virus y enfermedades con las que jugaban a ser médicos los matarifes del campo.
Hoy hay mucho silencio allí. Recorremos los lugares sin hacer ruido, como en un templo maldito. Hablamos en voz baja, con reverencia. Parece como si allí solo estuvieran los muertos y no los asesinos.
Confieso que formo parte de (ahora lo sé) una legión de lectores que hemos devorado la literatura de los campos, (Paul Steinberg, Primo Levi, Jean Amery, Liana Milu, Semprún…) con el alma suspendida, intentando extraer el mayor conocimiento de la escritura exacta, increíblemente objetiva, de sus autores. Caminaba como en un sueño por uno de sus edificios. Empujé una puerta y me vi, cara a cara, con los hornos crematorios. La puerta se cerró en aquel momento. No había nadie en la sala, solo mi imaginación y yo. Fue solo un instante de horror verdadero.
A la vuelta el bosque borra las huellas. La belleza del paisaje desmiente lo que has visto. No ha podido ocurrir. Aquí no. En la bella ciudad de Weimar es imposible. Por aquí paseaban Schiller y Goethe, componía sus obras Bach, pintaba Lucas Cranach, nacía al mundo la Bauhaus y crecían los árboles más bellos y dorados.

jueves, 21 de agosto de 2008

Oda al navegador



Dicen que el entonces alcalde de Sevilla, Rodríguez de la Borbolla, viajó a Paris con motivo de la Exposición Universal de 1900. Rodeado de todas las maravillas modernas, alojado en el hotel más lujoso de la ciudad, telefoneó a Sevilla y preguntó:
- ¿Qué temperatura hace en la ciudad?
- Mucho calor –le respondieron-, más de cuarenta grados.
- Y yo aquí… ¡qué coraje!..me lo estoy perdiendo –respondió con fastidio.
Sin embargo yo no he echado en falta el calor de Sevilla sino que me he tomado unas vacaciones de las sábanas húmedas y del suelo radiante. Me he ido a lugares donde las gentes sonríen ante la caricia del sol porque no conocen su espada justiciera.
Por primera vez nos hemos atrevido a recorrer una parte del centro de Europa con un coche alquilado en Frankfurt. Teníamos el modesto sueño de diseñar nuestra propia ruta, parar en las poblaciones que nos gustaran, visitar referencias literarias, sin más ayuda que algunas páginas descargadas de la red.
Nada de esto hubiera sido posible sin Hanna, nuestra navegadora intrépida. Tras un forcejeo de teclas con un modelo de navegador desconocido, que nos hizo temer por todo nuestro proyecto, se encendió una voz cálida que atendía a nuestra ruta con solo alguna pequeña referencia geográfica. Le pusimos el nombre de Hanna y nos condujo a la casa de Goethe en Weimar, organizó nuestro encuentro con la Bauhaus, nos mostró al campo de concentración de Buchenwald, la Galería de los antiguos maestros en Dresde, la casa de Durero en Nuremberg, los paseos fluviales más escondidos y las tabernas antiguas… Sin embargo, al entrar en territorio checo, Hanna súbitamente enmudeció. De nada sirvieron nuestros esfuerzos por reanimarla. No reconocía Terezín ni Pilsen ni siquiera la popular Praga. Nos dejó perdidos, sin guía espiritual, en medio de carteles que no entendíamos. Una grúa praguense se llevó el coche porque en esa ciudad los sábados hay limpieza general, como en las casas antiguas. Con Hanna no nos hubiera pasado esto, comentamos, ella nos habría llevado a lugar seguro. Sólo al salir de territorio checo recuperó la voz:
- Siga la ruta indicada –nos dijo.
Casi abrazamos su pantalla. No sé cómo se las podían arreglar los viajeros antes de que el navegador los condujera por este proceloso mundo.

martes, 12 de agosto de 2008

Que no quiero verla



Federico nace en el barranco de Víznar cada verano. Un ruido de chicharras y de grillos lo acompañan. Lo esperamos cada año en ese atardecer de agosto que, de pronto, se vuelve triste. Siempre aparece fiel a su cita. Nos estremece, nos canta, nos acuna.
Nuestra imaginación camina más deprisa que los pasos y lo encontramos bajo cada árbol, cada cambio de luz, cada soplo de viento. Federico yace en algún lugar de ese barranco en buena compañía, poéticamente flanqueado de un maestro republicano y dos banderilleros. Gentes del pueblo, nombres de tragedia griega, viva estampa de los perseguidos a los que tanto amó.
Es lorquiano el lugar, la compañía, el infantil empeño de volver a su Granada. Es lorquiana esa muerte difusa que impregna los árboles, la tierra, el viento. ¡No desenterréis a Lorca! ¡No contéis sus huesos, no fotografiéis la bala asesina, no lo llevéis a la ciudad porque allí, entre el cemento y la técnica, es donde habita la otra muerte, la que acaba con el ser humano!
La muerte ocupa un lugar central en sus obras. Pero hay dos tipos de muerte en sus escritos: la muerte esencial, telúrica, unida a la tierra, al grito, a la sangre derramada, a la soledad más perfecta. Una muerte que se entremezcla con la vida en el trigo, el sexo, la cal de las paredes. Pero también en Lorca hay una muerte urbana, hecha de olvido, de insomnio, de deshumanización del dolor.
No llevéis a Lorca fuera del campo, no lo hagáis reposar sobre metal frío. No convirtáis su muerte en espectáculo, ciencia o ganancia. ¿Quién detendrá el mercado infernal que comenzará en el momento justo en que la pala tropiece con la dureza de sus huesos?
Y, cuando sus huesos salgan, ¿quién, en nombre del periodismo o de la ciencia, se resistirá a escribir la crónica de su fusilamiento, la reconstrucción de los hechos, el recorrido de la bala, las fotos de sus despojos?¿qué institución no programará terribles actos oficiales?¿dónde irán sus restos tras estos ritos vacuos preñados, posiblemente, de noble respeto?
Muchos familiares de víctimas de la guerra y la represión piden la exhumación de sus familiares para rescatarlos del olvido, rehabilitar su figura, honrar su memoria . Pero en el caso de Lorca no hay olvido. Su memoria y recuerdo han sido honrados año tras año, su nombre no ha parado de brillar incluso en los rincones más lejanos de nuestro planeta. Solo el cientifismo vano justifica interrumpir su sueño porque… ¿en qué lugar estará más vivo, más presente que en esos atardeceres de Víznar, en el olivar de Aynadamar cerca de la Fuente de las Lágrimas, junto al maestro Dióscoro y los banderilleros Galadí y Arcollas?
Lorca pone en boca de la madre de Bodas de Sangre lo siguiente:
“Yo haré con mi sueño una fría paloma de marfil que lleve camelias de escarcha sobre el camposanto. Pero no camposanto, no. Camposanto, no. Lechos de tierra. No quiero ver a nadie. La tierra y yo