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martes, 13 de octubre de 2009

Instrucciones para ser un corrupto



Si quieres puedes ver este artículo en El País





Ya habrá podido comprobar la rentabilidad de la corrupción frente a otras ocupaciones que necesitan tiempo, dedicación y esfuerzo a cambio de unas ganancias exiguas que nunca le permitirán gozar de una vida lujosa.
Si se decide por el lucrativo negocio de la corrupción podrá obtener ganancias millonarias y hacer felices a centenares de personas a su alrededor. El caso Gürtel nos muestra la cantidad de posibles beneficiarios, mientras que la operación Malaya nos indica que se pueden atesorar setecientos millones de euros con un modelo local intensivo. Se preguntará por los inconvenientes de este oficio y le asaltará el temor a ser descubierto. No vamos a negar los riesgos evidentes, pero sepa que ni un 10% de los corruptos son procesados y que detrás de cada imputado hay unos diez colaboradores que no lo son. Además, las penas son escasas y la mayoría consiguen poner a salvo su patrimonio tras la condena. No tenga temor a que se pueda aprobar la anunciada Ley anti-corrupción porque ya ha sido olvidada. En cuanto a los delitos de soborno y cohecho -como bien apunta el informe de los Inspectores de Hacienda-, si bien es cierto que estas figuras aparecen en el Código Penal, su aplicación es irrisoria. Si tiene dudas puede consultar la instrucción del caso Camps.
Para ser un buen corrupto debe tener en cuenta, en primer lugar, que no es una actividad individual, ni un negocio de autónomos. No es como otros delitos, una actividad solitaria. Necesitará una red corporativa extensa. De forma inmediata deberá contar con uno a varios despachos de abogados que le ayuden a tejer una intrincada red de sociedades cuyo seguimiento sea más complejo que el laberinto de Creta. Sin la colaboración de estos profesionales su actividad no podrá prosperar. Hágase, también, con la colaboración de algún banco que le indicará la forma más eficaz de realizar sus transacciones comerciales y le proporcionará la ruta más segura a los paraísos fiscales y las cuentas opacas.
Deberá disponer de una amplia red familiar. No hay corruptos exitosos sin una enorme familia y allegados que se presten a servir de testaferros, accionistas o cualquier colaboración nominal a cambio de una remuneración generosa.
Llegados a este punto, necesita la colaboración de las instituciones públicas. Elija un partido político y consiga llegar a las más altas instancias. Si actúa a escala local y ninguno es de su agrado, no dude en crear un grupo independiente que tome como bandera el nombre de la ciudad. Asegúrese la amistad y la colaboración de los que deciden los contratos públicos. Si tiene suerte puede hacerse imprescindible en la organización de todos los eventos públicos y privados. Intervenga en su estructura, promocione a los amigos y cuide a sus familiares. Pague sus gastos pero no realice donaciones ya que están controladas por el Tribunal de Cuentas. Sea generoso, incluso por encima de lo esperado. A partir de ahí podrá conseguir contratos sustanciosos pero sea cooperativo: facilite los pagos fraccionados, las obras por lotes que no excedan la legislación de contratos. Asuma que, en caso de hacerse notoria la corrupción, serán los primeros en acusarle de conspiración, aunque la mayor parte de la trama esté en su propia organización.
Cultive su mal gusto, el lenguaje soez y el sentimentalismo. No es una buena profesión la de corrupto para gentes cultivadas o con ideas igualitarias. También hay serias dudas sobre el éxito de las mujeres en este oficio. Sin embargo, hay excepciones. En todo caso, no olvide el lado humano; diga a sus colaboradores que "los quiere un huevo". Sacralice la amistad y la familia, los lazos de sangre y la complicidad tabernaria. Pero, sobre todo no olvide nunca que la corrupción no es un juego solitario.

miércoles, 7 de octubre de 2009

¿Por dónde andas?



Aparte del viaje físico - ¡cuánto echo de menos ese breve espacio en el que he dispuesto de todo el tiempo libremente!- la vida para mi carece de sentido sin aprender algo nuevo, sin intentar comprender lo que ocurre alrededor. Me preguntan mis amigos qué hago, a qué me dedico ahora que no consume mis horas la fiebre de la política directa.

Me enfrento a la realidad como quien se ha perdido algún capítulo en el que de dieron pistas importantes sobre lo que iba a suceder en el futuro. Me faltan claves de cómo ha cambiado la sociedad en estos últimos diez años. No quiero que se me interprete mal. No es la crítica habitual sobre lo lejos que está la vida política de los ciudadanos, que también. Pero a mi no me ha faltado en estos años el contacto continuo con la sociedad. Bien al contrario mi agenda estaba repleta de reuniones con colectivos sociales, con personas que necesitaban ser atendidas, con entidades que manifestaban distintas preocupaciones. A pesar de ello, ahora veo que la evolución general de la sociedad se me ha escapado en cierta manera.

Cuando he vuelto a la enseñanza todos me preguntaban si había notado un gran cambio en los jóvenes. Y es verdad que tienen un punto mayor de desidia o desgana, pero el cambio fundamental que he apreciado no ha sido en los jóvenes sino en los mayores. He vuelto a una sociedad más insolidaria, más descarada en la demostración de sus intereses materiales, más perdida e insegura. Por tanto -reflexiono- , de poco han servido tantos años de acción política, siempre entendiendo -claro está- que la finalidad de esta lucha no es, o no debe ser, la disputa por el poder sino el cambio social.

Por eso estoy más preocupada ahora por el cambio social que por las disputas partidarias. Necesito saber la substancia de los cambios sociales, cómo se han producido, hacia donde apuntan.

Hace algunas semanas Claudio Magris apuntaba algunas claves de esta sociedad postmoderna. Explicaba, por ejemplo, el ascenso de Berlusconi en términos de cambio social, en una especie de construcción nueva de LA VERDAD, elevando a rango político el reconocimiento del egoísmo, el machismo y la discriminación a cultura popular transgresora contra lo políticamente corrrecto. Parece decirnos "Si, es verdad, me hago rico a toda costa; compro mujeres como simples objetos; me salto las leyes como a todo el mundo le gustaría hacer". O sea, la transgresión reaccionaria convertida en heroicidad popular. Un género que triunfa, por ahora, en los programas de mayor audiencia de las televisiones pero que saltará a la escena política si no sabemos combatirlo y analizarlo.

En esta misma línea Manuel Cruz ha publicado un interesante artículo titulado "Lo que trajo el ocaso de las ideologías" que os enlazo y mi amigo Francisco Garrido ha publicado en Paralelo36 un genial artículo titulado "El sujeto y lo siniestro" que también enlazo y en los que se abordan los cambios sociales que se están operando bajo la apariencia de la normalidad cotidiana.

Pues en esas estoy. Buscando algunas pistas para entender lo que ocurre porque sin entender a fondo esta sociedad, sus motivaciones, su potencial oculto, cualquier intento de levantar algo nuevo nos conducirá, irremisiblemente, a la melancolía, un territorio que no quiero visitar.

jueves, 30 de julio de 2009

Bruce Springsteen, el boss currante


Si alguno de tus amigos está como ausente, ajeno a la realidad y obnubilado, no te preocupes. Hay más de treinta mil personas en Sevilla y alrededores que presentan síntomas parecidos. Apenas si hablan, andan por las calles flotando y no suelen contestar a las preguntas.

Si se les escapa, a veces, una furtiva sonrisa que no tiene objeto real, sino dedicada al cielo; si han dejado de quejarse del calor; si tienen el aspecto de haberse recién despertado de un sueño placentero, entonces no hay duda: estuvieron en el concierto de Bruce Springsteen. O lo que es lo mismo, hicieron un largo viaje al universo de la música, al planeta del rock y todavía no han encontrado el camino del regreso. La convalecencia será larga y, como portadores de un virus misterioso, se empeñarán en transmitirlo a todo su entorno. Se comportarán como nuevos conversos, y nos contarán una historia que básicamente, se repite: no eran fans de Bruce Springsteen, tenían cierto reparo a su estética de camionero, no les interesaba una música tan radicalmente americana –aunque lo esencialmente americano, en este caso, es la mezcla irlandesa, negra, country, roquera…-, pero tras los primeros acordes se derribó el muro y resultó imposible resistirse a esa oleada de energía.

No volverán a creer en una música sin músicos. No volverán a gustarles los conciertos pulcramente preparados. No volverán a creer en dioses musicales que establecen su sede en el Olimpo y que no saben siquiera la tierra que pisan. No querrán tener un “boss” que no sea, a la vez, un igual, un currante, un animador del grupo. Volveremos a escuchar palabras casi olvidadas: honestidad, profesionalidad, autenticidad, alegría en el trabajo. Sentirán que formar parte de un grupo no es disolverse. Que el conjunto existe porque cada uno de los músicos es único en su oficio. Olvidarán el precio de la entrada, el viaje, el calor, la mala acústica inicial y solamente sufrirán, como un foso de incomprensión, la de aquellos que no han compartido la emoción del viaje.

