sábado, 2 de octubre de 2010

Las ilusiones perdidas

Hoy publico en el País Andalucía este artículo sobre los jóvenes que tienen que salir de nuestro país para encontrar un empleo:

No se van en trenes con maletas de cartón pero llevan sus bienes más preciados: un portátil, un móvil de última generación regalado por un familiar o conseguido a base de una lucha de puntos sin cuartel. Suelen tomar un vuelo de bajo coste, cazado pacientemente en las redes de Internet. Se van a hacer un máster, o han logrado una mal llamada beca Erasmus que costará a la familia la mitad de sus ahorros. Otras veces van a hacer de au-pair, de auxiliar de conversación, o a cualquier trabajo temporal. La familia va a despedirlos a la puerta de embarque y mientras se alejan disimularán unos su pena y otros su incipiente desamparo. "Es por poco tiempo -se dicen-. Dominarán el idioma, conocerán mundo... Regresarán en pocos meses".
Hasta hace poco era un privilegio de los nuevos tiempos que les permitía gozar de una libertad sin límites, de un mundo sin fronteras, de una capacidad casi infinita de aprendizaje... Hasta que llegó la crisis y la maleta pareció distinta, la espera en la fila de embarque más embarazosa, la despedida más triste y el fantasma de la ausencia definitiva más cercano.


No. No llevan maletas de cartón, ni hay aglomeraciones en el andén de la despedida. No se marchan en grupo, sino uno a uno. Aparentemente nada les obliga. Ha sido una cadena invisible de acontecimientos. Estuvieron allí hace unos años, o tienen una amiga que les ha informado de que puede encontrar algún trabajo con facilidad. No pagarán mucho, eso es seguro, pero podrán ganarse la vida con cierta facilidad... A fin de cuentas aquí no hay nada.
Y se marchan poco a poco, sin alboroto alguno. Un goteo incesante de savia nueva que sale sin ruido de nuestro país, desmintiendo la vieja quimera de que la historia es un caudal continuo de mejoras.

No hay estadísticas oficiales sobre ellos. Nadie sabe cuántos son ni adonde se dirigen. No se agrupan bajo el nombre oficial de emigrantes. Son, más bien, una microhistoria que se cuenta entre amigos y familiares. "Mi hija está en Berlín", "se ha marchado a Montpellier", "se fue a Dubai" son frases que escuchamos sin reparar en el significado exacto que comportan. Escapan a las estadísticas de la emigración porque suelen tener un nivel alto de estudios y no se corresponden con el perfil típico de lo que pensamos que es un emigrante. Quizá en las cuentas oficiales figuren como residentes en el extranjero, pero deberían aparecer como nuevos exiliados producto de la ceguera de nuestro país.
En los tiempos de crisis que detallan cada euro gastado nadie computa los centenares de miles de euros empleados en su formación y regalados a empresarios de más allá de nuestras fronteras con una torpeza sin límites, con una ignorancia sin parangón. Menos aún se cuantifican el esfuerzo de sus familias, las ilusiones perdidas y sus sueños rotos en mil pedazos.

No llevan maletas de cartón, pero componen un nuevo éxodo que azota especialmente a Andalucía, que dispersa a nuestros jóvenes por toda Europa y gran parte del mundo, que nos priva de su saber, de su aportación y de su compañía. Pero, aparentemente nadie se escandaliza por esta fuga de cerebros, lenta pero inexorable, que nos privará de muchos de nuestros mejores talentos. Nadie protesta por esta nueva oleada de exiliados que son una acusación silenciosa del fracaso y de engaño. Se van en silencio por el túnel de embarque en el que les alcanzará la melancolía por la pérdida temprana de su tierra.

No son, como dicen, una generación perdida para ellos mismos. No son los socorridos ni-nis que sirven para culpar a la juventud de su falta de empleo. Son una generación perdida para nuestro país y para nuestro futuro. Un tremendo error que pagaremos muy caro en forma de atraso, de empobrecimiento intelectual y técnico. Aunque todavía no lo sepamos.

19 comentarios:

Miguel Cobo dijo...

