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sábado, 16 de julio de 2011

Dedicación exclusiva

Puedes consultarlo en la edición original de El País de Andalucía 


En el Congreso de los Diputados solo 33 diputados de 350 tienen dedicación exclusiva, es decir, menos del 10% dedican su tiempo íntegro a la tarea para la que fueron elegidos. Los demás compatibilizan su condición con otros cargos públicos o con actividades privadas como despachos, asesoramientos a empresas u otros. Sin embargo, todos ellos pasaron la criba de la declaración de compatibilidad, que en su inicio estaba pensada sólo para facilitar labores como las de la enseñanza, la creación científica o cultural o colaboraciones con medios. En la comisión que concede estas licencias están presentes todos los grupos políticos y, con alguna excepción notable, siempre han autorizado estas actividades. Hoy por ti, mañana por mí.

No sé si la ciudadanía conoce esta situación o si le parece razonable. En el Parlamento de Andalucía cincuenta diputados de un total de 109, declaran ejercer otras actividades, algunas de escasa importancia pero en más de treinta y cinco casos francamente incompatibles con un desarrollo correcto de su labor. En cualquier trabajo, para cobrar el salario completo es necesaria la dedicación exclusiva en sus horarios, excepto en el Parlamento, donde se permite cobrar las retribuciones totales aunque se alternen con otras actividades.
Treinta y seis diputados andaluces -según los datos todavía no actualizados tras las últimas elecciones- son, a su vez, alcaldes o concejales en sus municipios. Creo que todos, sin excepción, han optado por cobrar del Parlamento de Andalucía sus retribuciones completas, algo que el reglamento, injustamente, permite y que no les priva de cobrar asistencias o dietas en otras instituciones.
En mi opinión existen dos tipos de incompatibilidades diferentes: la de los negocios privados con la representación pública, que debería abordarse seriamente porque facilita el tráfico de influencias y, por otra, una incompatibilidad puramente funcional y horaria. El Parlamento de Andalucía exige la asistencia a plenos y comisiones durante, al menos, cuatro días a la semana, en sesiones extensas ¿Puede un alcalde, especialmente de una gran ciudad, estar fuera de su municipio cuatro días a la semana? Evidentemente no. Asisten a última hora de las sesiones plenarias para cumplir con las votaciones y desatienden completamente las demás tareas, en las que son suplidos por una tropilla de diputados y diputadas que ejercen meritoriamente de todoterreno. En cuanto a la redacción de iniciativas parlamentarias, se delegan en los técnicos o se recurre a las socorridas iniciativas escritas o colectivas que no necesitan la presencia física del diputado.
Esta es la razón por la que, durante años, se ha imposibilitado un control efectivo de actividad individualizada o de asistencia de sus señorías, en contra de todo criterio de transparencia y de evaluación real de sus funciones.
No es la primera vez que se intenta que los diputados tengan una dedicación exclusiva real a esta tarea, que no es solo de representación sino también de redacción de propuestas, elaboración de leyes y de atención a la ciudadanía. En la anterior legislatura fue derrotada la iniciativa, que yo misma presenté en representación de IULVCA, para que las incompatibilidades fuesen reales y se controlasen las faltas.
En un momento en el que urge prestigiar la política y reformar todos los vicios que la alejan de los ciudadanos, es muy oportuno plantear este debate, no para utilizarlo contra esta o aquella fuerza política, sino para mejorar el funcionamiento de las instituciones.
El PP ha reaccionado airadamente, como si se tratara de una medida contra ellos o contra el municipalismo. Una forma curiosa de concebir el Parlamento como una representación territorial y no política que recuerda la democracia orgánica. Sería bueno contemplarlo desde otra óptica: ¿acaso la ciudadanía no tiene derecho a que sus parlamentarios trabajen exclusivamente para ellos? o, desde el ángulo municipal, ¿no tiene derecho la sociedad a que sus alcaldes se dediquen exclusivamente a la gestión de los ayuntamientos?

sábado, 13 de noviembre de 2010

El Aaiún

Este es mi artículo semanal en el País de Andalucía

No sabemos cuántos muertos, heridos, detenidos o deportados ha habido en El Aaiún. Lo peor es que quizá nunca lo sepamos y pasen a formar parte de esa nube mundial de desaparecidos bajo las dictaduras, cuyas sombras claman contra el olvido.


En la era de Internet y de los móviles donde vivimos en la ficción de que nada escapa a nuestra vista, hay territorios que se desglobalizan cuando interesa a sus regímenes dictatoriales y sus dramas pasan a desenvolverse en un universo pequeño, hostil, absolutamente opaco. Para el uso del tanque y la metralleta, la porra y el líquido incendiario, se apagan las luces, y el lugar se convierte en un Gernika de rostros desencajados, de bebés que lloran y de mujeres que gritan sin voz.
Las guerras no se retransmiten, las represiones no se cuentan ni se permite poner rostro a las víctimas. Se decreta la muerte de la libertad de información y, con ella, de cualquier atisbo de verdad que pueda filtrarse al mundo exterior.


En este espacio dantesco ha sido un rayo de esperanza la presencia en El Aaiún de un equipo de la cadena SER, encabezado por la misma voz que nos contó la muerte de Couso en la guerra de Irak de una forma que nunca olvidaremos. Àngels Barceló y todo su equipo han representado en estos días un testimonio de compromiso con la verdad que nos devuelve cierta esperanza en el papel de una prensa libre y de un derecho a la información que se vulnera siempre que hay en juego intereses económicos. El solo hecho de partir hacia El Aaiún a buscar la verdad en sus calles en los momentos quizá más decisivos para la resolución de la causa saharaui es ya un monumento al viejo periodismo de las fuentes directas frente a la manipulación de las agencias, de los comunicados oficiales y de los periodistas empotrados en los ejércitos vencedores. Por el contrario, su detención y expulsión son un monumento a la tiranía que nos hace temer lo peor en el largo éxodo de los saharauis por su independencia.