Se disolverá su interés por los efectos especiales y los montajes comerciales Se destrozará el mito sexual de la juventud de carnet de identidad. Se volverán forofos del esfuerzo, del working, de la conquista perseverante y alegre de los territorios sentimentales. Van a creer en la energía latente, en el poder liberador de la música. Sentirán, no el orgasmo de los que cantan ante un auditorio sumiso, sino de los que participan en una explosión universal de la energía contenida que llevamos dentro. Una energía que surge del dolor, de la superación, de los paisajes diversos y de la vida que nos ha golpeado a todos.

Tanta investigación científica, tanto esfuerzo por conocer las fuentes de la vida y quizá –solo quizá- el rock sea la fuente de la eterna juventud. No era un concierto, entonces, era la vida auténtica, vertiginosa y cruel, auténtica y mítica, dramática y cómica, que te arrasa si no haces el esfuerzo de “working on a dream”.

Concha Caballero


viernes, 24 de julio de 2009

Ni sombra de arrepentimiento

Tras haber provocado una crisis económica sin precedentes, parecía que las instituciones económicas privadas –o sea, la banca y la patronal– iban a tener un punto de sensatez y de cordura. En los primeros momentos de esta terrible situación parecían aceptar que habían pasado los tiempos del descontrol financiero, del crecimiento desmesurado, de la especulación sin fronteras. Todos entonaron un mea culpa suave, ligero, y se comprometieron a no volver a las andadas, a aceptar la regulación de los mercados, a contribuir a un cambio de modelo económico, a asumir una cierta transparencia en su funcionamiento.En el caso de España, encajaron las críticas que el conjunto de la sociedad les formulaba: las ganancias desmesuradas del ladrillo, la falta de apuesta por una competencia que no se basara en los bajos salarios y en la destrucción del medio ambiente. Pero como se puede ver, su silencio era pura estrategia. Esperaban que pasara el chaparrón de los primeros tiempos, otearon el horizonte para atisbar señales claras de contestación social, tantearon la debilidad de la clase política ante la crisis… y volvieron a las andadas.Obama se lo ha recordado esta pasada semana. El presidente americano advirtió que no percibía el “menor remordimiento” de los grandes bancos por su responsabilidad en la crisis, al tiempo que volvió a recordar a los empresarios que “el momento de las ganancias, no es ahora”. Aquí, sin embargo, Zapatero los ha invitado a cenar para ablandar su negativa y han salido de la cita declarando que no les gusta “la orientación del documento del Gobierno”, “no aprueban los subsidios a los trabajadores” y que reclaman tres puntos esenciales: descuentos fiscales; facilidad para el despido (con una curiosa interpretación del absentismo, en el que se computa la enfermedad o el embarazo), y compromiso de que se afrontará una “verdadera reforma laboral” en el otoño. Ni una palabra de compromiso, de responsabilidad. Ni una línea de arrepentimiento por el modelo económico especulativo y depredador que nos ha empobrecido a todos, ni la menor sombra de estar dispuestos a trabajar por un modelo económico distinto.Cuando la situación económica era boyante, los empresarios tenían idénticas demandas ante el gobierno: contención salarial, rebajas fiscales y facilidad para el despido. Ni el tiempo ni la crisis pasan por ellos. No han aprendido nada de la primera lección de estos tiempos y es que, en el caso de España, el empecinamiento de la patronal por competir a través de reducir los costes salariales, y no por innovación o tecnología, ha sido un factor de empobrecimiento y de agravamiento de la crisis general.Ya sé que no todos los empresarios son iguales, que hay algunos que han hecho un esfuerzo en tecnología, en producción, en energía, pero la mayor parte de la patronal española ha desdeñado, hasta ahora, los sectores energéticos, tecnológicos, sociales, e incluso la vivienda protegida –para la que pidieron su desaparición, ¿ya no se acuerdan?– y se han volcado en el negocio inmobiliario y especulativo, con el que han obtenido ganancias astronómicas. Su empeño en despedir más barato, pagar menos al Estado y que los trabajadores ganen menos, no es solamente injusto y criticable desde un punto de vista moral, –ya que pagarán los justos por los pecadores–, sino una amenaza para la salida de la crisis porque evita plantearse el verdadero problema que es el cambio de modelo económico

miércoles, 15 de julio de 2009

Consideraciones sobre financiación y Andalucía



Hasta hace poco tiempo se hablaba de modelo o de sistema de financiación e incluso se llegó a la conclusión de que habría que estabilizarlo y hacerlo perdurar. El nuevo acuerdo es todo lo contrario a un modelo o a un sistema. De hecho el debate sobre su formulación ha estado centrado, no en el funcionamiento de la cesta de impuestos y en los datos sustanciales del sistema sino en los fondos adicionales que el Estado ponía sobre la mesa. No tiene, tampoco, ninguna intención de estabilidad de cara al futuro y se trata solo de un sistema transitorio cuya vigencia no llegará a cuatro años, si es que no se producen cambios mucho antes.El acuerdo de financiación está hecho de principios contradictorios, fondos diversos para todos los gustos y situaciones, variables múltiples y de multitud de compensaciones parciales. Lo que eran los grandes temas de la financiación autonómica (coste de servicios, autonomía y suficiencia financiera, capacidad fiscal, participación en la Agencia Tributaria Estatal) han sido soslayados sin que se haya alzado una sola voz reclamando un debate serio en estas materias.Lo sustancial de este acuerdo político es, sin embargo, que ha renunciado a ser sistema, ni modelo, es decir, que ha dejado atrás cualquier posibilidad de objetivar, planificar ni guiarse por principios comunes que se orienten a un funcionamiento federal que combine autonomía y redistribución.Los principios de este nuevo “modelo” son tan contradictorios que podemos leer, en la misma página, cómo se afirma que lo justo y solidario es repartir la financiación por criterios de población para, a continuación, especificar que la “capacidad fiscal” de las comunidades será determinante para el reparto definitivo de los fondos adicionales.Es verdad que el ochenta por ciento de la financiación se guiará por criterios de población (con sus variables de dispersión, densidad, edad, insularidad y otros parámetros que afectan a la prestación de los servicios), pero el resto se compone de variables distintas e incluso opuestas a este criterio, como podremos ver a continuación.El siguiente tema a analizar es el resultado de este acuerdo para Andalucía que, en mi opinión, no puede ser analizado en términos de agravio comparativo en el reparto de los fondos adicionales o la bilateralidad con Cataluña, sino en términos de autonomía financiera o, por el contrario, de dependencia, así como deducir los resultados determinados por las condiciones de Andalucía y, en especial, su particular crisis económica.Pero veamos el funcionamiento del modelo:

A) Las nuevas cesiones impositivas: Como se sabe con este acuerdo se aumenta la cesión de impuestos a las Comunidades Autómas de forma sustancial. La cesión del IRPF pasa del 33 al 50 por ciento; el IVA del 35 al 50% y los impuestos especiales –en general- del 40 al 58%. Estas cesiones impositivas suponen la financiación básica de cada de una de las Comunidades y lo que marca especialmente su suficiencia financiera ya que las comunidades que no cubran sus necesidades de gasto con estos ingresos deberán recurrir al Fondo de Suficiencia. En teoría todas las comunidades aumentarán su suficiencia básica pero la realidad es que la caída de ingresos impositivos contrarresta estas estimaciones. En los cinco primeros meses de esta año, el Estado ha tenido una caída de ingresos del 19 por ciento, en el caso de Andalucía la caída ha superado el 26 por ciento, lo que quiere decir que la recaudación andaluza será bastante menor que la media estatal y, por tanto, nuestra base de financiación bastante menor que la media. Las consecuencias no son catastróficas porque existe el Fondo de Suficiencia, pero resulta claro que no saldremos del círculo de la dependencia estatal. No es culpa del modelo de financiación, sino de un modelo económico andaluz basado en los sectores más afectados por la crisis (construcción y turismo) que necesita una completa transformación.Sin embargo, si hay que anotar que la suficiencia financiera de Andalucía va a seguir estando en torno al cincuenta por ciento de sus necesidades de gasto. O dicho de otra manera, que dependemos de forma extraordinaria del Estado mientras que Madrid, Baleares y ahora Cataluña (además de las comunidades forales de Euskadi y Navarra) tienen una completa autonomía y suficiencia financiera.

B) El misterio de las deudas anteriores. Como el sistema de financiación funciona por entregas de cantidades a cuentas respecto a las estimaciones de recaudación y los presupuestos de las comunidades no previeron la crisis económica, cuando se ha liquidado realmente la recaudación real, ahora las comunidades deben al Estado una cantidad enorme de dinero. Andalucía, solo por diferencias de recaudación del año 2007 (temblemos cuando se cierren los ejercicios de 2008 y 2009) debe al Estado la friolera de mil millones de euros, una noticia que ha pasado casi de puntillas por los medios de comunicación. El oscurantismo en el que se ha convertido la financiación (algo completamente fuera de los mandatos legales), no nos permite conocer la deuda de las comunidades con el Estado que me temo son millonarias. A instancias de Andalucía se ha conseguido que esta deuda no comience a pagarse hasta el año 2011 ya que de hacerlo ahora supondría una causa de ruina para las arcas andaluzas.
C) Los elementos federalizantes del sistema de financiación. Tanto el Estatuto Andaluz como el catalán contenían elementos muy positivos de carácter federal y que consistía en la participación en las decisiones estatales de carácter económico, así como una visión progresista del sistema impositivo. Si se hubiese cumplido el Estatuto Andalucía podría haber opinado sobre la supresión del Impuesto de Patrimonio y participaría de pleno derecho en la Agencia Tributaria Estatal. Nada de esto se refleja en el nuevo modelo que limita, además, las posibilidades fiscales de las comunidades orientándolas casi en exclusiva a la deducción fiscal.
D) Las incógnitas del Fondo de Suficiencia. Este fondo se destina a completar las necesidades de gasto de las comunidades que no lo alcancen por la cesión de impuestos. Antes era el mecanismo de cierre del sistema, ahora se dice que se determinará después de establecer los fondos adicionales. Su cuantía y funcionamiento quedan fuera del acuerdo. No es necesario decir que Andalucía depende en grado sumo de este fondo (un tercio del presupuesto andaluz tiene este origen) Al contrario que Andalucía hay Comunidades Autónomas, como Madrid y Baleares, que con las cesiones anteriores (mucho menores) cubrían a la perfección e incluso superaban sus necesidades de gasto. Hasta ahora el excedente de su recaudación debían reingresarlo a la cuenta común del Fondo de Suficiencia, sin embargo ahora se establece una novedad y es que la recaudación que supere su capacidad de gasto no tienen que reinvertirla a la caja común sino que pueden quedársela como financiación extraordinaria. Llama mucho la atención que en el lenguaje de la derecha contra los beneficios obtenidos por las “comunidades ricas”, no aparezca la de Madrid como la más beneficiada en la aplicación real del sistema.
E) Se crean dos nuevos fondos, uno llamado de Cooperación y otro de Competitividad. Se les ha llamado, con razón, fondos para pobres y para ricos. En el primero se acumulan demandas dispersas de comunidades que no se encuentran bien recogidas en otros conceptos (densidad de población, incidencia del PIB, etc.). Resulta curioso, sin embargo, que no se aumente la financiación del Fondo de Cooperación Interterritorial que sería el responsable de esta redistribución. En segundo lugar se establece un fondo de Competitividad destinado a compensar tanto a comunidades con recursos inferiores a la media, como a premiar “su capacidad fiscal”, aceptando así un principio inasumible porque ¿en qué se perjudica una comunidad que recaude más? y, por otra parte, ¿qué tipo de principio redistributivo es la capacidad fiscal? Se destinan once mil millones de recursos adicionales a todas estas operaciones. Como el gobierno no ha facilitado el reparto de los fondos por comunidades, y a falta de este importantísimo dato, parece que Andalucía ha “rascado” financiación de ambos fondos pero que Cataluña ha conseguido un aumento considerable de financiación así como el éxito político de ver acogida su demanda de “déficit fiscal” con esta Comunidad.
F) Algunas regalías y excentricidades. Para completar el sistema algunas comunidades han conseguido financiación o valoración de costos de servicios especiales. Así, se multiplican por 2,5 los fondos destinados a las comunidades bilingües (Cataluña y Valencia) o se dota generosamente la policía autonómica que solo tiene Cataluña. En estos apartados extraordinarios el gobierno andaluz computa la transferencia del Guadalquivir, o la financiación de los metros, aunque también Cataluña tiene un acuerdo específico y Madrid ha tenido años pasados una financiación supergenerosa.
G) Los ayuntamientos, nuevamente olvidados. Se hizo el compromiso de que el nuevo sistema abordaría la financiación municipal y ni siquiera ha sido citada. La participación de los ayuntamientos en la financiación estatal es completamente tercermundista e indigna de una democracia mínimamente avanzada. El nuevo modelo los ha dejado atrás y, lo que es peor, ha dejado prácticamente sin margen de maniobra el aumento de su participación financiera, ante el silencio cómplice de la FEMP y la FAMP que habían aprobado en el pasado numerosas mociones.
A la luz de estos datos parece evidente, en primer lugar, que no se trata de un modelo ni sistema sino una financiación coyuntural que no soluciona los problemas del modelo anterior y que abre la puerta a interpretaciones insolidarias así como a la aceptación de lógicas de desigualdad. En segundo lugar, no es un sistema que avance en elementos federales y de corresponsabilidad, sino todo lo contrario, baste con referirnos a la opacidad de las cuentas de cada comunidad, contrario a cualquier espíritu cooperativo y común. En tercer lugar, parece evidente que no era el mejor momento para abordar este debate, en plena crisis económica, con todas las incertidumbres abiertas en torno a la evolución de cada indicador. Un sistema debe funcionar en los tiempos de bonanza y en los de crisis económica, pero ni el gobierno central ni las comunidades autónomas han querido abordar el problema real de la financiación pública que es el sistema impositivo y su reparto. ¿Qué pasará si los ingresos siguen cayendo? ¿Qué prioridades y qué políticas son las que se deben financiar? Todos quieren aparentar una normalidad inexistente cuando vamos a estar en el Estado y en todas las comunidades ante presupuestos restrictivos y en recesión. Se ha discutido hasta le extenuación el destino de once mil millones de euros y no se ha dedicado una línea ni una declaración al destino de centenares de miles de millones de euros que componen el total de la financiación autonómica. Se han abordado temas menores como la financiación de los mossos d´esquadra y no se ha gastado ningún esfuerzo en hablar de la financiación sanitaria o educativa o de reducción del gasto energético.
Por lo que respecta a Andalucía mi impresión es que el gobierno andaluz ha aceptado una lógica que no nos beneficia y, dentro de ella, ha intentado arrancar algunas migajas atenazados por la crisis y el descenso de las cuentas públicas. Mantuvo bien el discurso cuando defendió el criterio de población como base del sistema, esbozó algún debate educativo y de servicios públicos pero dio por perdida la batalla cuando aceptó que le importaba más el cuánto que el cómo en la financiación. Jamás debió aceptar parcelar los fondos, olvidar el FCI y, sobre todo, que se incluyera la capacidad fiscal como uno de los componentes del sistema porque es una cuña que se introduce y que puede dar al traste con cualquier esperanza de desarrollo social equilibrado.No se trataba, en absoluto, de ejercer un anticatalanismo ramplón y derechista, sino de poner sobre la mesa criterios e ideas para afrontar desde las autonomías el combate contra la crisis económica y por el cambio necesario de modelo. Desde luego no va a contribuir a salir de esta crisis una acumulación del dinero público en las comunidades más ricas. Por otro lado, los tiempos del “más y más” de la financiación han terminado y han fracasado porque se basaban en el puro crecimiento sin proyecto sostenible ni social ni ecológicamente. Por ejemplo el hecho de que, en el caso de Andalucía, nuestros presupuestos se hayan triplicado en los últimos quince años no nos ha impedido acercarnos al 30 por ciento de paro en esta crisis económica, sin esperanza cierta de recuperación porque las bases de ese crecimiento eran equivocadas.
Andalucía, en la lógica de la recaudación y de la competitividad, tiene muy poco que decir y que ganar. Somos una comunidad cuyos ingresos dependen particularmente, del consumo (en franca caída) y del Estado. Más de la mitad de nuestro presupuesto proviene de transferencias del Estado y de la Unión Europea. Ningún modelo de financiación suplirá las deficiencias de nuestro modelo económico, dependiente y especulativo. El que se acaba de aprobar solo es el final de un ciclo que nos debe forzar a un cambio acelerado de modelo económico.

martes, 7 de julio de 2009

Entrevista el País "Sevilla se construye desde el exilio"

Esta es la entrevista, realizada por Román Orozco, que se publica en El País:

ENTREVISTA: CONCHA CABALLERO Ex portavoz de IU en el Parlamento andaluz y escritora

"Sevilla se construye desde el exilio"

ROMÁN OROZCO - Sevilla - 06/07/2009

Ciudad de hampones y prostitutas, liberal y sensual, fanática y luminosa, holgazana y literaria. Todo eso y mucho más es lo que ha encontrado Concha Caballero a lo largo de años en las docenas de libros que ha leído y que le han servido para escribir Sevilla, ciudad de las palabras (Rdeditores).

La ex portavoz de Izquierda Unida en el Parlamento ha encontrado en la literatura un territorio "más agradecido" que la política. Ahora, en lugar de diputados, tiene alumnos a los que transmite su pasión por la lectura. Y aunque nacida en Baena (Córdoba), se confiesa enamorada de Sevilla, ciudad a la que llegó en los primeros años ochenta. Fruto de esa pasión es este libro, uno de los grandes triunfadores de la Feria del Libro de Sevilla.

Pregunta. Luis García Montero escribe en el prólogo de su libro que "la ciudad es un paisaje sentimental" y usted sostiene que Sevilla es la ciudad más literaria.

Respuesta. Desde los escritos de Julio César, a los poetas andalusíes, el Siglo de Oro, los escritores realistas o los románticos ha habido en esta ciudad una persistencia literaria que quizás otras ciudades no han conseguido.

P. Todos los que tienen que exiliarse, la añoran. De Al Mutamid a Cernuda. "Ojalá dios decida que muera en Sevilla", escribe el poeta andalusí.

R. Sevilla es una ciudad construida desde el exilio y la añoranza. Cernuda y los poetas andalusíes comparten que ambos la convierten en el paraíso perdido. Una metáfora del sur, de la infancia, de los tiempos felices, del tiempo sin tiempo, como dice Cernuda. Qué felicidad cuando eras niño y toda la vida te cabía en una hora...

P. A otros les produce rechazo. Escribe Santa Teresa: "Qué se le ha perdido a Dios en esta ciudad del demonio". Y habla de las injusticias y la doblez de Sevilla...

R. Sí, produce rechazo en sevillanos y en gente de fuera. Cuando Santa Teresa viaja a Andalucía, llega primero a Córdoba y se enfada por el ruido que hay en la iglesia. Pero descubre que en Sevilla ese ruido se acrecienta y la gente pecaba mucho. Decía, "aquí el demonio tiene las manos muy largas". Es un sentimiento del castellano ante la superficialidad que se le atribuye a esta tierra. De alguna manera, eso también lo piensa Antonio Machado cuando dice: "es la tierra del señorito, y yo no quiero ser de allí".

P. En su libro reproduce estos versos de Machado: "Sevilla y su verde orilla / sin toreros ni gitanos / Sevilla sin sevillanos / ¡Oh maravilla!"

R. Aunque también Machado añora la Sevilla de su infancia y del patio, no quiere saber nada de la Sevilla ociosa y vana. La del casino, la del señorito que mata el tiempo.

P. Lope de Vega habla de "la ciudad de la Inquisición y de la prostitución, de grandes fortunas y del hampa organizada" y Cervantes añade que "todo está permitido en esta ciudad, excepto ser hereje, sodomita o parricida". ¿Ciudad religiosa o golfa?

R. El mito de la ciudad mariana de Sevilla se funda sobre arenas movedizas. En realidad, ésta era una ciudad golfa, pecadora, contradictoria. Además de los sevillanos, hay aventureros de todo el mundo. Es la ciudad del crimen y también una ciudad muy popular.

P. También es una ciudad capillita. ¿Hay dos Sevillas?

R. Si uno se acerca, no tanto. Hay un sentimiento de que los sevillanos se codean con los dioses, como escriben algunos autores extranjeros. Entablan una extraña familiaridad con las cosas divinas. La religión se vive de una manera distinta al norte. Es más un disfrute.

P. Para Blanco White, ciudad fanática. Escribe: "Del fanatismo y la ambición aborto / los que tenéis raíces en el cielo / nunca podéis dejar en paz el suelo".

R. Sevilla es la madre de los mejores pensadores de la Ilustración, anteriores a Blanco White. Es una ciudad capaz del mayor fanatismo, pero también de la mayor critica a la religión. El mismo Blanco se pregunta cuando se está discutiendo la Constitución de Cádiz "cómo puede un país conciliar la libertad con un único credo".

P. Hablando de libertad. Gertrudis Gómez de Avellaneda habla de que "entre tradiciones, prejuicios y veladuras, hay en Sevilla un selecto ambiente cultural en el que algunas mujeres ejercen su libertad". Además de salones literarios, existen "casas que acogen amores clandestinos". ¿Se puede generalizar esa libertad de la mujer?

R. El ambiente en el que se movía Gertrudis era exclusivo, Aunque quizá había cierta libertad en la mujer del pueblo llano. No en las clases medias.

P. Pierre Louys habla tras su visita a la Fábrica de Tabacos, "verdadero harén", de las mujeres que hacían sus cigarros con los pechos al aire, y se emociona con el "admirable cuerpo femenino, de esos que en verdad no se encuentran fuera de España".

R. Sí, lo escribe él y otros románticos. Las cigarreras eran mujeres de vida libre, ganaban su propio sustento, y tenían mayor grado de libertad.

P. Stendhal escribe sobre "las encantadoras andaluzas de tan vivo y tan ligero andar".

R. Hay una cierta admiración por la libertad y la sensualidad de las mujeres andaluzas que trabajaban en las factorías, entre ellas la Fábrica de Tabacos, que hacían un alarde de su sensualidad bastante desconocida en esa época.

P. Los que se van, como Bécquer, añoran mucho Sevilla y detestan su nuevo lugar. Escribe sobre Madrid que es "sucio, negro, feo como un esqueleto descarnado". Una de las heroínas de Emilia Pardo Bazán se separa de su marido porque es incapaz de sentir la belleza de la ciudad...

R. Sí, Gladys Stanton, protagonista de Por España, llega a la conclusión de que una ruptura estética es peor que una sentimental. Abandona al marido por su frialdad nórdica. Esa idea la repiten otros escritores realistas. Algunos la exaltan incluso sin conocerla. Era una ciudad muy cantada en la literatura.

P. Rubén Darío la ve como una ciudad melancólica.

R. Porque había leído a Juan Ramón Jiménez, que se definía como un andaluz triste. Rubén conecta con algo que también se encuentra en Manuel Machado, la Andalucía que ríe pero que tiene una parte triste detrás. Manuel escribe que a todos nos han cantado en una noche de juerga versos que nos han matado. Rubén es el primero que percibe el trasfondo triste que hay detrás de la manzanilla. Y Cernuda escribe que "el sur es un desierto que llora mientras canta".

viernes, 5 de junio de 2009

El cuento de la buena pipa: debut casi cinematográfico

Algunos amigos como Joaquín Urias y yo misma hemos debutado cinematográficamente de la mano del joven y talentoso Carlos Cid, en un corto producido por Amanda Girón. También han colaborado en el proyecto los actores Carlos Álvarez y Miguel Alcíbar. Ayer se estrenó en el salón de actos de la Facultad de Ciencias de la Información. Si quereis verlo, aquí está.

jueves, 21 de mayo de 2009

Sevilla, fiesta y mito




La autora analiza en su primer libro, 'Sevilla, Ciudad de las Palabras' (RD Editores), con prólogo de Luis García Montero, la imagen de esta capital proyectada a lo largo de los siglos por la literatura universal


