sábado, 31 de diciembre de 2011

Feminismo o barbarie

Publicado en el País de Andalucía

¿Qué tienen en común un judío ultraortodoxo, un talibán afgano, un musulmán radical, un cristiano integrista, un budista o un hindú recalcitrante? No es su creencia en Dios ni en la vida eterna; no es la oración ni la congregación; no es el sentido de la culpa y de la redención sino su profundo odio a la libertad de las mujeres. A todos les da por lo mismo.


No importa el origen mítico de la creación que cada religión recrea, si el ser humano nació del barro, de las nubes o del humo. No importan los ritos que se les consagren ni el nombre con el que los invocan: Yahvé, Alá, Dios, Ngai o Popol... Todas las religiones, especialmente las monoteístas, comparten un intenso rechazo a la igualdad de las mujeres y, en sus lecturas más extremistas, una brutalidad sin límites para castigar a las que se atreven a poner en cuestión la supremacía masculina.

Por supuesto que hay grados, escalas, matices que no se pueden pasar por alto. De todas ellas, el cristianismo es la religión que ha convivido más tiempo con sociedades que han separado el poder de la Iglesia y del Estado y, aún a regañadientes, ha ido aceptando los pasos de las mujeres hacia la igualdad. No obstante, su teoría sigue inmune a los cambios sociales como nos recuerdan con frecuencia las declaraciones de obispos y de representantes religiosos sobre violaciones, pederastia, aborto o igualdad de las mujeres.

Esta semana hemos conocido que los judíos ultraortodoxos de Israel escupen a las niñas por su vestimenta, determinan en qué acera de la calle debe caminar cada sexo, segregan en los autobuses a las mujeres, las casan sin su consentimiento y las privan de toda capacidad de decisión. Todo esto en una sociedad avanzada y ante el silencio cómplice, hasta ahora, de las autoridades. El judío ultraortodoxo es intercambiable con el talibán, con el extremista islámico, con el jefe de las tribus africanas más feroces y con algún obispo español.

Frente a estas manifestaciones ultrarreligiosas, están triunfando en el mundo árabe versiones algo más edulcoradas y laxas del poder religioso. En Egipto, las mujeres que salieron a la calle en demanda de democracia, fueron detenidas y humilladas. Unas autoridades que no se consideran a sí mismas integristas, sino moderadas, las sometieron a pruebas de virginidad. Pero el mundo todavía no ha comprendido que no se puede llamar democracia a ningún sistema político que no contemple, sin restricciones, la total igualdad de hombres y mujeres. Y todavía más, que no hay prácticamente ningún sistema político confesional al que pueda llamarse auténtica democracia.

Sin embargo, nuestros gobernantes se sientan y departen alegremente con regímenes que condenan y lapidan a las mujeres, que las torturan y las esclavizan, que las privan de sus derechos más elementales como personas, desde Arabia Saudí a los nuevos gobiernos afganos. Llaman democracias a gobiernos discriminatorios y saludan avances de regímenes que tienen como costumbre segregar a las mujeres.

Hay una internacional genocida que nadie denuncia. Diariamente en el mundo son asesinadas miles de mujeres por el simple hecho de pertenecer a este género; por haber infringido las normas públicas o privadas de la supremacía masculina. Lapidadas en la plaza por haber sido infieles o apuñaladas en el hogar por el mismo motivo. Víctimas de una misma religión: la que consagra al hombre en un lugar superior al de las mujeres. Por eso, queridos lectores, no se puede reducir la violencia contra las mujeres a casos particulares, a un conflicto familiar, a fallos en la aplicación de una ley, ni cambiar el nombre del delito. Se trata de un crimen cargado de ideología, de supremacía masculina, de venganza contra la libertad de las mujeres. Las palabras importan tanto que nos definen y, en este caso, trazan una línea divisoria. De un lado, la mayoría de la sociedad, incluidos la mayor parte de los hombres, que han comprendido el horror de la barbarie; del otro lado los bárbaros y los nostálgicos de los viejos tiempos.

Dios en el gobierno

Publicado en el País Andalucía

Cuando era pequeña creía que el color celestial era el azul y que en el cielo se hablaba latín. Con lo que se burlaron de mi no podía pensar que, al final, va a ser verdad y que la marea azul de la que se habla no es sino una oleada que restablece a Dios en la cumbre de todo poder. Al parecer, Dios ha ganado también las elecciones generales y ha vuelto a ocupar el espacio público que le corresponde.


Cuando esto ocurre en los países árabes nos recorre un escalofrío de desconfianza y recordamos que la laicidad y la democracia son conceptos prácticamente inseparables. Aquí, sin embargo, se coloca el cruficijo en las tomas de posesión como supremo testigo, una tradición franquista que ningún gobierno socialista ha tenido el sentido común de derogar. En esta ocasión, la toma de posesión del nuevo gobierno más bien parecía un acto religioso en los que la mayor parte de sus componentes, comenzando por el propio presidente, preferían jurar sobre la Biblia antes que sobre el texto constitucional.

Ya puestos, deberíamos conocer sobre qué páginas de la Biblia han efectuado su juramento. Puede ser que lo hicieran sobre los magníficos versos del Cantar de los Cantares, pero también pudieron hacerlo sobre páginas más crueles como cuando Javé mandó una lluvia de azufre sobre Sodoma y Gomorra, o el momento en que castigó a la mujer de Lot (o a cualquier otra mujer, porque son centenares de referencias parecidas) por desobecer el mandato de su esposo. Sea como sea, la cuestión es que Dios ha llegado al gobierno y lo primero que ha hecho es escribir algunas líneas con letra pequeña pero más que significativas. Desde ayer no existe Secretaría de Estado para la Igualdad. También han desaparecido las secretarías de Cooperación Internacional, Inmigración y Cambio Climático, claro que esta última tenía un carácter completamente ateo al determinar que es la acción del hombre, y no la voluntad divina, la que puede poner fin al planeta. Para cambios climáticos –deben pensar- los que sufrieron Noé y sus hijos sin que se hubiera inventado el motor de explosión. La explicación oficial de estas supresiones es el ahorro de gasto público y la simplificación de la estructura administrativa, pero basta con echar una ojeada al catálogo de secretarías de estado para comprender que detrás de estas desapariciones hay una opción política evidente.

La ascensión de Dios en el mundo político es directamente proporcional a la desaparición de las mujeres de la esfera pública. No sé si está científicamente comprobado pero dicen que si se jura tres veces ante la Biblia, desaparecen los organismos dedicados a la igualdad de las mujeres. Al menos aquí ha funcionado el ensalmo aunque queda todavía por despejar si va a ser sustituido por un organismo dedicado a la familia, mucho más acorde con la religión, dónde va a parar.

No me consuela en absoluto el hecho de que una mujer ocupe la vicepresidencia, y no porque dude de su valía sino por los términos en que se presenta el nombramiento: una mujer discreta y eficaz. En la Biblia, con algunas excepciones, no se pone en cuestión la inteligencia de las mujeres. Incluso gran parte de la literatura más misógina se funda en la exaltación del ingenio de las mujeres para enredar y practicar la maldad. Lo verdaderamente discriminatorio de estos textos es el papel subalterno que se nos impone y las alabanzas a la mujer obediente y discreta.

Pero, sobre todo, en la elección del nuevo gobierno había una voluntad decidida de acabar con la paridad como principio político. Ya sé que las lágrimas de la crisis ocultan el resto de los problemas sociales. Pero cuando se reduce la presencia de mujeres en los máximos niveles, su efecto no tarda en llegar hasta la base misma del sistema social. En las empresas, en los medios de comunicación, en cualquier centro de trabajo y de actividad, se comenzará a no ver tan necesaria la presencia de mujeres. Los que antes disimulaban su monolitismo masculino, lo exhibirán y nuestra igualdad se hará algo más complicada y lenta. Pero, aún así, llegará. Quiera Dios o no quiera.

domingo, 18 de diciembre de 2011

La incultura del conde

Publicado en el País Andalucía

Circula en Internet una petición para declarar a Cayetano Martínez de Irujo persona non grata en Andalucía. Creo que, sin embargo, su mejor castigo sería cursar estudios en un centro, preferentemente público, que le proporcione algunos conocimientos y combata la aguda incultura que, como siempre, se disfraza de desprecio y arrogancia. Ni el dinero ni la estirpe pueden comprar los conocimientos y la conexión con el mundo. Ni siquiera una impresionante colección de arte, producida por artistas a los que no han comprendido en absoluto, puede tapar las miserias de una educación lamentable.


En la entrevista que el genial Évole le hizo a Martínez de Irujo hubo un momento de ruptura en el que el deseo de agradar y de presentar una imagen popular de la nobleza se quebró bruscamente. Y no me refiero al fragmento en que se despacha contra los jóvenes andaluces ni contra nuestra tierra, sino cuando confiesa, con la mirada vuelta hacia otro ángulo de la cámara, que no, que él no ha visto ni leído el libro Los santos inocentes. La simple mención de este título literario provocó un movimiento interior en el conde y nos desveló las trampas para negar el pasado; la paciente labor del olvido y la justificación de sus orígenes con infantiles falsificaciones históricas.

A los niños nos tapaban los ojos cuando salían en la televisión escenas de violencia o de sexo; al pobre conde le cerraban los ojos cuando aparecía en escena un señorito, un jornalero o una injusticia. Las personas como él no han podido leer a Delibes, ni a Machado, ni a García Lorca. Es más, yo creo que desde los cantares de gesta y el teatro de Calderón de la Barca no han podido disfrutar con tranquilidad de ninguna obra literaria, porque hasta el convenenciero Lope de Vega hizo estallar al pueblo contra las tropelías del noble comendador. Por supuesto, el conde no habrá leído a Victor Hugo, ni disfrutado de Los Miserables, ni acompañado a Anna Karenina en sus desventuras contra su desalmado y noble marido, ni siquiera disfrutar del teatro de Shakespeare y el naufragio de las casas nobiliarias.

Inconscientemente, pronuncié un ¡viva! encendido por Delibes y por todo el poder desvelador de la literatura. Los pobres nobles no hallan siquiera consuelo en las nuevas aventuras de la novela histórica donde la nobleza tampoco escapa a la perfidia. Su último refugio cultural son los programas y las revistas del corazón. Los únicos subproductos culturales que echan de menos al subproducto de una casta nobiliaria a la que venerar.

Pero, su incultura no queda reducida al ámbito literario. En esta misma entrevista, nos demostró que sus conocimientos históricos eran cercanos al cero patatero. ¿De dónde viene el poder sobre la tierra? Se encoge de hombros... No lo sabe. Es posible que fuese repartida en batallas o por dádivas reales. Tampoco le interesa. Hasta que al final estalla con una auténtica revelación freudiana: "Me hubiera encantado vivir en el medievo", dirimir los conflictos con la espada, definir la sociedad con estamentos cerrados.

Por mucho que se esfuercen, no es posible ocultar la oscura historia de la nobleza en España: su origen bélico y a veces genocida, su defensa a ultranza de los privilegios, su aversión al trabajo y a la industria, su oposición a toda idea de progreso, su apoyo reciente a la dictadura franquista... Y así hasta los tiempos actuales. Una clase que hundió a España durante siglos bajo la bandera de la tradición y contra el progreso, enarbolando el lema "que inventen ellos". El pliego de acusación contra sus desmanes, sus abusos y su papel en la historia ocuparía -de hecho ocupa- bibliotecas completas. Según Cayetano, lo que ocurre en Andalucía no pasa en ninguna otra parte. Es verdad: lo que ocurre en España y en Andalucía no sucede en ningún otro lugar de Europa. Allí los bajaron del poder a través de revoluciones populares; aquí, tres siglos más tarde, todavía les siguen ofreciendo premios, distinciones y pagándoles el diezmo de sus cosechas, como buenos vasallos.

Los nuevos vampiros

Este artículo fue publicado en el País de Andalucía

Los vampiros han cosechado un gran éxito esta temporada. Son seres que se alimentan de la sustancia vital de los seres humanos para mantenerse activos. Antiguamente chupaban la sangre de sus víctimas, hoy en día se alimentan de su tiempo.


Se les puede ver en cada ciudad, en cada empresa, en cada institución. Si les preguntas por su afán depredador te largan un discurso sobre las dificultades para mantener su actividad o te argumentan que, a fin de cuentas, el tiempo que roban tiene escaso valor en la sociedad actual. El gran Nosferatu de nuestro tiempo perpetra sus crímenes con una facilidad pasmosa: se anuncia en internet y en las páginas de ofertas de trabajo; tiene una marcada preferencia por los jóvenes y, lo que es más curioso, posee el don de la invisibilidad para las inspecciones laborales y de hacienda.

Hace unos días una periodista difundió en la red una oferta de trabajo que remuneraba con 75 céntimos de euro la redacción de cada información. La denuncia ha circulado por todas las redes sociales y algunos han puesto el grito en el cielo por esa práctica empresarial que aprovecha las penurias de la profesión periodística. Pero el gratis o el semigratis se extiende como una hidra por todo el mercado laboral. Los jóvenes que tienen la suerte de ser seleccionados para algún empleo comprueban con estupor cómo la empresa les exige un periodo laboral de formación de tres meses sin remuneración alguna. El presunto periodo de prácticas no es más que el desempeño normal de funciones solo que gratis total.

Los horarios laborales son, en muchos casos, puramente teóricos y no valen siquiera el papel en el que están escritos. Es bastante común regalar al empresario algunas horas de trabajo semanales para cuadrar turnos, hacer cuentas o recoger el material. En cuanto a las cotizaciones en la seguridad social, si tienen menos de treinta años, olvídense. Hace unos días pregunté a un corrillo de jóvenes trabajadores que cursan por la noche estudios en mi instituto y casi ninguno de ellos “disfrutaba” de un alta en la seguridad social. Un doble robo que se perpetra con una enorme complacencia social: robo a los jóvenes que lo lamentarán cuando lleguen a la madurez y robo a la seguridad social que se va hundiendo en el déficit por este ocultamiento masivo de contrataciones.

Los medios empleados para ejercer este nuevo vampirismo son muy variados. Incluso el Estado y las universidades han creado su sección vampírica para estar a la moda de los nuevos tiempos: contratos para becarios hasta hace unos meses exentos de cualquier derecho y hoy reconocidos míseramente; acuerdos de colaboración en los que una parte pone todo su tiempo y la parte contratante unos euros administrados con avaricia o, el contrasentido más enrevesado, como es la obligación de hacerse forzadamente autónomo para ahorrarles las cotizaciones sociales. Las jóvenes víctimas no saben cómo reaccionar. Nunca imaginaron que la entrada al mercado laboral fuese un descenso a los infiernos en los que tendrían que abandonar toda esperanza.

Sin embargo, estos vampiros del tiempo y del trabajo han obtenido un gran éxito y ninguna penalización. El Estado es sordo y mudo ante el fraude masivo en las cuentas de la seguridad social, el incumplimiento de los contratos o los abusos laborales que no tienen patria ni clase ya que afecta desde las pequeñas empresas hasta las grandes corporaciones del IBEX. El trabajo pagado en negro, el fraude encubierto a la seguridad social es una forma de delito que queda impune y que nos empobrece a todos. La pregunta es cuál es la razón por la que estas prácticas no se detecten ni se castiguen. Si cualquier ciudadano conoce veinte o treinta casos de esta naturaleza ¿cómo es posible que los poderes públicos apenas las persigan?

Mientras tanto, el vampirismo se extiende a todo el mercado laboral: trabaje más horas, cobre menos. La nueva reforma laboral se hará a la medida de sus apetitos. De esta forma no correremos el riesgo de perder el primer puesto en el ranking del paro, la inestabilidad laboral y la desesperanza juvenil.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Usted y Lehman Brothers


No sé si se ha dado cuenta pero usted y Lehman Brothers son los verdaderos responsables de la crisis. Los hermanos Lehman dieron el pistoletazo de salida de la actual crisis económica pero lo suyo... Lo suyo es aún más grave. Su responsabilidad es mayor que la de estos magnates y a estas alturas debería reconocerlo: usted ha vivido por encima de sus posibilidades.


Como en la novela El proceso, de Kafka, el acta de acusación aún no está finalizada pero su culpabilidad es más que manifiesta. No puede ocultar a nuestros ojos sus delitos. Hemos aprendido de la Iglesia católica el inmenso valor de la culpa, esa sustancia pegajosa que se extiende por el cuerpo social y que paraliza a las víctimas. Y la prueba fehaciente de su delito es que usted muestra síntomas de culpabilidad. Y si no, revise sus acciones detenidamente. Seguramente ha sido usted una de las personas que compraron su vivienda en los últimos diez años. No se escude ahora en que se trata de un bien de primera necesidad. Nadie le obligaba a recurrir a créditos bancarios ni le garantizaba su valor. ¿Lo ve? Incluso aunque pague religiosamente sus recibos: usted ha sido instigador de la burbuja inmobiliaria y de la consiguiente pompa financiera.

Además, si es usted una de las personas que tiene un trabajo estable, debe considerarse un privilegiado. Si es usted funcionario, realmente su caso es muy grave, una especie de bomba de destrucción masiva de las finanzas públicas. ¿No le avergüenza tener un salario fijo en estos tiempos? No me cuente que trabaja duramente ni que ganó su puesto con mucho esfuerzo y sacrificio. Tampoco me argumente que durante los años de bonanza su sueldo apenas ha crecido y que con la crisis se ha reducido de forma importante. Usted demuestra mucha insolidaridad cobrando todos los meses y teniendo un lugar al que ir a trabajar. Por eso su caso debe ser tratado con una dureza extraordinaria: la mayor parte de los recortes y de los sacrificios irán a su cuenta. Pero si usted es un trabajador del sector privado o un eventual, tampoco está fuera de esta acta de acusación. Seguro que exigió cobrar según el convenio, se empeñó en demandar una indemnización en caso de despido y es posible que acariciara la idea de jubilarse antes de que los huesos le crujieran en el andamio o en la cadena de producción. ¿No vio con claridad que sus derechos estaban claramente por encima de sus posibilidades?

Los excesos y pecados son verdaderamente imperdonables: los enfermos abarrotaban las salas de espera de los centros de salud y de los hospitales para en una clara muestra de abuso del servicio; los mayores y discapacitados cobraban una ayuda de la ley de Dependencia cuando solo se trataba del lógico deterioro producido por la edad o por los genes; los inmigrantes podían acudir a la sanidad pública y sus hijos a los colegios y, en el colmo de los dislates, se enviaban recursos a algunos países del Tercer Mundo sin entender que, la caridad bien entendida, empieza por uno mismo.

Pero todo esto va a cambiar. ¿Lo entiende, no? ¿Comprende ahora el alcance de su culpabilidad? Usted merece mayor condena que Lehman Brothers. Ellos disfrutaban de aviones privados, de una flota de vehículos y de yates, pero no vivían por encima de sus posibilidades. Es más, las posibilidades se ajustaban a sus necesidades y los Gobiernos eran como plastilina en sus manos. Ellos eran hijos y nietos de banqueros mientras que usted, que no es nadie, ha hundido con sus pequeños derechos el sistema financiero. Sin embargo, si pensaba que sus crímenes habían pasado desapercibidos ya habrá comprobado su error. Algo me dice que usted comprende perfectamente la situación y, por eso, ahora va a empezar a pagar.



sábado, 26 de noviembre de 2011

Las ilusiones perdidas: respuestas

Desde hace tres días mi artículo Las ilusiones perdidas se ha situado en el número 1 de los informaciones más vistas de la edición estatal de El País. Aunque el contador de visitas y de votos está parado, ha tenido 110 mil recomendaciones en facebook y miles de tweeds. No sé por qué se ha producido esto, pero todos los días recibo cartas de jóvenes y no tan jóvenes que me hablan de su experiencia en otros países. He creído que podía ser interesante que escuchéis directamente sus voces, ya que no suelen tener cabida en los medios de comunicación.
He transcrito algunas de estas cartas. No las he modificado. Solo he suprimido el nombre para preservar su intimidad. No sé qué os parecerán, a mi me han conmovido...y tengo muchas más


DESDE ISRAEL ¿PODREMOS VOLVER?

