Otro fragmento de una escena real. En un taxi vamos tres personas hacia la Estación de Atocha, en Madrid. Nos conduce un taxista de rostro colorado y cuerpo perfectamente adaptado al oficio, o sea, piernas cortas y curvas generosas en la cintura. Cuando pasamos por delante del Parque del Retiro una de mis amigas le pregunta:
- ¿Qué es eso? –señalando un coche engalanado de boda del que descienden los novios.
- El Retiro –dice el taxista
- No, no. Me refiero a la boda. ¿Qué hacen ahí?
- Es costumbre en Madrid, venir a hacerse las fotos de recién casados al Retiro.
- ¡Hay gente para todo! –dice mi amiga.
Al taxista no le ha gustado el comentario y cuando para en el primer semáforo dice:
- No sé qué tiene de malo hacerse la foto en el Retiro…
Mi amiga se endereza en el asiento y contesta:
- Es que yo soy comunista
- Ah…-dice el taxista- y… no le gustan las bodas
- No. Que no creo en esas cosas –dice nuestra amiga con tono de superioridad.
- ¡Pues váyase usted a Rusia!
Las que vamos detrás nos reímos a carcajadas
- ¡Ya no me puedo ir a Rusia, señor! –dice nuestra amiga indignada
El taxista se ha quedado sin lugar donde enviarla.
- A China o a Cuba –decimos desde el asiento de detrás.
- Eso –dice el taxista, poco convencido - a Cuba... mejor a Cuba.
Cuando llegamos a la estación nos devuelve el cambio con mala cara y concluye:
- Como si fuera malo hacerse fotos en el retiro…A Rusia la mandaba yo a pasar frío.
Podrá cambiar el mundo, pero los clásicos son los clásicos.
- ¿Qué es eso? –señalando un coche engalanado de boda del que descienden los novios.
- El Retiro –dice el taxista
- No, no. Me refiero a la boda. ¿Qué hacen ahí?
- Es costumbre en Madrid, venir a hacerse las fotos de recién casados al Retiro.
- ¡Hay gente para todo! –dice mi amiga.
Al taxista no le ha gustado el comentario y cuando para en el primer semáforo dice:
- No sé qué tiene de malo hacerse la foto en el Retiro…
Mi amiga se endereza en el asiento y contesta:
- Es que yo soy comunista
- Ah…-dice el taxista- y… no le gustan las bodas
- No. Que no creo en esas cosas –dice nuestra amiga con tono de superioridad.
- ¡Pues váyase usted a Rusia!
Las que vamos detrás nos reímos a carcajadas
- ¡Ya no me puedo ir a Rusia, señor! –dice nuestra amiga indignada
El taxista se ha quedado sin lugar donde enviarla.
- A China o a Cuba –decimos desde el asiento de detrás.
- Eso –dice el taxista, poco convencido - a Cuba... mejor a Cuba.
Cuando llegamos a la estación nos devuelve el cambio con mala cara y concluye:
- Como si fuera malo hacerse fotos en el retiro…A Rusia la mandaba yo a pasar frío.
Podrá cambiar el mundo, pero los clásicos son los clásicos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario