No quiero hacer de mi blog un panfleto político, ni mucho menos un recetario de medidas para la deseada reconstrucción de la izquierda. Hay otros espacios y otros lugares para ello. Quiero hablar de la vida, de ese espejo cambiante, de gente que conserva la esperanza, de algunos relámpagos de dignidad que diariamente asoman, huir de grandes proclamas que son menudencias y rebuscar pequeños hechos que dan dignidad y alegría.
Esta semana miles de profesores han hecho huelga contra un incentivo económico que la Junta de Andalucía había decretado. Más allá de los conflictos entre sindicatos, el hecho de que miles de personas rechacen cobrar más es inaudito, extraordinario, poético. Me descubro el cráneo, como diría Max Estrella.
En el día de ayer participé en la presentación de un manifiesto por una Izquierda Unida abierta y de futuro. Luis García Montero hizo un nuevo alarde de generosidad, poniendo su voz sin rastro de ira al servicio de este proyecto. Apertura, dignidad, encuentro, futuro, esperanza, desde la modestia del que sabe que no tiene todas las respuestas. Recibimos, sin embargo, una respuesta airada del PCE que dice que solo en su organización está el “epicentro de todas las izquierdas”. Como no queremos desatar ningún catastrófico terremoto, no importa.
Luis García Montero presenta el día 12 de junio en Sevilla, su último libro, “Vista Cansada”, donde lejos de reflejar cansancio, muestra nuevas miradas, paraísos furtivos de utopías modestas y de amor terrenal. Mi amigo más querido, al preguntarle cómo se sentía al cumplir los mismos cincuenta años que nuestro poeta cumplirá este año, me dijo “me siento como un caminante que ha subido una montaña muy alta. Mi cuerpo acusa el cansancio del esfuerzo realizado, pero tengo por primera vez ante mi una vista amplia y hermosa”.
Esta semana miles de profesores han hecho huelga contra un incentivo económico que la Junta de Andalucía había decretado. Más allá de los conflictos entre sindicatos, el hecho de que miles de personas rechacen cobrar más es inaudito, extraordinario, poético. Me descubro el cráneo, como diría Max Estrella.
En el día de ayer participé en la presentación de un manifiesto por una Izquierda Unida abierta y de futuro. Luis García Montero hizo un nuevo alarde de generosidad, poniendo su voz sin rastro de ira al servicio de este proyecto. Apertura, dignidad, encuentro, futuro, esperanza, desde la modestia del que sabe que no tiene todas las respuestas. Recibimos, sin embargo, una respuesta airada del PCE que dice que solo en su organización está el “epicentro de todas las izquierdas”. Como no queremos desatar ningún catastrófico terremoto, no importa.
Luis García Montero presenta el día 12 de junio en Sevilla, su último libro, “Vista Cansada”, donde lejos de reflejar cansancio, muestra nuevas miradas, paraísos furtivos de utopías modestas y de amor terrenal. Mi amigo más querido, al preguntarle cómo se sentía al cumplir los mismos cincuenta años que nuestro poeta cumplirá este año, me dijo “me siento como un caminante que ha subido una montaña muy alta. Mi cuerpo acusa el cansancio del esfuerzo realizado, pero tengo por primera vez ante mi una vista amplia y hermosa”.
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