Muy buenas tardes Concha,

Te escribo porque hoy he tenido la gran suerte de descubrir tu artículo como el más leído de El País. Ha sido una maravilla y a la vez una pena. Soy estudiante de 5º de periodismo y ahora mismo me encuentro en Israel. Todos mis amigos han escogido el camino de irse de España. En Los Angeles, Australia, Londres, Berlin, Paris, finlandia, Corea y en mi caso Israel. Todos nos hemos ido, nos ha costado pero ha sido una medida desesperada al ver que a pesar de tener inglés, francés, prácticas en medios de comunicación ( en mi caso El Mundo, Expansión y El confidencial) vemos que no tenemos futuro.

La frustración es tan grande que nos hemos lanzado al extranjero para tener la última medalla de nuestro curriculum. Y aún así sabemos que no servirá de nada y tendremos que pelearnos incluso por un puesto de becario en el que nos paguen 200 o 300 euros una vez ya licenciados.

No quiero molestarte más con mis lamentos y solamente quiero darte las gracias por reflejar de forma tan perfecta nuestro sentimiento al abandonar España y a nuestras familias. El artículo refleja lo que siento yo, mi madre, mi abuela, mis amigos. Todos. Es un espejo de nuestra situación.

Muchas gracias




PENSANDO EN COGER LAS MALETAS

Gracias Concha,

Desde que leí esta mañana tu artículo (es verdad, qué curioso, es del 2010 y yo pensaba que lo habías publicado recientemente...) no he parado de reflexionar sobre el tema.

Irme fuera de España es una puerta que cerré hace tiempo (ya pasé un año en Irlanda trabajando de camarera y otro en Francia de Erasmus) porque quería empezar a vivir una vida nueva en Madrid, cerca de mis amigos y familia.

Pero desde que acabé mi segunda carrera hace un año no he conseguido trabajo de absolutamente nada y la desesperación es tal que leer Las ilusiones perdidas ha vuelto a enfocar esa posibilidad de salir de España de nuevo.

Sólo quería agradecerte que lo escribieras porque ayuda el saber que no estamos solos, que más gente piensa en nuestra situación y la denuncia en los medios.

Un saludo.

Devora todas las cosas:
Aves, bestias, plantas y  flores;
Roe el hierro, muerde el acero,
y pulveriza la peña compacta;
Mata reyes, arruina ciudades
y derriba las altas montañas.



MALETAS DE CARTÓN EN LONDRES

Hola…No sé si llegaras a leer esto o no,,,pero yo me doy por satisfecha!!

Le escribo para darte las gracias por su escrito en el pais,LAS ILUSIONES PERDIDAS....aparte de que me encanto lo bien escrito que está, me senti tan identificada que llegue a soltar algunas lagrimas!!
 Hace ya 1 año me vine a vivir a Londres, principalmente por temas de trabajo. Me despidieron y me derrumbé y decidí venirme aqui ya que una amiga me invitaba a hacerlo asegurandome encontrar trabajo pronto,(como en tu escrito)...y lo consegui en 3 dias,,como aupair!!!

En España tengo todo: mis recuerdos,mi casa,mi familia,y los mas importante,a mi novio, al que no me acostumbro a echar de menos...Cada día deseo mas poder volver; cada dia deseo mas vivir en mi país y que todo cambie para mejor.

Podria seguir escribiendo horas... Solo para darte las gracias!!
LAS ILUSIONES PERDIDAS....
Feliz de tenerlo imprimido en el cabezal de mi cama en Londres,,junto a mis maletas de cartón!!

GRACIAS
P.T.

DESDE PARÍS: ¿POR QUÉ ANDALUCÍA NO NOS NECESITA?

Estimada Sra Caballero,

Gracias por escribir este texto. Me he sentido muy reconocida. Nací en Sevilla, viví en Córdoba hasta los 18, tres años en una Granada universitaria a la que todos podríamos sacarle mucho más partido, y, gracias a los ánimos de mis profesores y de mi madre, marche con mi primera beca a Barcelona, de allí otra beca a París, con otra estuve en Eslovenia, volví a París de nuevo... espero que UK o Estocolmo sean las próximas paradas.

No escribiré que he sufrido porque he aprendido mucho, pero un rotundo sí a lo negativo que refleja su artículo. Como andaluza hija de madre soltera con un sueldo medio y una excelente disposición a "aguantarse" el echarme de menos animándome a crecer, leer, conocer y experimentar, hay días que todo está bien oscuro y que el volver a Andalucía se antoja algo difícil sino imposible.

Carrera, Master europeo, dos idiomas -el inglés y el francés con el esfuerzo de mi madre, no con los de la escuela pública andaluza de los 90 - a la que, por otro lado, agradezco muchas cosas-, acabando un doctorado... y no soy la única en esta situación, de hecho esta noche cenaré con una chica de Puente Genil, y dos cordobeses más en una ciudad bien lejos de casa ¿por qué Andalucía no nos necesita?

Gracias de nuevo por su artículo.

Reciba un cordial saludo

E.



DESDE HAMBURGO, UN ENFOQUE POSITIVO

Estimada Concha, 

Permíteme presentarme primero. Mi nombre es A.P, tengo 22 años y soy uno de esos que no llevan maletas de cartón pero sí sus tesoros tecnológicos más preciados cuando se marchan al extranjero. Actualmente disfruto (o padezco) una beca Erasmus en Hamburgo durante mi quinto año en la carrera de Arquitectura.

Leí recientemente tú artículo “Las ilusiones perdidas” en El País de Andalucía y no me resisto a compartir contigo algunas experiencias y algunas opiniones. 

En primer lugar, gracias, pero muchas gracias, por retratar algo tan verazmente, que además está ocurriendo y que nadie parece o quiere notar. En todo lo que dices me siento identificado, y como yo muchos otros porque tú artículo está volando por las redes sociales. Al minuto de colgarlo en mi muro de Facebook ya lo habían compartido tres personas más. Y así ad infinitum.

De regreso al artículo, entiendo que el tono dramático con el que lo escribes, tiene en parte la intención de llamar la atención y despertar a los que todavía no se han dado cuenta de esto. Sin embargo, creo que resulta muy triste para las personas que lo leen estando en la situación que describes. Te daré el ejemplo de que todos los Erasmus españoles que conozco aquí (y no son pocos) son en mayor o menor medida conscientes de nuestra situación. Pero nos es triste hablar de ello porque de alguna manera el retorno a España se nos plantea más largo que en un par de semestres. "Es por poco tiempo -se dicen-. Dominarán el idioma, conocerán mundo... Regresarán en pocos meses" y aquí nos surge la angustiosa pregunta: y a la vuelta, ¿qué?

Por todo esto, y evitando entrar en detalles personales y explicarte lo desagradable que es recibir horas y horas de clases universitarias en Alemán y no entender una palabra, quiero pedirte dos cosas.

La primera es que intentes que publiquen tu artículo en la tirada nacional. Desde que estoy aquí leo mucho la prensa española, cada día y no solo El País. Hasta ahora sólo he leído algunos artículos sobre quiénes se marchan a Alemania, principalmente Arquitectos e Ingenieros, pero no he leído a nadie que diga lo que tú. 

Y en segundo lugar (por pedir que no quede), me gustaría plantearte la posibilidad de escribir un segundo artículo con un enfoque mucho más positivo. Te doy un ejemplo muy personal que me anima mucho. En uno de esos momentos de despedida amarga, una tía mía me dijo con un tono algo cómico y afectuoso : “Tienes que irte a quitárselo todo. Tráete el idioma y tráete su organización y cómo trabajan. Llévate todo lo que puedas de allí (Alemania) porque es lo que te va a servir cuando vuelvas” Cuando vuelva; porque nada me llena tanto como el pensar en que hay una vuelta y que queda mucho por hacer en nuestro país.

Gracias una vez más, Concha, por tu artículo y por tu tiempo.

Un saludo muy cordial,

A.P.

VALIÓ LA PENA

Es una pena que no se valore la estupenda formación que tienen muchos jóvenes, pero también la experiencia profesional es importante para la empresa. Por eso hay que aprovechar cualquier oportunidad que se presente, antes que quedarse parado. Y desplazarse a Europa es una buena experiencia profesional y personal. Mi marido trabajó en Dublín 2 años y le ha servido para abrirse camino en España. ¡Valió la pena, ya lo creo! Paciencia. Sed positivos.

LAS CONSECUENCIAS DE PERDER A LOS JÓVENES
Hola Concha ,
Mi hijo, con 26 años y actualmente trabajando en Londres, me ha enviado hoy tu artículo muy emocionado por la descripción tan real y a la vez emotiva que muestra. Como muchos de los comentarios que he leido, este es su caso: Premio extraordinario en su carrera, trilingue, Erasmus en Paris y ahora trabajador en Londres. Y no es sólo él, sino que la mayor parte de sus compañeros se están traladando fuera, uno a uno, como "gotas". Como planteas en tu artículo ¿ alguien está empezando a evaluar las consecuencias que esto tendrá en nuestro futuro ? pero incluso añado, ¿ quién se está planteando, por qué, si la crisis actual afecta a todos los paises, los jóvenes de este perfil, encuentran sin embargo algo acorde con sus expectativas en el extranjero ? Nada mas. Simplemente gracias por el artículo

….

DE ESCRITORA A CAMARERA ¿OTRA GENERACIÓN DEL 98?

Hoy recibí un email de un amigo con un enlace a la edición digital de su artículo publicado este pasado octubre. De lo que ud habla resulta dolorosamente familiar y le agradezco que haya dado voz a una historia que se ignora desde todos los medios, porque no da tanto juego como otros ejemplos de gente joven más estereotípica, en los tiempos actuales.

