viernes, 3 de julio de 2009

El falso sudoku y la crisis autonómica


Ha tenido fortuna la expresión de que la financiación autonómica era un sudoku en el que, al final tenían que sumar 100 las cantidades asignadas al conjunto de las autonomías, sin embargo es una imagen que no se corresponda en absoluto con la realidad . Para empezar, hay comunidades autónomas como Euskadi y Navarra, que no pertenecen a este sudoku general sino que gozan de un sistema especial de financiación –consagrado en la Constitución- que hasta ahora ha sido más ventajoso. Para el resto de las comunidades, llamadas de régimen general, se establecen una serie de mecanismos que se basan en la cesión de una cesta de impuestos que, en teoría, son iguales para todas. Digo en teoría porque a nadie se le escapa que no es lo mismo la recaudación de IVA por habitante en Madrid que en Andalucía. Si alguna vez se han preguntado cuál es la razón de que en materia de financiación autonómica apenas se escuche la voz reivindicativa de la comunidad madrileña, aquí tienen la explicación: con la pura cesión de impuestos colman sus necesidades de gasto completas, mientras que a la Comunidad Andaluza le falta todavía para su completa financiación más del cuarenta por ciento. Este problema se agrava por la caída ininterrumpida de los impuestos en los últimos dos años que va a continuar con casi total seguridad.

El segundo sudoku son las compensaciones necesarias para hacer que el sistema se equilibre y conseguir que cada comunidad obtenga una financiación suficiente o similar en el conjunto del Estado, un papel que hasta ahora ha jugado el Fondo de Suficiencia de cuya dotación Andalucía depende en grado sumo y cuya puesta en cuestión nos llevaría directamente a la ruina.

La novedad, en este nuevo acuerdo de financiación, es la propuesta de crear dos fondos de Competitividad, uno de los cuales estaría destinado a compensar “la capacidad fiscal” de algunas comunidades o lo que es lo mismo, a premiarlas por su mayor recaudación fiscal. La introducción de este elemento rompe los criterios de igualdad y de población sobre los que se asienta el resto del sistema y va destinado a satisfacer las demandas de Cataluña y algunas otras comunidades como Baleares, que consideran que aportan demasiado a la financiación estatal.

Si el acuerdo queda establecido en estos términos, lejos de asentar el principio de igualdad, se estará consagrando (aunque sea como elemento parcial del sistema) la desigualdad de gasto entre las comunidades: Euskadi y Navarra negociarán en los próximos días el funcionamiento de su cupo especial; Madrid se verá favorecida por la cesión impositiva y Cataluña por la creación de este fondo de competitividad que –aunque sea parcialmente- viene a consagrar sus tesis de “déficit fiscal”.

El gobierno, por su parte, para apagar las voces críticas con este sistema, pone sobre la mesa el reparto de nueve mil millones adicionales con el que intentará contentar a todos, repartiéndolo entre las comunidades con un criterio diferente. En medio de la peor caída de impuestos de toda la historia de la democracia –una caída que puede hacer peligrar todo el edificio de la financiación - los gobiernos autonómicos están pendientes del reparto de la pequeña bolsa adicional, de contentar a su pequeña parroquia fiel pero desinformada, a la que no quieren confesar que están sentados sobre un paisaje de arenas movedizas. Las comunidades autónomas ya deben cantidades ingentes por la caída de ingresos pero ningún gobierno habla de ello. No quieren aceptar que la crisis va a trasladarse a las comunidades autónomas y serán más necesarios que nunca los mecanismos de solidaridad, equilibrio, austeridad y defensa de lo público. Si no se actúa con inteligencia y rapidez, es el propio sistema autonómico el que puede hacer aguas.

6 comentarios:

Rossimilio dijo...

Querida Concha.

Cada vez que sale en los grandes medios de comunicación el tema de la "financiación autonómica" me echo a temblar como andaluz.

Han pasado 30 años de democracia. Andalucía accedió a cotas de autogobierno que jamás hubiéramos soñado. Estos 30 años de democracia han cambiado la dinámica Norte-Sur de España y ahora cualquier ciudadano del Norte viene al Sur y puede llegar con el AVE, o circular por autovías desconocidas hasta hace unos años. Se ha hecho un gran esfuerzo por la cohesión social, lo cual es un excelente logro político.

Pero creo que ha llegado el momento en el que Andalucía y todos los andaluces y andaluzas debemos comenzar a afrontar nuevos retos. Y retos basados en la responsabilidad individual y colectiva como pueblo. Y para eso creo que la clase política y la ciudadanía deberíamos cambiar el discurso. El problema de Andalucía no puede ser eternamente el de la financiación autonómica y el de depender de qué ficha mueve Cataluña, Baleares, Valencia o Aragón como territorios productivos y hacer depender la práctica política de los dineros que nos dejen el nuevo sistema de financiación o que quiera invertir el Estado.