Javier Chaparro Diario de Sevilla

Diputada durante 14 años del Parlamento andaluz, Caballero se considera una apartada involuntaria de la política, aunque ha rechazado tentadoras ofertas para mantenerse en ella. Profesora de literatura en un instituto del Aljarafe, ha escrito un libro sobre libros, de los muchos que han penetrado en las entrañas de Sevilla para descubrirla y presentarla al mundo. Prologada por Luis García Montero, es una obra literaria que podría servir casi como libro de texto. Sevilla, una urbe convertida en metáfora de sí misma.
-Dicen que una de las sensaciones que uno tiene al dejar la política es que el teléfono deja de sonar. ¿Es este libro producto de esos silencios?
-Te llaman mucho más los amigos, la gente que te quiere y que te intenta cuidar. Y te llaman menos los compromisos y las falsas amistades. Pero sí, en cierto sentido tengo que agradecer a quienes me han dado vacaciones políticas el haber podido emprender este camino.
-¿Escribir es descubrir?
-Para mí ha sido casi todo un descubrimiento. No tenía una idea previa muy definida al empezar y me he encontrado con que había como un argumento en torno a la ciudad a lo largo de los siglos en la literatura.
-¿Por ejemplo?-Si lees a Cernuda y a los poetas andalusíes hay paralelismos en la metáfora, en el exilio, en muchísimas cosas. Me ha impresionado también la fortaleza de lo andaluz en la historia, que no es tan reciente como creemos. Descubrí a un Fernando de Herrera reclamando Andalucía frente a los Infantes de Carrión o la vitalidad del Romanticismo, con la fortaleza de la prensa de la época. Mi trabajo no se limita a recopilar textos o hacer una relación de lugares de la ciudad que aparecen citados en una novela, es una visión de la metáfora en torno a Sevilla, la construcción simbólica de la ciudad. Sevilla no se construye con ladrillos, sino con la luz, con conceptos como el paso del tiempo, la infancia, las relaciones de la gente.
-Su obra parte de Julio César y concluye en Cernuda. Ha obviado una visión más contemporánea.-El libro huye del presente. Hubiese sido complicado hacer la selección de textos y también hay periodos literarios que no me seducen. Por eso se corta en la Generación del 27 y en textos de los años 30 y 40.
-El Cernuda abatido decía que "el sur es un desierto que llora mientras canta". ¿Ha cambiado la cosa?
-(Risas) No lo sé. Estamos en un momento muy complicado en el que creo que Sevilla puede poner en valor una vida no productivista, un concepto del tiempo y del espacio, del ser humano. Creo también, sin embargo, que hay una gran impotencia para romper el marco del cuadro. Cernuda, cuando se va de Sevilla, dice: "En Sevilla nunca pasa nada". Quizá todavía seguimos con esa actitud.
-Eso contrasta con la visión idílica de otros autores.
-Es que Sevilla tiene muchas caras. Tiene esa imagen de fiesta y superficialidad y hay una Sevilla jonda. Manuel Machado dice en un célebre poema que a todos nos han cantado en una noche de juerga coplas que nos han matado. Sevilla está acompañada de una visión de folclorismo y no es así. Ruben Darío viene y ve una ciudad que no es la folclórica y dice váyanse a otro sitio. Los románticos se fijaron en el concepto de libertad y de tiempo extendido que tiene Sevilla y no tanto en el folclorismo. La gente se va a sorprender de que Pushkin, Dostoievski o Stendhal hablasen de Sevilla.
-Es curioso que muchos de ellos ni tan siquiera pisaron la ciudad.-¡La mayoría! Es que Sevilla es también un mito.
-Dostoievski localiza en ella un relato en el que el gran inquidor juzga a Jesucristo.
-Sí, sí, y es increíble la precisión de la descripción que hace pese a no conocer Sevilla. No es el único. Chesterton, por ejemplo, se atreve a hacer un texto sobre la Semana Santa diciendo que el negro no es la apoteosis de la oscuridad, sino de la luz.
-Santa Teresa habló de "la poca verdad", de "los dobleces" de los sevillanos.
-La relación de Santa Teresa con Sevilla es genial. Ella viene aquí a la fuerza y además no le gusta el carácter de la gente, pero al cabo del tiempo dice que los sevillanos, con el calor que hace aquí, bastante tienen con no pecar. Dice que el demonio tiene los brazos muy largos y que incluso a ella la está tentando.
-Usted describe así la Sevilla cervantina: "Todo está permitido en la ciudad (…) y con sólo seguir la liturgia religiosa tendrán garantizada la libertad en la tierra y acaso la gloria en el cielo".
-Es que Sevilla era el Nueva York de aquel tiempo. Hay cosas en Lope de Vega que me recuerdan a Poeta en Nueva York, cuando dice que "Sevilla es el tiempo en cifras", una ciudad deshumanizada. Ve la urbe, la gran ciudad. Y Cervantes aporta un enigma, ese libro que es Rinconete y Cortadillo, que es una crítica terrible a la jerarquía eclesiástica y civil de esta ciudad, de la que él se va habiendo fracasado.
-Para el joven Byron era la ciudad del amor, de la subversión.
-Byron dice que aquí se encuentran los altares de la locura en medio de una guerra. Se daba la dualidad de la ciudad, la más religiosa y la más pagana, la más españolista y la que tenía más carácter propio.
-Fernán Caballero admira la "portentosa flexibilidad con que sabe el catolicismo apoderarse de todas las armonías de la naturaleza".
-Ese concepto de la religión es muy curioso y aparece en muchas obras. El sur cambia el concepto de la religión, pero ésta también se apropia de todos los conceptos de la belleza.
-¿La política y usted...?
-Yo estoy como Umbral: vengo a hablar de mi libro (risas).

sábado, 16 de mayo de 2009

Sevilla, ciudad de las palabras



RDeditores TIENE EL PLACER DE INVITARLE
A LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO

Día 21 DE MAYO, JUEVES, A LAS OCHO DE LA TARDE
CARPA PRINCIPAL FERIA DEL LIBRO (PLAZA NUEVA)

El acto contará con la participación de
Isabel Pedrote
Rosario Valpuesta y
Rogelio Delgado.

FIRMA DE LIBROS:
7 a 8 tarde del día 21
y también tras el acto de presentación






SINOPSIS:
“Sevilla no es sólo un lugar, es también un sueño, una metáfora llena de historia y de sentido literario. Descubriremos la fuerza literaria de esta ciudad cuya construcción simbólica se inicia con Julio Cesar para extenderse con el exilio de los poetas andalusíes, los tiempos revueltos del siglo de Oro, las pesadumbres ilustradas, las aventuras románticas, el descubrimiento realista y el cosmopolitismo de los inicios del siglo XX. Este es un libro en el que nos sorprenderán los testimonios literarios recopilados sobre Sevilla y en el que desfilan por sus páginas tanto escritores sevillanos (Cernuda, Machado, Becquer,…), como españoles (Lope de Vega, Cervantes, Juan Ramón Jiménez,…) y, especialmente -por su aportación poco conocida- extranjeros (Lord Byron, Rilke, Pushkin, Chesterton, Sthendal, Dante, Dostoievski, Victor Hugo…)
También supone una meditación sobre la metáfora del sur que se atreve a romper los extremos y que defiende la ilusión de una rebeldía sensual, callejera, descarada y bulliciosa, junto a la intimidad del tiempo que se necesita para atender a la belleza.
Hablar sobre los escritores de Sevilla es hablar sobre la ciudad, indagar la elaboración de su sentido cultural, ese patrimonio de recuerdos que nos acompañan cuando caminamos por las calles.(…) Te aconsejo, curioso lector, que disfrutes del libro de Concha Caballero. Su inventario sevillano sirve para conocer la historia de la ciudad, para ponernos frente a sus metáforas y para responsabilizarnos de ellas sin dogmatismos, supersticiones o falsas promesas de pintoresquismo aguado. Es la responsabilidad de los buenos lectores”. (Extraído del Prólogo de Luis García Montero)

lunes, 4 de mayo de 2009

"Sevilla, ciudad de las palabras" Por fin presento mi libro


El día 21 de mayo, jueves, presento mi libro en la Feria del Libro de Sevilla. El acto tendrá lugar en la carpa que se instala en la Plaza Nueva, frente al Ayuntamiento. Desconozco la hora exacta pero alrededor de las siete de la tarde. Estáis invitados. Os informaré.
(La imagen se puede ampliar para leer el texto)

viernes, 13 de marzo de 2009

Deuda de la historia



Hoy publico este artículo en el Correo de Andalucía:


La deuda histórica no es, como se suele afirmar, un dinero que se adeuda a Andalucía por la mala valoración de las transferencias que se hicieron, al comienzo de la autonomía. Esto ocurrió con todas las comunidades y no es distintivo de Andalucía. La deuda histórica hace referencia a que, en el momento en que se transfirieron estos servicios, su calidad y su extensión eran menores en la Comunidad Autónoma Andaluza que en el resto del Estado. Tiene que ver con un desarrollo desigual de España, especialmente durante la dictadura, por el cual, la riqueza y los servicios se habían repartido de forma desequilibrada, de manera que se habían concentrado en el norte las inversiones, la industria y los servicios. Así Andalucía, al comienzo de su autonomía, tenía en torno a un 30 por ciento menos de camas hospitalarias, de personal sanitario, de centros de enseñanza y profesorado mientras tenía los peores niveles de renta, el porcentaje más alto de paro y la más débil industrialización.
Esto determinó que Andalucía tuviera que hacer un esfuerzo extraordinario, no para mantener los servicios existentes, sino para llegar a niveles similares de calidad y de extensión que otras comunidades. Esa diferencia es lo que se llama Deuda Histórica.
No se trata, por tanto, de un capricho, de una reivindicación vacía de contenido. Tiene que ver con nuestra historia, con una comunidad cuyos trabajadores contribuyeron al desarrollo de toda España y buena parte de Europa sin recibir ninguna compensación.
Aquellos que se empeñan en minimizarla, que la presentan como una antigualla carente de sentido, están dando carpetazo a la historia de nuestra tierra y al carácter fuertemente reivindicativo y nivelador de la autonomía andaluza.
El hecho de que sea todavía necesario explicar este derecho de Andalucía ante el resto de las comunidades, a los sucesivos ministros de los diferentes gobiernos, e incluso a buena parte de los políticos andaluces, nos habla del bajo nivel de estima política de Andalucía y de la falta de determinación de sus gobernantes para exigir al poder central lo que nos corresponde. Este derecho de Andalucía nunca ha sido reclamado con sinceridad, sino como ariete político del gobierno o de la oposición. Así, el PSOE la negó cuando sus homólogos gobernaban el Estado y la reclamó en el momento del gobierno de Aznar. El PP, por su parte, hizo lo mismo pero a la inversa en idénticos momentos políticos.
Pues bien, veintisiete años después del primer texto estatutario, y gracias a una –en mi opinión- débil cláusula del nuevo Estatuto, ha llegado el momento de pagar esa deuda y hacer honor a nuestra historia y nuestras necesidades. Todavía hoy, los niveles de servicios públicos de la Comunidad andaluza, aunque han mejorado sensiblemente, son inferiores a la media del Estado, de forma que tenemos menos camas hospitalarias por habitantes, menos médicos, menos escolarización y mayor número de alumnos por aula que la media española. El dinero de la deuda histórica debería acabar con este diferencial. Pero no es solamente una cuestión de carácter económico, sino también simbólico y político. Acordar, tras tan larga espera, una cantidad ridícula, insignificante, en concepto de deuda no solo nos priva de recursos necesarios sino que nos quita la razón histórica y el deseo de igualdad en que se funda nuestra autonomía.

viernes, 16 de enero de 2009

LA CRUDA REALIDAD


Hoy he publicado este artículo de opinión en el Correo de Andalucía


Ana ha vuelto de la oficina de empleo al mediodía, con el tiempo justo de preparar la comida. Ella y su marido tienen la costumbre de comer viendo los informativos de la televisión. Un día más es la crisis económica y la invasión de Gaza la que ocupa los titulares. Las imágenes de niños ensangrentados la golpean. Siente surgir en su interior una ola de indignación y de dolor con la que no sabe qué hacer. Desgraciadamente –se dice– los niños de ese territorio encontrarán en qué emplear ese caudal de indignación y crueldad.

A continuación, informan sobre el avance del paro en nuestro país. Ana ve en la pantalla una escena igual a la que ha presenciado esta mañana: un centenar de personas hacen cola ante las oficinas del INEM, con la mirada perdida. Un hombre de unos 40 años explica: “me quedan seis meses de prestación, después no sé qué haré”.

Ana cambia de canal rápidamente.
–¿Por qué lo has quitado?– le pregunta su marido.

Ella se encoge de hombros. No quiere contarle que no soporta ver su propia realidad en la televisión. Hace unos meses seguía con avidez la información económica, esperando, como un pescador, que el tiempo amainara, que la tormenta financiera se aclarara, que aparecieran en el cielo señales de calma. Ahora no puede creer nada. El mundo ha cambiado sin previo aviso. Los aguerridos capitanes que proclamaban el fin del Estado y la iniciativa privada como solución a todos los males, reclaman ahora su financiación con fondos públicos. Los que deberían prestar el dinero, lo piden; los economistas que debieran alumbrar soluciones ante la crisis, especulan sobre su duración.

A unos cuantos kilómetros de casa de Ana, el Gobierno ha seguido también con interés la información sobre el paro. Unas horas antes de su publicación oficial, el portavoz del Gobierno ha aparecido en la Consejería moviendo la cabeza:
–Muy malos, muy malos –comenta con el consejero.
A diferencia de Ana, ellos no han podido cambiar de canal, aunque piensan que no había necesidad de esas imágenes con las colas de parados y ese tono apocalíptico de la información.
Quince años de crecimiento continuado los han dejado sin recursos contra el infortunio. Solo esperan que amaine el temporal, que los mercados financieros se estabilicen, que aparezca el sol de la recuperación.

Se comportan como cualquier ciudadano abrumado por la crisis –porque también pone en cuestión su propia supervivencia– pero viven atados al pasado sin darse cuenta de que la derecha andaluza cabalga sin caballo ni camino. ¿Quién podría reprocharles una intervención clara y directa sobre la economía andaluza? ¿Quién tendría fuerzas para oponerse, justo ahora, a meter en cintura a la banca andaluza y obligarla a conceder créditos a las pequeñas empresas y a la vivienda?

¿Por qué consentir que las cajas andaluzas anden más preocupadas por sus puestos directivos y por el localismo más ramplón, que por su aportación a la recuperación? ¿Quién alzaría la voz contra una extensión real de los servicios públicos en Andalucía? ¿Quién se opondría a una iniciativa pública para reinventar la economía andaluza desde las energías renovables o los sectores medioambientales? Solo su propio laberinto los mantiene encerrados, con el juguete roto del crecimiento, ante un público que ha cambiado de canal.

Concha Caballero es profesora de Literatura

jueves, 21 de agosto de 2008

Oda al navegador



Dicen que el entonces alcalde de Sevilla, Rodríguez de la Borbolla, viajó a Paris con motivo de la Exposición Universal de 1900. Rodeado de todas las maravillas modernas, alojado en el hotel más lujoso de la ciudad, telefoneó a Sevilla y preguntó:
- ¿Qué temperatura hace en la ciudad?
- Mucho calor –le respondieron-, más de cuarenta grados.
- Y yo aquí… ¡qué coraje!..me lo estoy perdiendo –respondió con fastidio.
Sin embargo yo no he echado en falta el calor de Sevilla sino que me he tomado unas vacaciones de las sábanas húmedas y del suelo radiante. Me he ido a lugares donde las gentes sonríen ante la caricia del sol porque no conocen su espada justiciera.
Por primera vez nos hemos atrevido a recorrer una parte del centro de Europa con un coche alquilado en Frankfurt. Teníamos el modesto sueño de diseñar nuestra propia ruta, parar en las poblaciones que nos gustaran, visitar referencias literarias, sin más ayuda que algunas páginas descargadas de la red.
Nada de esto hubiera sido posible sin Hanna, nuestra navegadora intrépida. Tras un forcejeo de teclas con un modelo de navegador desconocido, que nos hizo temer por todo nuestro proyecto, se encendió una voz cálida que atendía a nuestra ruta con solo alguna pequeña referencia geográfica. Le pusimos el nombre de Hanna y nos condujo a la casa de Goethe en Weimar, organizó nuestro encuentro con la Bauhaus, nos mostró al campo de concentración de Buchenwald, la Galería de los antiguos maestros en Dresde, la casa de Durero en Nuremberg, los paseos fluviales más escondidos y las tabernas antiguas… Sin embargo, al entrar en territorio checo, Hanna súbitamente enmudeció. De nada sirvieron nuestros esfuerzos por reanimarla. No reconocía Terezín ni Pilsen ni siquiera la popular Praga. Nos dejó perdidos, sin guía espiritual, en medio de carteles que no entendíamos. Una grúa praguense se llevó el coche porque en esa ciudad los sábados hay limpieza general, como en las casas antiguas. Con Hanna no nos hubiera pasado esto, comentamos, ella nos habría llevado a lugar seguro. Sólo al salir de territorio checo recuperó la voz:
- Siga la ruta indicada –nos dijo.
Casi abrazamos su pantalla. No sé cómo se las podían arreglar los viajeros antes de que el navegador los condujera por este proceloso mundo.