Me presentaré: me llamo A.V, tengo 27 años. De oficio soy diseñadora gráfica Hice una diplomatura, antes de terminar mis estudios ya estaba trabajando, con veinte años me independicé, abandoné mi Zaragoza para irme a Madrid. A raíz de esas experiencias escribí mi primer libro : Mamá, ¿cómo se pone la olla exprés? Destinado a jóvenes que se quedan solos / independizan y no saben nada de las tareas de la casa. Este libro lo publiqué con 24 años. A día de hoy van vendidos 6000 ejemplares. Con 26 años publiqué mi primera novela. Pero ésta lamentablemente no funcionó tan bien.
Tengo en mi haber varios premios de cómic, entre ellos el I del Injuve de Aragón. 

Y pese a todo este currículum estoy trabajando de camarera en un restaurante de Edimburgo, Escocia. Cuando me quedé en paro de mi último trabajo tenía bien claro que si en 6 meses no salía nada intentaría salir de España. Así fue. Nueve meses después dejé todo atrás y me fui a una ciudad cuyo única cara conocida era un amigo que trabajaba aquí. Ha sido duro, aunque me cueste reconocerlo. De tener una casa, un novio, mascotas, amigos, hermanos, mis libros y cómics, he pasado a tener nada. He tenido que adaptarme a una cultura e idioma que pese a dominar, no eran los míos.

En resumidas cuentas y sin querer aburrirla con mi historia: todo cuesta. Todo es tremendamente duro. Yo no tengo padres a los que recurrir sin la aventura sale mal, por lo que el miedo que tengo ahora es grande. Pero al menos estoy aquí y tengo un trabajo que pese a ser de hostelería cumple los horarios a rajatabla (algo inaudito en España). Lo que cobro es mínimo, pero me da para vivir, comer e incluso llegar a ahorrar. He tenido más entrevistas para diseño gráfico que el tiempo que estuve en el paro en Madrid, aunque sin tener suerte de momento. De España no voy a echar de menos los sueldos submileuristas, que existen mucho más de lo que nos gusta pensar. Empresas que piden perfiles altísimos a sueldos risibles, en ciudades como Madrid, donde simplemente un alquiler no baja de 600-700 euros.

Me consuelo pensando que esta etapa de mi vida la invertiré en escribir y dibujar. Vivo en una ciudad realmente inspiradora, pese a la soledad.

No quiero volver a España. Yo ya ví venir la crisis haciendo caso a mi sentido común. Éste me sigue diciendo que entre cambios de gobierno y demás la cosa no va a solucionarse. Seguiremos con un SMI risible y en muchas cosas volveremos para atrás o continuaremos atrasados respecto a otros países europeos.
Últimamente digo mucho que nuestros políticos tienen que estar "orgullosos" de haberse cargado a una generación de jóvenes que nos hemos tenido que ir del país ante la situación tan deplorable en la que nos encontramos. Los que ud menciona, en la que me incluyo. Una generación perdida. Quizás siendo positivos esto dé lugar a una futura "Generación del 98", en la cual reflejemos a través de nuestros blogs, libros, cómics esta etapa tan negra de nuestro país. Quién sabe.


Me despido agradeciéndole nuevamente sus palabras.


Un saludo.

LAS CAUSAS

Siento decirle que no sabía de usted hasta hoy, pero casualmente me he encontrado un artículo suyo titulado "Las ilusiones perdidas". Exceptuando un artículo de Forges (sí, el viñetista) de hace ya bastante en el que hablaba de la hipoteca de su padre, es la primera vez que leo un artículo tan bien desmenuzado sobre la realidad española. Sobre el fondo, decirle que ha dado en el clavo porque va a ser así, aunque todavía no lo sepamos (¡que bien escribe!).

Una pena que no haya dedicado un poco más a los causantes generacionales de este tipo de problemas: los hijos de aquellos pobres ignorantes pero honestos que probablemente los dos hayamos conocido. Esa generación que pasó de la nada al todo y que ahora cree que la experiencia de los años, y sus canosas circunstancias, les da como para entender cómo funcionan las cosas actuales.

Esos son, en definitiva, los pobres desgraciados que ahora, cuando comiencen a quebrarse las patas de la poltrona, se levantarán exclamando: ¡Yo ya lo sabía porque tengo una edad! Nada nuevo bajo el sol en este país llamado Hespaña,  lleno de ignorantes que se ponen una corbata y creen ser sabios.

Saludos y enhorabuena por el artículo.


ESPAÑOLES POR EL MUNDO…COLOR ROSA

 Desespero cuando veo en TV los programas de Andaluces y Españoles por el Mundo donde se refleja un mundo idílico, donde todo el que se va triunfa y el que se queda es que es tonto. Aquí todo es cada vez más dificil para jóvenes como yo, pero mis amigos que se han marchado tambien dicen que allí no todo es color de rosa y que se indignan de la incompetencia de nuestros dirigentes que son incapaces de crear un mundo profesional digno en Andalucía.

DESDE MÉXICO, A REPENSAR EL MUNDO

Estimada Concha Caballero,

Le envío un cordial saludo esperando se encuentre muy bien.

No sé qué tan a menudo reciba e-mails de felicitación sobre su forma de escribir, y le adelanto que este es uno más.

Hace tiempo que sueño con ir a España. Soy de México y mis viajes internacionales se limitan a ciertas ciudades de Estados Unidos que he podido conocer por trabajo. Y mi camino vivencial me ha llevado a España a través de decenas de músicos que me inspiran, de imágenes que me llaman y conmueven más que las de mi propio país -en el caso de los músicos, me declaro sin remordimiento, en el caso de las imágenes, posiblemente peco de malinchista.

Y hace poco, como usted menciona, le he contado esto a una amiga que me ha dicho, en otras palabras, todo lo que usted menciona. Desde "yo te puedo ayudar a conseguir un trabajo y vemos cómo hacer para que te quedes aquí" hasta "claro, es lógico asumir que necesitas ser por lo menos 'mileurista' para sostenerte y que talvez a duras penas lo consigas'". 

Y le prometo que, como también tan acertada usted menciona, tengo estudios. Dos grados, uno en Leyes y uno en Psicología, soy una persona ávida de conocimiento, lectora consuetudinaria, curiosa, con experiencia gerencial durante los últimos tres años y veinticinco de edad -que, debo aclarar, a estas alturas ya no sé si son pocos o demasiados.

¿Por qué le cuento todo esto? Ni yo misma lo sé. Sé que he compartido su columna a las personas inteligentes que conozco incluyendo a mi familia y que a todos nos ha dejado un sabor de desolación tremendo. Entre mi hermana que se fue a las locas a Canadá y yo que estoy planeando todo para irme a Europa a finales de año, las lágrimas hicieron acto de presencia.

Y al final, al respecto de los tintes políticos y económicos de su escrito, tiene usted toda la razón. Y peor aún, mi país como muchos otros estoy segura, sufre de lo mismo. 

Ahora que me detengo y vuelvo a leer, por momentos esto se lee como un reclamo. No obstante, nada más lejano de la realidad. 

Lo que quiero decir es que si usted es como esas personas de las películas que creen que la trascendencia se gana "tocando" por lo menos a una persona a la vez, el día de hoy ha hecho usted su trabajo por cuatro. Mis hermanos, mi madre y yo.

Ahora, a re-pensar el mundo y los planes.
A.M.0

DESDE MÉXICO: REALIDADES MÁS DURAS

Estimada  Señora:  He  leído  esta  preciosa  nota  suya en el  diario   EL  PAÍS. Quiero hacerle  presente  que  esa  realidad en que  están  inmersos  todos esos  jóvenes  que  se  van  en  busca   de  nuevos  horizontes,  sucede  en  casi todos los  países.  Perdemos a  los  mejores. Los mas  capaces,  lúcidos, responsables, y  un  largo  etcétera. 
Vivo en  un  país  donde  las  crisis  han  sido  cíclicas.  Hemos  pasado  tantas  que  hemos  criado  una  especie de coraza  como la de  los  hipopótamos, para  resistir  sumergidos, con  apenas  los  orificios nasales  en la superficie. Cuando voy a  hacer  las  compras,  veo  a  ancianos  jubilados , revolviendo  el bote  donde  el  frutero arroja  lo que  no  se  puede vender  al  cliente, y estos ancianos   se  lo  llevan  para comer ! Esto sucede en el  país  donde se  puede dar  de  comer a  400  Millones  de  personas  !  

Nunca  imaginé  que  España  y el  resto  de  la  UE  iban a  ser  hundidos  por  el  default  originado  en  USA  en el  2008. Acaso  porque  en  este  país  donde  actualmente  resido, hemos sido  usados  de  conejillo  de  las  Indias  por  los  yankis y  los  conocemos  muy  bien.  En  los  tiempos del  nefasto  Henry  Kissinger  se  desató  una  "caza  de  brujas"  donde  cientos  de  miles  de  jóvenes  desaparecieron  de  los  países del  Cono Sur  de  América  por  la  voluntad  de  este "señor"  y  la  participación de  las  fuerzas  armadas  de  los  respectivos  países. 

Cada  uno de  los  gobiernos  que se suceden  legítimamente, se  esfuerzan  en  ser  peores que el  anterior. Acá  tenemos   miles  de  jóvenes  profesionales  que  se  dedican  a  conductores  de  remisses  y  taxis, porque  no  pueden  encauzar sus  profesiones.

Recuerde,  que,  siempre  hay  realidades  mucho  peores  que  las  que  ven  nuestros  ojos. 
Cordiales  saludos.

