martes, 27 de mayo de 2008

UN LUJO SIN ETIQUETA


Aquella podría ser una mañana más como otra cualquiera: un sujeto entra en una estación de Metro de Washington, va vestido con un pantalón vaquero, una camiseta barata y se sitúa cerca de la entrada...
Extrae un violín de la caja y comienza a tocar con entusiasmo para toda la gente que pasa por allí. Es la hora punta de la mañana. Durante los 45 minutos que estuvo tocando el violín, fue prácticamente ignorado por todos los pasajeros del Metro.
Nadie sabía que ese músico era Joshua Bell, uno de los mejores violinistas del mundo, ejecutando las piezas musicales más consagradas de la historia, con un instrumento muy especial, un violín Stradivarius, estimado en un valor de más de 3 millones de dólares. Unos días antes, Bell había tocado en La Sinfónica de Boston, donde los asientos para el concierto costaban la bagatela de 1000 dólares la entrada.
Esta experiencia que ha sido grabada en vídeo, muestra a hombres y mujeres que caminan muy rápido, cada uno haciendo una cosa, pero todos indiferentes al sonido del violín.
La iniciativa fue realizada por el Diario The Washington Post, con la finalidad de lanzar un debate sobre el valor del arte y de su contexto.
CONCLUSIÓN: Estamos acostumbrados a dar valor a las cosas cuando están en un determinado contexto. En este caso, Bell era una obra de arte en sí mismo, pero fuera de contexto y sin la etiqueta de la marca, carecía de valor incluso para los amantes de la música.

Esta noticia es un regalo de mi amigo Victor Barrera
http://www.youtube.com/watch?v=hnOPu0_YWhw

MI AMIGA ES UNA IZQUERDISTA




- Oye, me gusta más tomar el café en el Starbucks de la Constitución que en este barecito en que te empeñas.
- ¿Qué tiene de malo? –dice Ana. Aquí ponen un expreso estupendo.
- Nada, pero me he aficionado a un café con canela y nata que es una delicia.
- Ya, pero a mí no me gustan los starbucks, no me han gustado nunca y menos desde que leí el libro de Noemí Klein. Además se están comiendo el centro a bocados.
- ¿Quién es esa Noemí? Una amiga tuya izquierdista… ¿no?
- Leer algo no te haría ningún daño…o quizá sí. Oye, que me han dicho que estáis de gresca con vuestros trabajadores por el horario de verano y los accidentes laborales…
- Si. Lo que nos hacía falta ahora, con la crisis que tenemos, es una huelga de la construcción. Están locos.
- Claro.
- Ahora que hay poco trabajo quieren reducir el horario…
- Alejandro, no hay quien aguante en un andamio a las cuatro de la tarde en el mes de julio en Sevilla.
- ¿Y tú qué sabes? Calor ha hecho siempre y no hemos tenido estos problemas. Además ellos están acostumbrados, cuando llevas unas horas al sol ya ni lo notas.
- ¿Lo dices por experiencia, no?
- Lo que no se puede hacer es trabajar a cuarenta grados, con un montón de alcohol en el cuerpo. Debería haber controles de alcoholemia en las obras en vez de tanto rollo de medidas de seguridad.
- Me gustaría verte con casco, arnés y gafas de seguridad con cuarenta grados a la sombra
- ¿Por favor, me puede poner un Armagnac?
- ¿Y para los demás no hay controles de alcoholemia?
- No digas tonterías…yo no estoy en un andamio, yo hago relaciones públicas.
- Ya lo veo…no es lo mismo…”Un albañil cae de un techo, muere y ya no almuerza”
- ¿Qué dices?
- Nada, citaba a un poeta.
- Otro izquierdista, ¿no?