martes, 12 de agosto de 2008

Que no quiero verla



Federico nace en el barranco de Víznar cada verano. Un ruido de chicharras y de grillos lo acompañan. Lo esperamos cada año en ese atardecer de agosto que, de pronto, se vuelve triste. Siempre aparece fiel a su cita. Nos estremece, nos canta, nos acuna.
Nuestra imaginación camina más deprisa que los pasos y lo encontramos bajo cada árbol, cada cambio de luz, cada soplo de viento. Federico yace en algún lugar de ese barranco en buena compañía, poéticamente flanqueado de un maestro republicano y dos banderilleros. Gentes del pueblo, nombres de tragedia griega, viva estampa de los perseguidos a los que tanto amó.
Es lorquiano el lugar, la compañía, el infantil empeño de volver a su Granada. Es lorquiana esa muerte difusa que impregna los árboles, la tierra, el viento. ¡No desenterréis a Lorca! ¡No contéis sus huesos, no fotografiéis la bala asesina, no lo llevéis a la ciudad porque allí, entre el cemento y la técnica, es donde habita la otra muerte, la que acaba con el ser humano!
La muerte ocupa un lugar central en sus obras. Pero hay dos tipos de muerte en sus escritos: la muerte esencial, telúrica, unida a la tierra, al grito, a la sangre derramada, a la soledad más perfecta. Una muerte que se entremezcla con la vida en el trigo, el sexo, la cal de las paredes. Pero también en Lorca hay una muerte urbana, hecha de olvido, de insomnio, de deshumanización del dolor.
No llevéis a Lorca fuera del campo, no lo hagáis reposar sobre metal frío. No convirtáis su muerte en espectáculo, ciencia o ganancia. ¿Quién detendrá el mercado infernal que comenzará en el momento justo en que la pala tropiece con la dureza de sus huesos?
Y, cuando sus huesos salgan, ¿quién, en nombre del periodismo o de la ciencia, se resistirá a escribir la crónica de su fusilamiento, la reconstrucción de los hechos, el recorrido de la bala, las fotos de sus despojos?¿qué institución no programará terribles actos oficiales?¿dónde irán sus restos tras estos ritos vacuos preñados, posiblemente, de noble respeto?
Muchos familiares de víctimas de la guerra y la represión piden la exhumación de sus familiares para rescatarlos del olvido, rehabilitar su figura, honrar su memoria . Pero en el caso de Lorca no hay olvido. Su memoria y recuerdo han sido honrados año tras año, su nombre no ha parado de brillar incluso en los rincones más lejanos de nuestro planeta. Solo el cientifismo vano justifica interrumpir su sueño porque… ¿en qué lugar estará más vivo, más presente que en esos atardeceres de Víznar, en el olivar de Aynadamar cerca de la Fuente de las Lágrimas, junto al maestro Dióscoro y los banderilleros Galadí y Arcollas?
Lorca pone en boca de la madre de Bodas de Sangre lo siguiente:
“Yo haré con mi sueño una fría paloma de marfil que lleve camelias de escarcha sobre el camposanto. Pero no camposanto, no. Camposanto, no. Lechos de tierra. No quiero ver a nadie. La tierra y yo

martes, 29 de julio de 2008

Estrategias para sobrevivir




Cuando Soledad Becerril era alcaldesa de Sevilla hizo un viaje a los países nórdicos para promocionar el turismo en esta ciudad. Un amigo mío, profesor de Comunicación, opinó que la campaña (Giralda, Reales Alcázares y el rio Guadalquivir) estaba equivocada. Él tenía el mejor lema para promocionar la ciudad entre los ateridos noruegos y suecos y era el siguiente: “Sevilla: calefacción en las calles”. Desde luego no había que decirles a los posibles turistas que en verano se nos olvida quitar la calefacción y que cuando nos atrevemos a salir a la calle nos pegamos a las paredes, tomamos aliento en las esquinas con sombra y buscamos refugio en tiendas y comercio como quien ha llegado a un oasis. Creo que en esta ciudad la crisis no se nota tanto porque los sevillanos abarrotamos las grandes superficies comerciales como una forma de sacudirnos el calor en las horas perdidas. Al llegar la noche, sentados al aire libre, buscamos un indicio de que hemos derrotado al implacable cielo. Nos transmitimos previsiones meteorológicas, como si se tratara de saberes ocultos:
- La semana que viene, me han dicho, bajarán las temperaturas.
- Si, pero hasta el sábado, van a seguir subiendo.
- Pero hoy corre algo de fresquito –decimos ante el menor soplo de aire.
Es mala sombra decir esa frase porque, justo en ese momento, deja de hacerlo y la noche se queda quieta, como sin horas. Regateamos el irnos a la cama y nos asomamos al balcón, a la terraza, al patio, con la cabeza levantada, la vista al cielo, la boca entreabierta como en una plegaria. Es el momento de elegir entre dormir con las sábanas calientes, y alguna caricia esporádica de una brisa perdida, o encender el aire acondicionado y dormir en ese país extraño sin sueños.
La única tregua se produce a esa primera hora de la mañana, en la que el sol es joven y piadoso cada día. Pero, cualquier andaluz sabe que necesitamos la paciencia de Job, la imperturbabilidad de Buda y el control mental de un fakir para no sucumbir a la desesperación a lo largo del día.

jueves, 24 de julio de 2008

Engaños ópticos


Al marido de Lola lo han despedido de la obra. Han despedido a casi todos sus compañeros en estos días de julio.
El constructor no habló con los trabajadores, solo con Curro. Parecía estar más afectado que él.
-Ya sabes que si pudiera no te despediría. Pero la crisis es enorme…no sé cómo voy a recuperar el dinero invertido.
Curro lo miraba en silencio. El constructor siguió dando explicaciones: mucha gente que había comprado “sobre plano” las viviendas, se habían echado atrás a última hora; tenía un centenar de miles de metros comprados en espera de la recalificación…En suma, que su situación era de crisis total.
Curro no quiso decir nada, no quiso recordarle las espectaculares ganancias que había tenido en los últimos quince años, las recalificaciones de suelo que le habían reportado casi más ganancias que la construcción en sí, las comisiones millonarias que había distribuido para sus promociones.
- De todas formas no te preocupes –dijo el constructor con un gesto generoso y afable- ya sabes que en cuanto pase esta crisis, vuelvo a contar contigo.
Curro se dirigió a la oficina a recoger su liquidación. En el finiquito se recogían los días trabajados, el prorrateo de la paga extraordinaria y la liquidación. La suma y el dinero efectivo no concordaban.
- Oye, que os habéis equivocado, faltan más de cuatro mil euros –le dijo.
- No, no…Me han ordenado que lo haga así –le respondió el cajero- Yo no puedo hacer nada. Me han dicho que es la crisis… pero si quieres… –dijo bajando la voz- puedes denunciarlo, porque es ilegal.
Curro no firmó el finiquito pero no lo ha denunciado. Ninguno de sus compañeros lo ha hecho. Teme que si lo hace no volverá a tener trabajo. Me pregunta qué hacer y no sé qué decirle, solo compartir su indignación.
PD. Me manda un amigo un inteligente mail sobre este tema. Me prohibe publicarlo porque al hacerlo desvelaría su identidad. En realidad piensa que este relato es inventado y que describe el mundo en un tono decimonónico en el que el obrero es la suma de todo bien y el empresario un canalla. No hay nada de eso. El relato es real y, por lo que me cuentan, bastante común. No deduzco de aquí "la bondad natural" de una clase, solo quiero reflejar que la crisis para algunos es no obtener grandes ingresos y para otros quedarse en el paro. Aunque, paradójicamente, estos últimos no quieren ni oir hablar de la crisis.

jueves, 10 de julio de 2008

UNA MANTIS RELIGIOSA EN MI TELEVISOR





Mis amigos se ríen de mí cuando cuento algunas historias. Creen que me las invento para divertirlos y cuando no tienen nada que decir me preguntan:
-Concha… ¿qué te ha pasado últimamente?
Hace dos días estaba con unas amigas en una terraza y me hicieron la pregunta.
-Nada, que he dormido la siesta con una mantis religiosa –les contesté.
-¡Anda ya…¡
-En serio –les contesto-. Estaba viendo la tele y de pronto me di cuenta de que un bichejo estaba sobre el televisor. Me acerqué y era una mantis religiosa.
-¡No puede ser! –palmotea alguna sobre la mesa.
-¿Y qué hiciste?
-Fui a por la cámara de fotos, pero estaba descargada –les digo.
-¿Ves como se lo inventa? –dice una de ellas.
-No, no…de verdad. La puse a cargar y procuré no hacer ruido para que no se fuera. A los pocos minutos me acerqué y le hice unas fotos.
-A ver, ¿dónde están?
-La mantis se enfadó, -continué mi relato sin hacerles caso-, se apoyó en sus dos patas, levantó la cabeza y me amenazaba con los brazos extendidos.
Mis amigas se ríen con todas las ganas
-No os riáis. Me pareció una metáfora perfecta sobre el poder de la televisión.
No se creen nada, pero insisten en que les cuente cómo siguió la historia.
-Nada. Me dormí y estuve soñando con una enorme mantis que me comía la cabeza. Cuando me desperté la mantis no estaba. Le conté a Antonio que había tenido pesadillas con ella.
-¿Y qué te dijo?
-Que como soy una hembra no tengo nada que temer, que solo le comen la cabeza a los machos.
Se lo pasaron bien con mi pequeña historia, pero no la creyeron. No saben que hay gente que atrae enfermedades, otras accidentes, y en mi caso, anécdotas algo surrealistas. Ahí está la prueba