No sin cierta desazón -sitiéndonos protagonistas- acabamos de leer en EL PAÍS tu magnífico artículo, con el que nos sentimos plenamente identificados, pues refleja de principio a fin, la trayectoria académica y profesional de nuestro hijo Alfonso.Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla, tras hacer prácticas en todos los diarios de Córdoba y prácticamente en todas las secciones, hizo un Máster de Edición de la Fundación Santillana en colaboración con la Universidad de Salamanca con prácticas en Revista de Libros y en la Editorial Siruela, sin que nada fructificara en un trabajo estable (ni temporal), a pesar de la honda huella afectiva, profesional y humana (aunque esté "feo" que lo diga su padre)que va dejando a su paso. Previamente curso estudios con beca Erasmus en Lyon, fue auxiliar de conversación en Sablé sur Sarte (Francia) y "disfrutó" de una beca Argos en Bruselas (¡450 euros mensuales!) en el periódico digital Aquí Europa, llegando a cubrir hasta cumbres de presidentes de la Unión Europea. De vuelta a casa unos meses aprovechó para hacer el CAP , porfiando contra la inquietud y el desasosiego de un futuro incierto. Trabajó después un año en trabajos de Documentación y apoyo técnico en el Ministerio de Asuntos Exteriores durante la Presidencia de España en la Unión Europea y actualmente trabaja en Vietnam , durante un año, con una beca de Extensión cultural. Cuando vuelva de Hanoi tendrá 28 años, con una sólida formación, plena de valiosísimas experiencias profesionales y un futuro tan incierto como el día que terminó su carrera.

Sólo nos queda agradecerte que te hayas acordado hoy de estos chicos y chicas luchadores y bien preparados y puesto voz a su triste situación y las de sus familias.
Un abrazo, Concha.

Estos son los blogs de Alfonso, por si quieres conocerlo un poco más:

http://elprimeratundeulises.blogspot.com/

http://cordobesenhanoi.blogspot.com/

Anónimo dijo...

Acabo de leer tu articulo y no he podido volver a sentir la misma tristeza que siento cada domingo.
Soy un afortunado (en este país, claro), estudie Ingeniería Informática, la carrera mas demandada y me dedico al desarrollo de software, el perfil mas demandado en las paginas de búsqueda de empleo.
Sin embargo todos los lunes cuando entro por la puerta de la oficina me invade la tristeza. Nunca fui un buen estudiante pero saque la carrera, conseguí una beca en la gran multinacional de la informática y he cotizado 3 años.
Sigo en el punto de partida o incluso peor. No tengo estabilidad laboral, gano menos de mil euros, mi valoración como profesional es nula y el trato demencial.
Los jóvenes de mi generación no creemos en este país y como dicen muchos por ahí: "Si España no quiere saber nada de mi, yo tampoco quiero saber nada de ello".
Tanto dinero invertido en nosotros y estamos deseando irnos a cotizar a otro país.
Ojala llegue pronto ese momento.

Nacho dijo...

Cuánta verdad y cuánta tristeza en tan poquitas líneas. Me ha encantado tu artículo, Concha.

Concha Caballero dijo...

Miguel y amigo anónimo espero que leáis estas líneas. Lo mejor que tiene escribir en un medio de comunicación es la posibilidad de conectar directamente con los problemas reales de las personas. Si hay alguna recompensa de esta tarea es la de prestar voz a personas o situaciones que rara vez alcanzan a oirse. Por eso, vuestro comentario me llega a lo más hondo. Es muy profunda la tristeza que produce esta salida de jóvenes, esta situación estancada en la que no perciben un futuro cierto. Yo espero que nadie tenga que salir porque aquí no encuentren un trabajo digno como el que relatas, que los que se han ido vuelvan cargados de experiencia y de conocimientos. Que traigan las maletas llenas de proyectos y que encuentren un país dónde realizarlos. Un abrazo.

Concha Caballero dijo...

Por cierto, Miguel, visité las páginas de tu hijo y me han gustado muchísimo sus poesías. Está claro que ha salido al padre. Pero, realmente me ha parecido muy bueno.

Juan Ruiz dijo...

De nuevo tus reflexiones son el reflejo de nuestra realidad, una triste realidad que no consiguirá cambiar la ilusión y los proyectos de muchos jóvenes por la apatía de este sistema nuestro que ni los tiene en cuenta, ni los valora ni siquiera saben su potencial... Más allá del botellón y de esa generación "ni-ni" se encierra otra que quizás sea la más formada de nuestra historia reciente, pero contradictoriamente también es la peor pagada, con más inestabilidad laboral y menos reconocida socialmente. Por desgracia, así están tratando los dirigentes políticos a nuestro jóvenes. Enhorabuena de nuevo por tu artículo. Saludos

Miguel Cobo dijo...