B.B


PRÉSTAMOS RENTA

Hola Concha.
Lei tu articulo acerca de la generación perdida y ese sigue siendo mi día a día.
No se si estaras al tanto o será volver a escribir sobre lo mismo, pero si pudieses denunciar el estado abusivo de los Prestamos Renta para estudiar un master. Este año han cambiado las condiciones y es increible como nos han dejado a merced de los bancos una vez mas.
Yo me voy de aqui también. Voy a solicitar un doctorado fuera de este país. Aqui se paga una media de 1100 euros para realizarlo, en cualquier pais de europa cerca de los 2000 y encima en proyectos de primer nivel.
Un saludo

PADRES CORDOBESES

Precisamente ésta noche, cuando ibamos de Castro para Córdoba, para dejar a dos de nuestras hijas (una de ellas aún estudiando y la otra recien licenciada), nos comunicaba que de no encontrar trabajo en un año (actualmente se prepara oposiciones), se marchará a Londres. La tercera de nuestras hijas, diplomada en turismo, trabaja desde hace dos años en Oxford, en una tienda de Zara. Al leer tu artículo nos hemos visto reflejados y nos hemos hecho la pregunta ¿cual será el futuro de nuestros/as hijos/as?. Ya conocemos la alegría de la llegada en los aeropuertos, pero también la tristeza de la ida.


SU MEJOR ESPERANZA…EN VIETNAM

No sin cierta desazón -sitiéndonos protagonistas- acabamos de leer en EL PAÍS tu magnífico artículo, con el que nos sentimos plenamente identificados, pues refleja de principio a fin, la trayectoria académica y profesional de nuestro hijo Alfonso.Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla, tras hacer prácticas en todos los diarios de Córdoba y prácticamente en todas las secciones, hizo un Máster de Edición de la Fundación Santillana en colaboración con la Universidad de Salamanca con prácticas en Revista de Libros y en la Editorial Siruela, sin que nada fructificara en un trabajo estable (ni temporal), a pesar de la honda huella afectiva, profesional y humana (aunque esté "feo" que lo diga su padre)que va dejando a su paso. Previamente curso estudios con beca Erasmus en Lyon, fue auxiliar de conversación en Sablé sur Sarte (Francia) y "disfrutó" de una beca Argos en Bruselas (¡450 euros mensuales!) en el periódico digital Aquí Europa, llegando a cubrir hasta cumbres de presidentes de la Unión Europea. De vuelta a casa unos meses aprovechó para hacer el CAP , porfiando contra la inquietud y el desasosiego de un futuro incierto. Trabajó después un año en trabajos de Documentación y apoyo técnico en el Ministerio de Asuntos Exteriores durante la Presidencia de España en la Unión Europea y actualmente trabaja en Vietnam , durante un año, con una beca de Extensión cultural. Cuando vuelva de Hanoi tendrá 28 años, con una sólida formación, plena de valiosísimas experiencias profesionales y un futuro tan incierto como el día que terminó su carrera.

Sólo nos queda agradecerte que te hayas acordado hoy de estos chicos y chicas luchadores y bien preparados y puesto voz a su triste situación y las de sus familias.
Un abrazo, Concha.

LEJOS DE LA FELICIDAD

El 2 de octubre, cuando lei su artículo, no pude evitar terminar llorando, como sé que harían mis padres con la versión impresa entre las manos en el rincón dónde nací.
Supongo que soy todo lo que describe: andaluza, me fui de Erasmus, fue auxiliar de conversación y ahora trabajo como lectora. Una no está mal aquí, por supuesto las condiciones laborales serían un sueño ahora en España.

Pero tengo que recordarme cada día cuáles eran mis sueños, para que no se me olviden, para poder seguir luchando (porque yo voy a seguir, no sé hacer otra cosa...) para ser lo que quería, para ejercer el oficio que con tantos sudores he estudiado.
Gracias por evocar la tristeza y el vacío de los aeropuertos. Qué lejos quedan los días en que irme de casa era felicidad pura. Cuánto miedo siento al ver que cada vez me alejo más de mi sitio y que me pierdo la vida de los que más quiero.
Muchas gracias por acordarse de nosotros. Ojalá volver al extranjero los próximos años sea una elección, y no una obligación.
A.C.

MILEURISTAS CON TÍTULOS DE ALTO NIVEL
Acabo de leer tu articulo y no he podido volver a sentir la misma tristeza que siento cada domingo.
Soy un afortunado (en este país, claro), estudie Ingeniería Informática, la carrera mas demandada y me dedico al desarrollo de software, el perfil mas demandado en las paginas de búsqueda de empleo.
Sin embargo todos los lunes cuando entro por la puerta de la oficina me invade la tristeza. Nunca fui un buen estudiante pero saque la carrera, conseguí una beca en la gran multinacional de la informática y he cotizado 3 años.
Sigo en el punto de partida o incluso peor. No tengo estabilidad laboral, gano menos de mil euros, mi valoración como profesional es nula y el trato demencial.
Los jóvenes de mi generación no creemos en este país y como dicen muchos por ahí: "Si España no quiere saber nada de mi, yo tampoco quiero saber nada de ello".
Tanto dinero invertido en nosotros y estamos deseando irnos a cotizar a otro país.
Ojala llegue pronto ese momento.

La izquierda plañidera

Este es el artículo de esta semana de El País Andalucía

Andan lamentándose de los resultados y señalan a la crisis, a la prima de riesgo y al poder de los mercados como causa de su descenso. Acusan a los bancos de enjugar sus pérdidas con el sudor ajeno, de ser avariciosos y carecer de valores morales. Vaya. Ni que los poderes financieros hubiesen sido hasta hace unos años unas hermanitas de la caridad. Acaban de descubrir la naturaleza depredadora del capitalismo internacional, las presiones que ejercen sobre los Estados y su sociopatía congénita. Preocupante que hayan tardado tanto en percatarse.
No acaban de comprender los cambios sociales y tienden, o bien a culpabilizar a la sociedad por su derechización política o, por el contrario, a considerarla víctima del engaño y de la manipulación de la propaganda conservadora. Su propia sorpresa denota la pérdida de horizonte así como un paternalismo trasnochado que concede a la sociedad un papel pasivo. El ideal socialdemócrata, que se forjó contra o paralelamente a los movimientos revolucionarios, se basaba precisamente en que era posible embridar el caballo salvaje del capitalismo y someterlo al interés general. Así que más que lamentarse por los dichosos mercados harían bien en preguntarse qué han hecho para ponerles límites antes de que campearan por el mundo con su espada flamígera; más que preguntarle a Rajoy por sus vergonzantes recortes sociales, deberían interpelar a Tony Blair, a Clinton y una larga lista de gobernantes socialdemócratas desde la A a la Z de Zapatero por no haber puesto límites a la avaricia y al poder del dinero.
La ceguera de este último respecto a la crisis no es un defecto particular, sino la demostración de una miopía política que había basado su éxito en el reparto de beneficios sociales y al aumento del Estado del bienestar pero que ha fracasado en el control de los mercados financieros y de los movimientos especulativos.
Nadie niega la influencia de la crisis en el resultado electoral, ni el poder de los mercados, ni la avaricia de los poderosos, ni las trampas de la derecha política, solo que es un lamento tan inútil como quejarse de que la lluvia moja o el fuego quema.
Por otra parte, es difícil mantener la tesis de la ingenuidad de los votantes, de una sociedad engañada por el silencio-trampa de Rajoy o de Artur Mas que despertará bruscamente en pocos meses. Hasta el ciudadano más tonto ha podido detectar que van a atacar sin piedad el Estado del bienestar. También en este caso la pregunta más interesante sería por qué, a pesar de saberlo, los han votado; cómo se ha producido esta mezcla de desesperanza, de sálvese quien pueda y dónde estaba la izquierda mientras se desmontaban los valores más básicos de la igualdad, de la solidaridad y el prestigio de los servicios públicos.
Mientras lloran, están a punto de no comprender tampoco la amenaza más importante que se cierne sobre la humanidad: el agotamiento de los recursos naturales, el uso del planeta para fines comerciales, el desplazamiento del mercado especulativo hacia el aire, el suelo, la ciencia y la energía.
Se preguntan qué ha fallado pero si señalan solo causas ajenas y no inician una sincera renovación de su proyecto, pueden volver a equivocarse gravemente. Como se equivocarían también si no revisan las prácticas políticas que, al abrigo de los puestos oficiales y de los despachos amurallados, los han hecho insensibles al dolor ajeno.
Me gustaría destacar una herida social sangrante y es la falta de futuro de una juventud que ha cumplido todos los mandatos sociales: Ha estudiado, se ha preparado y se agosta en los largos días sin trabajo o toma sus maletas para abandonar nuestra tierra. Por ellos es necesario recuperar la esperanza y el aliento. Merecen algo distinto de esta guerra sorda de intereses ajenos y a una izquierda plañidera sin horizontes


lunes, 21 de noviembre de 2011

Las metáforas de la campaña


Con este artículo se finaliza el ciclo de la campaña electoral El País Andalucía


Con un diccionario de sinónimos y una guía de las figuras literarias hubiésemos entendido mejor esta campaña electoral. Como hoy es día de reflexión, podemos analizar el uso del lenguaje y sus hallazgos literarios.
Por ejemplo, el verbo recortar no figura ni una sola vez en los programas de las fuerzas políticas. En vez de señalar las cosas por su nombre han preferido recurrir a eufemismos que dulcifican las acciones o que las dotan de unos valores morales o intelectuales indiscutibles. Algo así como ponerles un manto de santidad a la disminución del gasto público y de los servicios sociales. Por eso, en vez de recortar, dicen que van a racionalizar, coordinar, aplicar criterios de austeridad o simplificar nuestros servicios públicos. Así que no se quejen y dénse por racionalizados.
Tampoco se han hecho referencias claras a la privatización de servicios públicos. Se ha preferido el circunloquio de “fomentar la colaboración público-privada” que es algo mucho más positivo. Dónde va a parar,
Cuando se han pedido respuestas a temas concretos, como las prestaciones por desempleo, se ha recurrido afirmaciones tan enrevesadas que más bien parecen obra de las meigas: las prestaciones por desempleo van a bajar, pero no porque la gente deje de cobrar el desempleo, sino porque va a haber menos personas con derecho a cobrarlo. Ni Santa Teresa con su “vivo sin vivir en mi” había llegado tan lejos en el arte de la paradoja. Y para contradicción esta psicomaquia entre la realidad y el deseo, a propósito de la ley de dependencia: “es muy loable querer ayudar a las personas que no se pueden valer por si mismas pero no podemos permitírnoslo”. Y es que no se puede ser tan bueno. En literatura a estas perífrasis y amplificaciones se le llama “el arte de lo oblicuo” y ha cosechado un gran éxito en la campaña electoral.
Pero el triunfo absoluto en el campo de las figuras literarias lo ostentan, sin duda, las metáforas. Comenzamos por los célebres “mercados”, que para algunos son el summun de la maldad y para otros una institución digna de todo respeto a la que Zapatero tiene muy mosqueada. Por lo visto a esta metáfora de los mercados hay que mandarle un mensaje urgente en cuanto acaben las elecciones, nos guste o no nos guste. Al principio pensé que iban a escribirle una carta, pero nada de eso. Algunas metáforas las carga el diablo con espoleta retardada y su traducción exacta  es que partir del día 20 se anunciarán medidas de recorte severo para que respiren satisfechos. ¡Los pobres!
Los nacionalistas catalanes se han apuntado también  con ardor a la fiebre literaria. Su programa se basa en una gran metáfora, tótem absoluto de los nuevos tiempos: el pacto fiscal. O sea, más dinero. O como expresó alguno de sus insignes dirigentes, el cuidado de la buchaca. Sin embargo, su figura más controvertida ha sido una metonimia de cierto carácter racista: unos mohameds que andan por ahí sin integrarse y molestando a los estilizados jordis.! ¡Pobre Jordi! ¡Cómo si no tuviese bastante con los andaluces!

Han vuelto a ponerse de moda algunas figuras muy denostadas porque los regímenes autoritarios las usaban con exceso como son la tautología o el pleonasmo (que como saben, no es ninguna enfermedad incurable sino una afirmación vacía y redundante). Son tantos los ejemplos que llenaría varios artículos: “Sabemos qué es lo que hay que hacer y lo vamos a hacer”, “crear empleo, creando empleo”, “gestionar bien los recursos públicos” y la tautología perfecta: “una política económica como Dios manda”. ¡Que Dios nos coja confesados!

Como ven, más que a una campaña electoral hemos asistido a un torneo literario. Han triunfado las medias verdades, el lenguaje oblicuo, las frases hechas y las exclamaciones decimonónicas, como esa insidia que arrasa en internet. Ha sobrado mala literatura y ha faltado claridad en las propuestas. Tanta tecnología del siglo XXI, tantas redes sociales para la campaña más opaca de la historia reciente. Quien avisa metafóricamente no es traidor, perdón, insidioso.

sábado, 12 de noviembre de 2011

¡Qué bien llevan su casa!


Publicado en El País Andalucía

Había pensado titular este artículo Misteriosa desaparición de las mujeres en la campaña electoral pero me he quedado con esta frase pronunciada al azar en el debate a dos barbas. El candidato del PP la enunció sin afán alguno de polémica. Solo dejó asomar ese inconsciente que ha repartido los papeles sociales de manera sexista y, con ello, esparció un aroma inconfundible a pasado.
Nos dijo que tenía en su equipo mujeres magníficamente preparadas que, además, "llevan su casa y cuidan a sus hijos". El oponente esbozó una sonrisa sardónica pero no respondió en absoluto a esta declaración que nos pinchó como una aguja en medio del debate. ¿De manera que Soraya Sáenz de Santamaría, María Dolores de Cospedal y Ana Mato llevan perfectamente su casa y el cuidado de sus hijos? ¿Y qué tal llevan su casa y el cuidado de los niños González Pons, Ruiz Gallardón y Cristóbal Montoro? ¡Ah, claro! Se me había olvidado que en el caso de los varones el comentario pertinente es declarar a qué equipo de fútbol pertenecen o qué hobby practican.
Aunque tenemos que decir, en aras a la verdad, que el comentario de Mariano Rajoy no desentona respecto a otras declaraciones o dolorosos silencios de campaña. Por ejemplo, el coordinador de IU en Andalucía criticaba a su antigua compañera de filas con una metáfora profundamente machista: "Ella abandonó la cama tan rápidamente, que ni yo mismo me di cuenta" "¿Dónde está esta chica?", añadió personalizando aún más la imagen. Pues le va a ser difícil encontrarla, ni a ella ni a ninguna otra, porque en las listas de IU no hay mujeres en puestos de salida con lo cual repetirán la bonita experiencia de grupos institucionales absolutamente masculinizados.
Por su parte, en el PSOE las mujeres brillan por su ausencia pública. Tras años en los que la igualdad de género fue una seña de identidad de su formación política, la presencia y, sobre todo, el poder político de las mujeres ha decaído abruptamente. Sus grandes mítines y presentaciones públicas son masculinas y patriarcales. Si acaso, alguna mujer oficia de presentadora o telonera de sus compañeros masculinos.
Y es que, desde que comenzó la crisis económica, se ha edificado una simbología y un imaginario masculino que ha barrido de escena no solo la presencia de las mujeres, sino todos los debates que afectan al desarrollo social. Además, se ha apelado a construcciones muy arraigadas en el inconsciente colectivo, según las cuales la autoridad y los tiempos difíciles necesitan liderazgos masculinos, centralizados y de edad avanzada.
Por eso, cuando ha llegado la campaña electoral se han reducido todos los debates a uno solo: el seudodebate económico. Y lo llamo un falso debate económico porque no se discute del modelo de desarrollo para los próximos tiempos. Si así fuera, se estaría hablando en serio sobre el modelo energético, el papel de la educación, los límites ecológicos, la organización de la producción y la igualdad de hombres y mujeres como factor de desarrollo. Lo que se está haciendo es un remedo de debate contable, financiero, desprovisto de contenido político y que rinde culto solo al dinero, al déficit y al crecimiento económico.
Ante este falso dios sucumben los debates sociales, la igualdad de oportunidades, la equiparación entre sexos y los recursos naturales. Se arrasan valores como la solidaridad o la igualdad y se postergan los problemas de los más débiles. Han logrado convencernos de que la economía es neutral en vez de la rama más política e ideologizada de las ciencias sociales. Apelan a que votemos con el bolsillo, no con las ideas. "Ya nos ocuparemos de las demás cosas cuando salgamos de la crisis", nos dicen. Pero no es verdad. Saldremos de la crisis con el modelo social que hayamos diseñado en estos años. La misteriosa desaparición de las mujeres en campaña, las escasas referencias a la igualdad, el revival de "la mujer de su casa" no es una insignificancia sino un serio aviso de retroceso social.

sábado, 5 de noviembre de 2011

15M y 20N



Artículo publicado en El País de Andalucía 

No sé cuando empezó la moda de titular con el día de la fecha y la inicial del mes los hechos que van jalonando nuestras vidas. Solo seis meses separan estas dos fechas: la acampada de Sol que inició el movimiento de los indignados y el cercano domingo electoral que cierra este ciclo político. Sinceramente, pensaba que el espíritu del 15-M iba a impregnar la campaña electoral; que los políticos iban a mostrarse, al menos aparentemente, sensibles a sus demandas; que se hablaría más el lenguaje de la calle que el de los mercados, de la democracia más que de la Bolsa, de las necesidades de los de abajo más que de las exigencias de los de arriba. Pero la política, como el infierno de Dante, se desarrolla en círculos excéntricos y en universos paralelos. Crea su propia realidad virtual, su matrix particular y sus asesorías de imagen, más preocupadas por el efecto del color de la corbata en el próximo debate que por las ideas que se anuncian.
Algunos reprochan al movimiento 15-M no haber incidido de forma decisiva sobre los próximos comicios y destacan la contradicción de que una sociedad que dice estar mayoritariamente a favor de las demandas de los indignados vaya a conceder el éxito electoral al partido que más rotundamente se opone a sus reclamaciones. Pero quizá merezca la pena salir de los cauces de análisis políticos al uso y examinar esta situación desde un nuevo punto de vista. Hasta ahora, las elecciones eran el único momento de expresión de la ciudadanía pero quizá -y ojalá no sea un infundado deseo- las opiniones políticas de la población estén buscando renovadas formas de expresión y de comprensión de la realidad. Las elecciones, siendo sumamente importantes, no suponen más que una cuenta final, el resultado de un ciclo político anterior, en la que si la suma de errores (y, en nuestro caso, esta lista comienza con la escalofriante cifra de cinco millones de personas paradas) supera los aciertos, el turno le corresponde al partido de la oposición.
Pero la política, en esta sociedad avanzada del siglo XXI, desborda en mucho los estrechos cauces de las elecciones, lo cual, no le resta importancia al hecho de votar y de elegir a nuestros gobernantes, sino que pone de manifiesto que no basta con este acto ritual cada cuatro años porque ha crecido una ciudadanía que quiere formar parte de las decisiones del futuro.
Aunque el 15-M haya tenido muy poco tiempo para desarrollarse, su influencia sobre el nuevo ciclo político puede ser absolutamente relevante. Hasta el pasado año, cuando las elecciones concluían los ciudadanos se marchaban a su casa y comentaban en privado su acuerdo o su insatisfacción con las acciones del Gobierno. Sin embargo, en solo seis meses, el movimiento 15-M ha creado una red, unas formas de relación y de intervención, fundamentalmente a través de Internet, que va a controlar y a vigilar cada paso que se produzca en el escenario político.
A la democracia le han nacido millones de ojos vigilantes, de dedos ágiles en los teclados, de información que traspasa a los propios medios de comunicación tradicionales, de ideas que circulan en el espacio y de acciones que se organizan sin un centro motor jerárquico. Gane quien gane las elecciones, nada volverá a ser como antes.
Tal como dice Antoni Gutiérrez Rubí en su libro La democracia vigilada se ha roto "el secreto" de la política. Ya no es un arte que se practica solo en los sacrosantos lugares de las instituciones. Ahora hay otros escenarios políticos que van a querer contar, intervenir, ser tomados en cuenta. Millones de ciudadanos son portadores de documentos que reescriben la democracia con el wikileaks de las verdades ocultas.
No es, como algunos piensan, una conspiración, una trama para dificultar el Gobierno de la derecha. Es una nueva ciudadanía que apenas ha comenzado a dar sus pasos. Por eso, aunque los partidos se comporten como si estuviésemos en el siglo XIX, ya nada será igual. A la política le han nacido nuevos espacios públicos que nadie va a poder desalojar. Aunque lo intente.

domingo, 30 de octubre de 2011

¿Quién nos ha robado el otoño?


No sé cómo definir los tiempos actuales. Nunca he vivido una campaña electoral semejante. No he visto jamás que el candidato del partido de la oposición ejerza en realidad como presidente en funciones. Tampoco he visto un gobierno que, en cada decisión, invoque al nuevo inquilino de la Moncloa. No he asistido nunca a este traspaso de poder anticipado que afecta a todos los ministerios y a todas las decisiones. Algunos días creo que me he levantado el día después de la victoria del PP porque leo en primera plana las cábalas sobre la formación del nuevo Gobierno y las fotos de los posibles ministros. Me sobresalto y pienso: ¿quién me ha robado el transcurrir de estos días, la liturgia de la campaña electoral, el ingenuo regocijo de pensar que todo es posible? ¿Quién ha convertido el tiempo de la decisión en una especie de punto muerto, en sala de espera de una victoria anticipada, en una especie de trámite engorroso pero imposible de evitar.

Algún ratero, menos poético y cabal del que atracaba a Joaquín Sabina para sustraerle el primaveral y amoroso abril, nos ha robado el mes de octubre y un buen trecho de noviembre, justo hasta la noche del día 20. Ha debido pensar que no los necesitábamos, a fin de cuentas para sus cálculos electorales no somos ciudadanos sino números, guarismos, chinchetas en un mapa o porcentajes en un gráfico de colores. Ya nos advirtieron de que la democracia era aburrida, pero una cosa es que una película te aburra y otra muy distinta es que, nada más llegar al cine, te coloquen el letrero de The end en la pantalla.
Debe ser por este lapsus temporal, por este flashforward en el que vive la política española, la razón por la que el partido ganador, el jinete de la última escena de la pantalla, no suelta prenda programática alguna, se encomienda a Dios en sus decisiones y parece salido de un limbo magmático en el que no existe el tiempo. Rajoy es ahistórico, críptico e insustancial; un personaje aupado por las circunstancias a un papel de liderazgo que le provoca un regocijo íntimo y que él expresa con un gesto inconfundible de mandíbula. Como en política es preferible que “la suerte te acompañe” y más en esta sorprendente etapa política, los programas electorales son peligrosos compañeros de viaje. “Cualquier declaración puede ser utilizada en tu contra” y “cualquier programa es munición futura”, parecen haberle advertido. Por eso, la prudencia le aconseja decir lugares comunes, utilizar palabras comodín y recurrir en los mítines a las infalibles fórmulas de “hacer las cosas bien”, “poner las cosas en su sitio” o “hacer una política económica como Dios manda”. ¿Quién puede estar en contra de tal programa electoral? “Ni Dios”, deben pensar sus publicistas.
Se dedica, eso sí, a limar algunas asperezas que en los tiempos pasados fueron su principal caballo de batalla. “Si el Tribunal Constitucional acepta la palabra matrimonio, nosotros la aceptaremos también”, dijo recientemente a propósito del matrimonio homosexual. Como si no hubiese sido él quien firmó el recurso ante el tribunal y quién denostó la aprobación de la ley. Como si no hubiese sido su partido el que acompañó esa procesión de sotanas y de hábitos por las calles de Madrid o como si no hubiesen suscrito multitud de manifiestos en los que se denunciaba que esta ley es “un atentado a la institución familiar”. Es este uno de los más de diez renuncios de los que tendremos oportunidad de hablar. Ahora nos anuncian una campaña electoral sin ruedas de prensa, o sea, sin preguntas incómodas, sin reacciones ante los temas de interés, sin periodismo: solo cámaras e imágenes de los mítines minuciosamente preparados. Una campaña electoral sin información real y unos ciudadanos desprovistos de memoria: esos peligrosos artefactos que nos dan a los seres humanos las coordenadas de nuestra navegación.


sábado, 22 de octubre de 2011

APUNTEN LA FECHA


Publicado en el País Andalucía 

Les he dicho a mis jóvenes alumnos que apunten esta fecha en sus cuadernos, que recuerden que fueron testigos del último comunicado de ETA, de los últimos encapuchados, de la última aparición del siniestro símbolo de la serpiente y el hacha. Han crecido en un país en el que, junto al nombre de las fuerzas políticas democráticas, aprendieron el acrónimo de la banda terrorista. Los que vengan después tendrán más suerte: no verán en su tierra más bombas, ni víctimas, ni sangre en las calles. Tampoco tendrá que germinar en sus mentes el rencor ni la mancha del odio que envenena incluso el sueño de los justos.
Han aplaudido con alegría este final y han preguntado si será para siempre. "Esperemos que sí", les he contestado porque el temor camina más deprisa que la alegría y no quiero que ninguna cautela nos prive de la felicidad de este día. Tiene que ser para siempre por todo lo que decenas de expertos han argumentado en estas últimas cuarenta y ocho horas pero también porque su discurso está muerto, acabado y obsoleto. Resultaría cómico, si no fuese siniestro, esa aparición fantasmal, esas capuchas blanquecinas, esos gestos contundentes con que acompañan un relato fracasado. Su aparición resulta anacrónica como una vieja película en blanco y negro. No hay quien pueda mantener, hoy en día, que Euskadi es una tierra oprimida por un Estado represor. No hay quien pueda decir que la comunidad con mejor financiación autonómica, con menor paro, con mayor industrialización sea la víctima de un Estado centralista. Y sobre todo, nada justifica defender las ideas independentistas con la pistola en el cinto y la cara cubierta.
Por eso sentimos una desbordante alegría que nada ni nadie podrá empañar: ni ETA con su brutal olvido de las víctimas, ni los agoreros que anuncian nuevas catástrofes y que marchan hoy a contracorriente de una sociedad que sonríe ante las perspectivas de un futuro sin violencia. No es que seamos ingenuos, ni que hayamos bajado la guardia ante las artimañas de la banda armada, es que nos negamos a quedar presos del pasado, o a utilizar el dolor de las víctimas para inmovilizar a la sociedad. A fin de cuentas, el mejor homenaje que se puede tributar a los que perdieron su vida o su integridad física es haber vencido a la banda terrorista y haberlo hecho por métodos impecablemente democráticos.
En toda la historia de su existencia no hay nada que haya fortalecido más a la organización terrorista que el turbio episodio en que el Estado se enfangó en la guerra sucia y adoptó sus mismos métodos. Como a los fantasmas, la luz de la democracia los volatiliza, los disuelve -aunque el tiempo y el dolor hayan sido excesivos- mientras que las tinieblas son el elixir del que se alimentan.
El final de ETA es una liberación para el conjunto de la sociedad española, y no digamos de la sociedad vasca, que ya puede respirar en libertad sin el corsé que la violencia impone. Algún día se estudiará el tremendo papel que jugó en la transición a la democracia dificultando el tránsito a la libertad sembrando de muertos el camino y siendo la excusa perfecta para una involución política que, afortunadamente, fracasó en el golpe de Estado del 23-F. Durante décadas ETA ha ocupado el foco de la acción política, ha distraído de los debates sociales más importantes, ha impuesto su presencia obsesiva y ha dificultado todo tipo de procesos. En todos los casos ha sido el mejor aliado para las tesis más involucionistas y reaccionarias. Por eso a algunos les va a costar asumir el panorama político "postetarra". Se trata de los que utilizaron el terrorismo como tema de confrontación política, los que dividen a las víctimas y los que cimentaron sus carreras políticas o sus negocios editoriales con la siembra desoladora de la sospecha. Pero la inmensa mayoría de la sociedad española siente una gran alegría ante el final de la banda y no son bobos, simplemente saben reconocer las buenas noticias cuando se producen. Y es que, algunas veces, cuando todos nos empeñamos y aportamos nuestra colaboración, los sueños se cumplen.