domingo, 29 de junio de 2008

SUEÑOS DE IZQUIERDAS




ENTREVISTA: Mujeres en vanguardia CONCHA CABALLERO CUBILLO Dirigente de Izquierda Unida. Sueños de izquierdas .ROMÁN OROZCO - Sevilla - 29/06/2008
http://www.elpais.com/articulo/andalucia/Suenos/izquierdas/elpepiespand/20080629elpand_8/Tes
Nació en el seno de una familia que odiaba la política. Pero ella le iba a dedicar los mejores años de su vida.
Concha Caballero Cubillo es una mujer decidida y firme, a pesar de la permanente sonrisa que cierra cada una de respuestas. Una sonrisa que solo se desvanece cuando se pronuncia la palabra fusilamientos.
De mi familia apenas si quedan muestras, una buena parte de ella fue fusilada.
Eran los días aciagos de la guerra civil. Concha había nacido en Baena (Córdoba), en 1956. "La mía era una familia de señoritos que llevaba siglos decayendo. Una figura muy típica de algunos pueblos andaluces". Cuando Concha nació ya solo quedaba "una forma de vida, unas casas grandes, cierta apariencia y poco dinero".
Pero no fue eso lo que provocó que aquella adolescente hiciera la primera escapada de su vida. Eligió un punto muy distante de la apacible campiña cordobesa: la Universidad Laboral de Zaragoza. La joven de 14 años ponía más de 700 kilómetros de distancia con su padre. Había un claro choque generacional.
- Mi familia era muy conservadora, muy de derechas, que tenía miedo, horror a la política. Para ellos, la política era el conflicto.
No es extraño. Los anarquistas habían matado a su abuela y a todos sus hijos, uno de ellos con siete años. Se salvó la mamá de Concha. Por el lado paterno, cayeron el abuelo y uno de sus hijos.
Zaragoza le iba a abrir los ojos a esta joven que escapaba de aquel hogar dolorido.
-Una noche escuché llorar a una compañera en la litera de arriba. Era Carmen, hija de uno de los tres obreros que cayeron abatidos por la policía en la huelga de la construcción de Granada en 1970. Le dieron una beca para alejarla de aquella tragedia.
En Zaragoza entró en contacto con "el sufrimiento humano". En Jaén, donde su familia se había trasladado, se sumergió en los libros de la biblioteca de Diego Vadillo, un vecino republicano. Ramón J. Sender y los clásicos rusos y franceses eran su alimento. Se forjaba así la personalidad de la que sería portavoz de Izquierda Unida, y posiblemente una de sus figuras más prestigiosas.
El Colegio Universitario de Jaén es el siguiente escalón. Mientras estudia Filosofía y Letras, se mueve en los círculos más activos de la ciudad en la que funcionan dos seminarios semiclandestinos: uno de ideología marxista; el otro, de tendencias anarquistas.
En el primero, se topa con un joven profesor que le da clases de Critica Literaria llamado Felipe Alcaraz. Era también poeta. Concha se convierte, muy a su pesar, en su musa. Y aunque es pudorosa al recordar hechos de su vida íntima, reconoce que dejó a un novio que tenía -"era muy lindo"- por el profesor -"fue un error que ya quedó olvidado"-.
Pero lo que más la iba a marcar no eran estos escarceos sentimentales. La tertulia se queda pequeña y Concha y sus compañeros buscan desesperadamente al Partido Comunista. No encuentran ningún contacto. Ha habido redadas de la policía franquista. Se refugian en el PSOE.
-No me gustaban mucho los socialistas, porque no hacían nada. El PSOE pensaba que la dictadura era una fruta madura que caería por su peso. Nosotros queríamos acción.
El grupo abandonó el PSOE. El Partido Comunista de España (PCE) les ofreció la acción que buscaban: lanzaron panfletos, hicieron pintadas, organizaron la primera manifestación política de Jaén por la amnistía y la libertad. Fundaron el Movimiento Democrático de Mujeres.
Y se prepara la segunda escapada. Destino, Granada. Su doctorado en la vida real avanzaba.
-Me fui de casa, con una manta y un tocadiscos, como se decía entonces.
Esta segunda fuga producirá una ruptura casi total con su padre, que durará dos años. En Granada vive sola en un piso. Bueno, acompañada de Gestener, una rudimentaria multicopista que el partido comunista le ha colocado de compañera.
Hacía mucho ruido y sentía terror.
Pero sobrevivió. Los gastos los costeaba con trabajos aquí y allá: en una guardería, en una tienda de ropas, pero sobre todo haciendo encuestas para Metraseis. "Empezaba el auge de las encuestas y me pagaban muy bien". Entra en contacto con un grupo de jóvenes poetas vinculados a la izquierda: Javier Egea, Luís García Montero, Juan Carlos Rodríguez, Álvaro Salvador. Ella también había emborronado algunas cuartillas, que conserva, "pero mis poemas son muy malos".
Piensa que es mejor en el relato y prepara un libro. Además de otro por encargo sobre Sevilla en la literatura. Porque tras el PC, su otra gran pasión son las letras.
Entre Granada y Sevilla, el destino de su tercera y por ahora ultima escapada, pasa un tiempo en Jaén, trabajando "como basculera, es decir pesando camiones" en la Delegación de Obras Públicas. Un puesto que ganó por oposición y que le podía haber resuelto la vida, pero que la dejaba insatisfecha.
Sevilla la espera. Gana por concurso plaza como profesora de Lengua y Literatura de instituto. Desde 1982, recorre en paralelo una larga carrera dentro de Izquierda Unida: responsable de Comunicación, miembro del consejo de la Radio Televisión andaluza y diputada desde 1994. Hasta 2008. Ese año, algo se quiebra en la coalición izquierdista y la que había sido su brillante portavoz parlamentaria en la ultima legislatura se queda fuera de las listas.
Para desahogarse escribe un blog y cita a Shakespeare: "Somos de la misma sustancia de la que están hechos los sueños y nuestra vida breve está encerrada en un sueño".
¿Sueños rotos, en la izquierda? ¿Son necesarios los sueños, la utopía?
-Más que nunca. Hay mucha energía social en muchos jóvenes comprometidos.
- Pero parece que se alejan de los partidos, de la política. ¿Qué hacer para no desperdiciar esa energía?
-Es la gran pregunta. Debemos encontrar un espacio común. Los jóvenes de hoy son mejores que los de hace 30 años. Aquella sociedad era muy injusta, muy malvada, muy clasista, muy maliciosa.
Ella lo sabe porque lo vivió. Por eso escapó tres veces. Aún sigue corriendo en busca de su destino.
"ME INDIGNA LA DIRECTIVA DE LA VERGUENZA"
http://www.elpais.com/articulo/andalucia/indigna/directiva/verguenza/elpepiespand/20080629elpand_7/Tes
Zapatero los ha llamado ignorantes. Concha Caballero lo llama traidor.
El Parlamento europeo ha aprobado una directiva sobre el retorno de los inmigrantes. A partir de ahora, los extranjeros sin papeles podrán ser retenidos durante año y medio. Sin juicio, ni abogado. La izquierda la ha bautizado como la directiva de la vergüenza.
- Zapatero y los socialistas que votaron a favor han traicionado a la izquierda. La discusión sobre la ampliación de la jornada laboral a 60 horas semanales es terrible, una vuelta al pasado. Pero la directiva de la vergüenza, es aún peor. Me ha indignado.
La dirigente izquierdista asegura que desde el zapaterismo "se nos está vendiendo otra forma de vida, de represión, de individualismo, de insolidaridad, un modelo profundamente de derechas. Tan repugnante como la guerra de Irak".
Habla con dolor y coraje, esta mujer que habitualmente se expresa con la sonrisa en el rostro. Y tiene una explicación:
- Están presos de un electoralismo terrible. Si nos descuidamos, ese pragmatismo electoralista nos llevará a la destrucción de la izquierda. Porque cuando le izquierda asume los valores de la derecha, deja de tener razón de ser.
Se queja de que la noticia haya producido escaso revuelo en la calle. "Tenemos una sociedad muy instalada en el presente". Hay que actualizar el concepto de partidos, pues "ahora son maquinarias electorales, que no solo no producen cambios sociales, sino que muchas veces los impiden y acotan".
Aunque está fuera del Parlamento por primera vez desde 1994 y de la dirección regional de IU, no ha tirado la toalla.
- Voy seguir en la acción política. Quiero estar en el debate que se realizará en torno al futuro de IU, tanto en Andalucía como en el Estado. Quiero estar junto a la gente joven, transmitirles mis experiencias y ser permeable a sus propuestas novedosas.
Concha Caballero aún no ha dicho su última palabra.