Concha, brevemente, para dejar constancia de la lectura de tus últimos comentarios. Alfonso y Carmen -mi mujer- enlazaron tu artículo en Facebook. Gracias, una vez más: Tus palabras también nos llegan a lo más hondo.

Anónimo dijo...

El 2 de octubre, cuando lei su artículo, no pude evitar terminar llorando, como sé que harían mis padres con la versión impresa entre las manos en el rincón dónde nací.
Supongo que soy todo lo que describe: andaluza, me fui de Erasmus, fue auxiliar de conversación y ahora trabajo como lectora. Una no está mal aquí, por supuesto las condiciones laborales serían un sueño ahora en España.

Pero tengo que recordarme cada día cuáles eran mis sueños, para que no se me olviden, para poder seguir luchando (porque yo voy a seguir, no sé hacer otra cosa...) para ser lo que quería, para ejercer el oficio que con tantos sudores he estudiado.
Gracias por evocar la tristeza y el vacío de los aeropuertos. Qué lejos quedan los días en que irme de casa era felicidad pura. Cuánto miedo siento al ver que cada vez me alejo más de mi sitio y que me pierdo la vida de los que más quiero.
Muchas gracias por acordarse de nosotros. Ojalá volver al extranjero los próximos años sea una elección, y no una obligación.
Ana Castro
anacastrobenitez@gmail.com
http://anatraduccion.wordpress.com

Francisco dijo...

Precisamente ésta noche, cuando ibamos de Castro para Córdoba, para dejar a dos de nuestras hijas (una de ellas aún estudiando y la otra recien licenciada), nos comunicaba que de no encontrar trabajo en un año (actualmente se prepara oposiciones), se marchará a Londres. La tercera de nuestras hijas, diplomada en turismo, trabaja desde hace dos años en Oxford, en una tienda de Zara. Al leer tu artículo nos hemos visto reflejados y nos hemos hecho la pregunta ¿cual será el futuro de nuestros/as hijos/as?. Ya conocemos la alegría de la llegada en los aeropuertos, pero también la tristeza de la ida.

Concha Caballero dijo...

Gracias por vuestros comentarios, que no son solo eso, sino testimonios de estos nuevos tiempos. Tengo que decir que muchos de ellos me han emocionado. Os he visto, he sentido lo mismo...un abrazo a todos. Y otro a los que están fuera. Con la esperanza de que vuelvan, enriquecidos de experiencia y conocimientos.

Anónimo dijo...

Hola Concha.
Lei tu articulo acerca de la generación perdida y ese sigue siendo mi día a día.
No se si estaras al tanto o será volver a escribir sobre lo mismo, pero si pudieses denunciar el estado abusivo de los Prestamos Renta para estudiar un master. Este año han cambiado las condiciones y es increible como nos han dejado a merced de los bancos una vez mas.
Yo me voy de aqui también. Voy a solicitar un doctorado fuera de este país. Aqui se paga una media de 1100 euros para realizarlo, en cualquier pais de europa cerca de los 2000 y encima en proyectos de primer nivel.
Un saludo

Jaime dijo...

Hola Concha

Un saludo desde Grecia, donde llevo unos meses trabajando. He leído tu artículo y reconozco que me he sentido identificado.

He de decir que vine, mitad por necesidad, mitad por ganas de ver algo nuevo, pero es jodido estar fuera y ver cómo las noticias desde España cada vez son más negras. Una cosa es estar fuera por gusto y otra bien distinta saber que, tal y como van las cosas, es muy probable que no puedas volver.

Anónimo dijo...

Desespero cuando veo en TV los programas de Andaluces y Españoles por el Mundo donde se refleja un mundo idílico, donde todo el que se va triunfa y el que se queda es que es tonto. Aquí todo es cada vez más dificil para jóvenes como yo, pero mis amigos que se han marchado tambien dicen que allí no todo es color de rosa y que se indignan de la incompetencia de nuestros dirigentes que son incapaces de crear un mundo profesional digno en Andalucía.

Lucía dijo...

Real y abrumador. Un árticulo duro y que se te encaja en los huesos. Una bofetada de identificación ya que lo acabo de leer en el pais digital y soy una de esas ilusiones perdidas. Mi hermano también.


GRACIAS Concha por poner voz a miles y miles de familias y a su vez a miles de jóvenes.

Anónimo dijo...