No soy economista pero no creo equivocarme si digo que en Andalucía seguimos teniendo dependencia de la financiación externa, vía Fondo de Compensación Interterriorial o Fondos Europeos. Alguna vez la pelota debe estar en nuestro tejado y tendremos que arrimar el hombro si queremos dejar de se una economía débil.

El tópico de "andaluz=vago" no es real y yo me rebelo contra él. Pero si hacemos autocrítica creo que nos falta a los andaluces sentido de la responsabilidad. Creo que desde la educación y desde la escuela y las familias habría que concienciar a las jóvenes generaciones que nuestro bienestar en el futuro como pueblo debe depender de las apuestas que hgamos en esta economía globalizada y productiva.

En fin, ese es mi punto de vista. No quiero una Andalucía que dependa siempre de la solidaridad. La solidaridad interterritorial ha servido para equipararnos en infraestructuras con pueblos más desarrollados, pero creo que después de años de solidaridad se nos deben exigir resultados y, mientras la economía andaluza dependa del turismo, la construcción y de un sector público autonómico sobredimensionado en ocasiones (yo soy funcionario) ceo que seguiremos estando en la cola de las economías prductivas.

Y este papel de crear una conciencia de responsabilidad individual y colectiva debe ser un objetivo pedagógico de la izquierda. Estuve escuchando a Julio Anguita en Cádiz sobre la III República y si algo enfatizaba mucho era la idea de que una República debe crear una conciencia ciudadana de derechos, libertades pero también de OBLIGACIONES y de RESPONSABILIDADES. La izquierda no debe estar solamente para garantiar subsidios ni pensiones sino que tabién, llegado el caso, deba exigirle a esos ciudadanos un compromiso con lo público y con el resto de ciudadanía. Esa es la conciencia solidaria cargada de civismo. Siempre he pensado que en los grandes retos del futuro, alguna responsabilidad individual tenemos y creo que la pelota está en nuestro tejado y que algo tengo/tendremos que hacer.

Nada más. Manifiesto mi discrepancia con cierto discurso victimista que está instalado en la clase política andaluza porque no quiero que mi Andalucía siga dependiendo de la solidaridad interterritorial eternamente.

Ah, de paso, felicitarte por tu libro "Sevilla, ciudad de las Palabras", que me está gustando.

Capitán Clostridium dijo...

¡Hombre Rossimilio! Quien bien me recomendó este lugar de la Blogosfera.
Ese mito del andaluz-vago que me ha tocado oir muchísimas veces hace que me rebele contra quien ose decirle en mi presencia.

Querida, Rosa, la casualidad nos ha llevado a introducir el tema de los sudokus en nuestras últimas entradas. Ud. como símil de las complicaciones a solucionar en el ámbito estatal para que todas las piezas encajen, y yo, como dificultades entrelazadas que todos hemos tenido en la vida, referido al compicado ámbito laboral.
Un saludo a los dos.

Concha Caballero dijo...

Querido Rossimilio, creo que llevas gran parte de razón en lo que expones, es necesario que Andalucía se enfrente a sus problemas,cara a cara y solvente ese papel histórico de dependencia. Es verdad que tenemos rémoras históricas como la distribución desigual de la industria, el papel terciario de nuestra economia y tantas otras que se remontan al siglo XIX, pero también es verdad que 27 años de autonomía deberían haber cambiado este signo. Sin embargo,y a pesar de todo, en el tema de la financiación autonómica lo que se discute realmente, es la distribución de los ingresos del estado y con qué criterios hacerlo y ahí, más que el criterio de solidaridad, defiendo el criterio de igualdad en la prestación de servicios. No sería justo, en ningún modo, que por tener mejor recaudación fiscal (derivada de procesos históricos) se tuvieran mayores y mejores servicios públicos. En todo caso, vuelvo a decirte que comparto tu afán por salir de la dependencia, de los debates ajenos y del papel terciario que se nos ha adjudicado.
PD. Amigo, no puedo entrar en tu blog. No sé si es puntual o hay algún problema.

Concha Caballero dijo...

Capitán Clostridium, acabo de entrar rn tu blog y he visto el post que hace referencia al sudoku de la vida. Espero que nuestros números no estén decididos de antemano y que las variables sean más de nueve, aunque el principio y el final sean iguales.
Acabo de añadir tu enlace a la lista de enlaces preferidos. Un saludo.

Rossimilio dijo...

¿Qué pasa, Concha?

Leo tu respuesta y coincido contigo. A ver si alguna vez salimos de esta "dependencia" y algún día los andaluces volvemos a ser esos hombres de luz que a los hombres alma de hombres les dimos.

Y por lo demás, supongo que el acceso a mi blog estaría bloqueado temporalmente. Yo puedo entrar y, de hecho, estoy escribiéndote desde mi blog. Hace tiempo que no tengo tiempo de escribir en mi blog algo más allá de mis carreras populares pero espero ahora en julio dedicar una mañanita a escribir algo más intimista, porque tengo cosas importantes que contar.

Capitán Clostridium dijo...

Muchas gracias, Concha por añadir mi enlace.
Un saludo.