UNA VERDADERA CONSPIRACIÓN




Publicado en El País Andalucía

Se ha puesto de moda escribirle a Durán i Lleida para darle explicaciones y pedirle que rectifique sus declaraciones. No sé por qué este atildado representante de la derecha nacionalista más rancia tiene el honor de recibir argumentos a la sarta de exabruptos con las que nos obsequia a los andaluces de forma regular. No sé si recordarán que es el mismo que nos criticó haber creado becas para que “los ni-nis se dieran la vida padre” o que “estaba muy cansado de pagar con su dinero” nuestros despilfarros. A este decadente político catalán,  le encanta criticar a los de abajo, sea geográficamente o socialmente, por eso –aunque a él no le gusta recordarlo- es el autor de una de las declaraciones más xenófobas de la historia de Cataluña en las que acusaba a los inmigrantes de bajar el precio de la viviendas de la gente de bien. Por eso, creo que ha llegado el momento de confesarle la auténtica conspiración que la gente del sur hemos fraguado contra ellos.
Es verdad, Don Joseph, que hay toda una confabulación de Andalucía contra Cataluña. ¿Para qué vamos a seguir negándola? Comenzó con la transición democrática, cuando el pueblo andaluz no aceptó que sólo las llamadas comunidades históricas – Galicia, Euskadi y Cataluña- tuvieran acceso a la autonomía plena y reclamó formar parte de este club de primera división. Curiosamente mientras las fuerzas nacionalistas gallegas o vascas aceptaron con naturalidad este proceso, los nacionalistas catalanes lo llevan clavado en el alma y se niegan a asimilarlo. Reconózcalo: el acceso de los andaluces a los mismos derechos que las nacionalidades históricas les ha puesto siempre de los nervios. A fin de cuentas, un privilegio que se extiende, deja de ser un privilegio. Si todo el mundo pudiese alojarse en el Plaza, se perdería el glamour de sus mañanas madrileñas.
Pero la confabulación andaluza, vamos a confesárselo, no finalizó con este capítulo sino que prosiguió con un ataque a la parte más sensible que  todo nacionalista tiene, que no es su lengua ni su cultura – a la que amamos y respetamos-, sino su bolsillo. Cuando intentaron negociar una situación financiera especial para Cataluña nuevamente Andalucía les aguó la fiesta y encabezó una respuesta para que no se rompiesen los principios de igualdad y de solidaridad. Dos palabras que usted detesta de forma especial. A fin de cuentas, la política y, fundamentalmente, el Congreso de los diputados, es para ustedes un mercadillo donde se cambian votos por billetes y los días de suerte, se vuelven con las alforjas llenas si su voto es decisorio.
La deriva mecantilista del nacionalismo catalán es completamente desoladora y cada día se asemeja más a los partidos clasistas y reaccionarios de la Liga del Norte italiana.  De la defensa más o menos romántica de una tierra o de una cultura han pasado a batallar por privilegios económicos del norte frente al sur, de los fuertes frente a los débiles, de los intereses privados frente a los públicos. Por eso su caso es digno de estudio ya que se trata del primer nacionalismo que lejos de confrontarse con Madrid, con el poder central del Estado, ha colocado todas sus baterías contra la periferia, los cañones apuntando contra Andalucía.
Ahora su caballo de batalla es la impresentable ficción de “las balanzas fiscales”, una teoría según la cual el Estado se “adueña” de los impuestos obtenidos en Cataluña para “dilapidarlos” por toda la geografía española, especialmente en Andalucía. Esta teoría  es tan endeble que, para justificarla,  deben inventar un relato mítico contra Andalucía: una tierra en la que nadie trabaja, en la que “ni Dios” paga sus impuestos y que se emborracha en los bares hablando un lenguaje incomprensible. Aunque tal paraíso pueda resulta atractivo, saben perfectamente que es mentira. Por eso, señores diputados, no les den explicaciones. Simplemente no pacten con ellos en los callejones perdidos del Congreso y explíquenles a los andaluces que viven en Cataluña que, si todavía conservan un poco de amor por su tierra, no quemen su voto en ese altar de la insolidaridad.

jueves, 13 de octubre de 2011

EL LARGO ADIÓS



Publicado en El País Andalucía

Hace 10 años, el entonces jefe de la oposición, José Luis Rodríguez Zapatero, reprochaba al Gobierno presidido por José María Aznar que hubiese dado su apoyo al despliegue del escudo antimisiles norteamericano sin haberlo consultado y consensuado con el Parlamento. A renglón seguido, afirmaba que el escudo antimisiles era: "Una idea vieja, que es la repetición de la propuesta del señor Reagan de la guerra de las galaxias y que no camina en la dirección adecuada para una política de seguridad en el mundo".
Es imposible que lo haya olvidado. Sin embargo, Zapatero, en esta larga despedida, nos obsequia un acuerdo con EE UU que se ha negociado -según sus propias palabras- en secreto, para convertir la ciudad andaluza de Rota en la cuna de la mayor base de escudos antimisiles de Europa. El despliegue de cuatro destructores y el desembarco de más de un millar de marines norteamericanos ha sido presentado como si se tratara de un acuerdo comercial beneficioso o como si nuestro país hubiese conseguido ser la sede de una competición deportiva ansiada por todo el mundo.
En un alarde de malabarismo político, ha agradecido que "EE UU y la OTAN se hayan acordado de España" para acoger este tipo de instalaciones. Sus palabras finales, que hacen referencia a la creación de unos cuantos centenares de puestos de trabajo en la zona, resultan asombrosamente tercermundistas.
No sé por qué razón lo que era un presidente, sin duda discutible, pero que intentaba dar un rumbo social a las políticas de su Gobierno, ha tenido esta mutación genética tan completa. No sé qué virus y qué complejos atacan a los que ejercen el poder que, al final, solo buscan el reconocimiento de los más poderosos y de los intereses más lejanos a la ciudadanía. Desconozco por qué ha decidido incluso descolgarse la medalla pacifista con que inició su legislatura y sustituirla por el apoyo al viejo sueño de Ronald Reagan y de George Bush. Tampoco conocemos si para tomar esta decisión ha consultado al presidente in péctore de esta agónica legislatura o si habrá llamado al candidato Rubalcaba, pero es evidente que a Zapatero no le preocupa en absoluto ampliar el foso que les separa del electorado que le reeligió hace tan solo cuatro años.
No sé la cara que se les habrá quedado a los militantes socialistas andaluces que asistieron la semana pasada a su conferencia política para discutir sobre la educación, la enseñanza, la fiscalidad o el modelo energético y que volvieron contentos por recuperar el discurso socialdemócrata, cuando hayan conocido a su vuelta que papaíto Zapatero les ha regalado, sin consultarles, la ampliación espectacular de una base militar en el corazón de Andalucía, contra la que incluso, en los tiempos felices del No a la guerra, se manifestaron. Tampoco sé las prisas por zanjar rápidamente un acuerdo que no empezará a aplicarse hasta 2013 y que no estará plenamente operativo hasta 2018
El giro copernicano del No a la guerra y la Alianza de Civilizaciones al ¡Señor. Sí, señor! resulta inexplicable, opaco y absolutamente innecesario. Según la nota oficial, el presidente de la Junta de Andalucía había sido informado. No sabemos con que antelación y en qué forma, ni la opinión que manifestó, pero parece completamente diáfano que Andalucía va a ser nuevamente un simple escenario sin voluntad propia, donde se jugará a la guerra con los costosos juguetes que ni siquiera la crisis ha logrado recortar.
Un destacado dirigente socialista me comentaba que estaban asustados por el anuncio de Rodríguez Zapatero en su despedida parlamentaria de que no descartaba, en las pocas semanas que le restan, "tomar algunas decisiones e impulsar algunas reformas". Este largo adiós, con un presidente descomprometido y la mitad del Gobierno con el pie colocado en el estribo de la empresa privada, puede poner la guinda de los pasteles que la derecha devorará con fruición.

domingo, 2 de octubre de 2011

Una familia tenebrosa


Artículo publicado en El País Andalucía

Cuando los gobiernos empuñan las tijeras su discurso se vuelve paternal y tecnocrático. Nos dicen que somos una gran familia, que vamos en el mismo barco y exhiben las cajas de caudales vacías como supremo argumento de autoridad. Pero la caja vacía no avala, en absoluto, la necesidad de recortes sino de reformas imprescindibles.
La falta de recursos de la que se lamentan no es más que la demostración de su ineficacia y de la injustísima recaudación de los ingresos. Y el argumento de que somos una familia es realmente sarcástico, porque si así fuera ¡vaya familia desigual, insolidaria, arbitraria y esquilmadora! En el año 2010, según datos de la Agencia Tributaria, los trabajadores de esta familia aportaron en impuestos 430.000 millones de euros para el mantenimiento de la casa común, mientras que los familiares que disfrutan de rentas del capital proporcionaron sólo 75.000 millones. No es que sean pocos, no. Es que tienen un tratamiento fiscal privilegiado como demuestra su contribución real a esa caja común que hoy exhiben vacía.
La idea de que en España solo pagamos los trabajadores por cuenta ajena y las pequeñas empresas no está muy alejada de la realidad. Si usted vive de su trabajo, la presión fiscal rondará el 38%; sin embargo, si sus ingresos provienen de rentas de capital el tipo real al que cotizará no llegará al 20%. Además, si usted pertenece al selecto club que dispone de gabinetes jurídicos especializados en ingeniería financiera, puede ver reducida su aportación hasta un insignificante 1%.
Con tan solo un pequeño equilibrio en esta desequilibrada balanza, se conseguirían los ingresos necesarios para pagar los servicios públicos que hoy están en riesgo.
A pesar de esto, nadie plantea seriamente una reforma fiscal que ponga fin a esta injusticia evidente. Los ricos consideran que tocar sus privilegios es "desincentivador". Por el contrario, reducir los sueldos de los trabajadores o atacar sus derechos sociales no sólo no desincentiva la economía sino que es un "sacrificio necesario". La familia de la que nos hablan es realmente tenebrosa en su reparto de cargas y ahonda a diario en las brechas sociales y en la desigualdad.
No es que la crisis haya puesto en solfa el Estado del Bienestar. Si el problema fuese este se encontrarían soluciones viables. El problema es que a una parte de las fuerzas políticas y a las fuerzas económicas más potentes de nuestra sociedad nunca les ha gustado el Estado del Bienestar. Han visto la universalización de la sanidad y de la educación como un exceso al que habría que poner freno en cualquier momento. Y ahora han encontrado la ocasión de oro y el pretexto perfecto para su desmontaje.
Si tenemos la suficiente memoria -esa cualidad tan peligrosa cuando se ejercita en la ciudadanía- recordaremos que la FAES y la CEOE en plena época de prosperidad proponían recortes drásticos de la educación pública y de la sanidad. Incluso, en fecha ya más reciente, publicaron un retrógrado y sexista estudio sobre la educación en la que argumentaban que el gasto educativo es inútil porque los resultados escolares están determinados biológicamente. Con respecto a la sanidad pusieron en circulación la idea que acríticamente utilizan algunos comentaristas y es que llegó el fin del "gratis total", como si la asistencia fuese un regalo y no un servicio sufragado, fundamentalmente, por los impuestos de los trabajadores. En cuanto a los recortes que CiU acomete con furor en la comunidad catalana, consiste en la misma política que llevó al Gobierno de Pujol a entregar en su día el sistema sanitario a las empresas privadas, solo que ahora lo envuelven en el paquete de la crisis y del chantaje del "déficit fiscal" de Cataluña. No nos entienden, al parecer, a los malagueños y a los sevillanos, pero a ellos se les entiende perfectamente su discurso insolidario y antisocial.
No somos una familia. No. Somos una sociedad que funciona todavía con una mínima cohesión que algunos se empeñan en romper, derribando los muros maestros de los servicios esenciales.