Hola Concha ,
Mi hijo, con 26 años y actualmente trabajando en Londres, me ha enviado hoy tu artículo muy emocionado por la descripción tan real y a la vez emotiva que muestra. Como muchos de los comentarios que he leido, este es su caso: Premio extraordinario en su carrera, trilingue, Erasmus en Paris y ahora trabajador en Londres. Y no es sólo él, sino que la mayor parte de sus compañeros se están traladando fuera, uno a uno, como "gotas". Como planteas en tu artículo ¿ alguien está empezando a evaluar las consecuencias que esto tendrá en nuestro futuro ? pero incluso añado, ¿ quién se está planteando, por qué, si la crisis actual afecta a todos los paises, los jóvenes de este perfil, encuentran sin embargo algo acorde con sus expectativas en el extranjero ? Nada mas. Simplemente gracias por el artículo

Chari Rojas dijo...

Es una pena que no se valore la estupenda formación que tienen muchos jóvenes, pero también la experiencia profesional es importante para la empresa. Por eso hay que aprovechar cualquier oportunidad que se presente, antes que quedarse parado. Y desplazarse a Europa es una buena experiencia profesional y personal. Mi marido trabajó en Dublín 2 años y le ha servido para abrirse camino en España. ¡Valió la pena, ya lo creo! Paciencia. Sed positivos.

agats dijo...

No tengo veintitantos, mas bien treinta y muchos.
Me fui, tambien del sur, en el 97, con 22 anos. Tambien el desempleo pasaba del veinte por cierto, o mas, cuando me licencie por la universidad de Sevilla, en administracion de empresas.
Primero eeuu, luego holanda, y aqui sigo.
Casada con Italiano, y con dos peques, un niño de cinco, que mi abuela ha visto dos veces, y una nina de 5 meses, que ha visto una, y ojala que no sea la ultima.
Nunca me gusto mucho el flamenco, y menus aun las Sevillanas, pero en los ultimos 15 anos he soltado un monton de lagrimas lentas al escucharlas de casualidad, o un Domingo de esos melancolicos, cuando te preguntas si tendras fuerzas para Afrontar otro lunes, el frio en la parada del auto bus...
Las mismas lagrimas de hoy, 25 de noviembre, al leer el article en el pais. Lagrimas por esos chicos y chicas, por mi abuela, que no tiene Skype, por mi...
He tenido muchisima suerte. La primera vez que volvi a espana, despues de 5 anos fuera, conoci a mi marido. Soy muy feliz. Tengo dos ninos fantasticos, mi hijo habla 4 idiomas y tiene todo lo que necesita, mas Lego de la cuenta though. Trabajo en una empresa de abogados y gano mas en un mes que mi padre ganaba en un ano cuando me fui de casa a los 18.

Si, echo de menos el sol, y los tomates que saben a tomato.

agats dijo...

No tengo veintitantos, mas bien treinta y muchos.
Me fui, tambien del sur, en el 97, con 22 anos. Tambien el desempleo pasaba del veinte por cierto, o mas, cuando me licencie por la universidad de Sevilla, en administracion de empresas.
Primero eeuu, luego holanda, y aqui sigo.
Casada con Italiano, y con dos peques, un niño de cinco, que mi abuela ha visto dos veces, y una nina de 5 meses, que ha visto una, y ojala que no sea la ultima.
Nunca me gusto mucho el flamenco, y menus aun las Sevillanas, pero en los ultimos 15 anos he soltado un monton de lagrimas lentas al escucharlas de casualidad, o un Domingo de esos melancolicos, cuando te preguntas si tendras fuerzas para Afrontar otro lunes, el frio en la parada del auto bus...
Las mismas lagrimas de hoy, 25 de noviembre, al leer el article en el pais. Lagrimas por esos chicos y chicas, por mi abuela, que no tiene Skype, por mi...
He tenido muchisima suerte. La primera vez que volvi a espana, despues de 5 anos fuera, conoci a mi marido. Soy muy feliz. Tengo dos ninos fantasticos, mi hijo habla 4 idiomas y tiene todo lo que necesita, mas Lego de la cuenta though. Trabajo en una empresa de abogados y gano mas en un mes que mi padre ganaba en un ano cuando me fui de casa a los 18.

Si, echo de menos el sol, y los tomates que saben a tomato.

ana r dijo...

¡Qué pena!todo sigue igual o peor, ver una juventud tan preparada y con tantas ganas y que cada día que pasa estén más defraudados y desilusionados, es una gran tragedia.