Mientras la cadena SER prestaba este servicio a la libertad de expresión, el Gobierno adoptaba un inexplicable silencio y una comprensión infinita hacia el régimen marroquí. Afirmar que los periodistas detenidos y expulsados han sido sólo "retenidos para responder a algunas preguntas" es una declaración ridícula de pleitesía extrema con los que vulneran los derechos humanos más elementales. Incluso las declaraciones posteriores en las que el presidente del Gobierno matiza las palabras de la ministra de Exteriores y afirma que se va a investigar la muerte de un ciudadano español nos enerva por la reducción de un drama colectivo a un contencioso particular de nacionalidad herida.

Mientras el Gobierno central miraba para otro lado, el Parlamento de Andalucía ha cumplido fielmente la función de representar el sentir de la ciudadanía y ha condenado sin paliativos la vulneración de derechos humanos y expresado su solidaridad con las víctimas de los sucesos de El Aaiún así como con el pueblo saharaui. De todas las declaraciones del Parlamento de Andalucía respecto al conflicto del pueblo saharaui con Marruecos, esta es la más dura y también la más desesperanzada. Apela a una mayor implicación del Gobierno central y de la Unión Europea y solicita observadores internacionales que garanticen los derechos humanos de la población saharaui. Desgraciadamente, hasta el momento, la comunidad internacional ha permanecido muda ante la masacre.

Pero Andalucía ha hablado y, aunque no sea suficiente, esa resolución transmitida por las emisoras de televisión y de radio que se escuchan en todos los territorios ocupados dará algo de esperanza a todo un pueblo que se encuentra hoy aterrorizado y disperso por el país vecino. Porque, en estas fechas, el horror y la ignominia contra el ser humano tienen un nombre: El Aaiún.

viernes, 20 de marzo de 2009

La fragilidad del Parlamento



Hoy publico este artículo en el Correo de Andalucía:
La política espectáculo está teniendo consecuencias imprevisibles sobre el papel de los parlamentos y, muy especialmente, sobre el de Andalucía. De ser la representación del pueblo ha pasado a ser un trasunto de las ruedas de prensa de la oposición y de las declaraciones institucionales del gobierno.
Cuando se asiste a un pleno se tiene la impresión de estar en la repetición de una obra de teatro que ya ha sido estrenada ante un público más fiel y con aplausos más cerrados. El gobierno ya no anuncia los planes ante el Parlamento sino en decorados más íntimos, sin la molestia de un contraste de ideas que considera una pérdida de tiempo y sin que nadie puede contestar o contrastar la bondad de las propuestas que se hacen en tono solemne. La oposición, por su parte, realiza las mayores denuncias ante los medios de comunicación, se rasga las vestiduras en ruedas de prensa convocadas ex profeso y cuando llega a la “función” parlamentaria tiene los titulares agotados y el gesto cansado.
Se percibe una enorme falta de autenticidad en el debate parlamentario. E incluso, las sesiones de control son solo un recuento de titulares de prensa acumulados en los últimos días en las que falta no solo la novedad, sino también la sinceridad del que interpela o del que responde.
A modo de ejemplo, esta última semana se han hecho declaraciones desmesuradas, para bien y para mal, sobre la deuda histórica de Andalucía. El gobierno saltaba de alborozo –o al menos se esforzaba en hacerlo-, mientras la oposición hablaba de una traición sin precedentes. Pues bien, tres días antes de que se firmara el acuerdo, se produjo la sesión de control del Parlamento andaluz sin que ni el partido del gobierno, ni oposición le preguntaran al Presidente de la Junta de Andalucía sobre este tema, relegando el tema a un debate casi clandestino a altas horas de la noche.
Es cierto que este solapamiento del papel del Parlamento no es nuevo y que se agrava con una crisis económica en la que –inexplicablemente a mi entender- se disuelve el papel de las instituciones andaluzas y su contribución a la salida de esta situación. También es verdad que la propia institución parlamentaria contribuye escasamente a estar en el día a día de la sociedad andaluza, y no es capaz de desprenderse del olor a cerrado, a moqueta y a tiempo sin tiempo, con antiguallas tales como las vacaciones parlamentarias o los largos trámites burocráticos para la gestión de los tiempos políticos. Pero, dicho esto, también hay una peligrosa muerte de las ideas, de la política en su sentido más hermoso, que no es sino una autorización del pueblo para ser representados. Apenas se debaten ideas y propuestas, sino que los autonominados líderes se creen dueños -que no representantes- de espacios políticos y el Parlamento se reduce a un recinto en el que se libran combates de esgrima de salón.
Los parlamentos, y especialmente los autonómicos, son las instituciones más frágiles de la democracia. El poder ejecutivo de los gobiernos se defiende con la pura gestión de los recursos.Sin embargo, el papel de los parlamentos depende de su vitalidad, de su capacidad legislativa y de su conexión con la sociedad. Elementos todos ellos muy frágiles si se persiste en estrategias políticas que solo buscan aplausos de los correligionarios y titulares en los medios de comunicación (afines).

domingo, 4 de mayo de 2008

ÚLTIMA PREGUNTA A CHAVES


Pregunta Oral 7-07/POP-000508, relativa al balance de la acción de gobierno.

5 DE DICIEMBRE DE 2007

La señora PRESIDENTA —Muchas gracias, señor Presidente.
La siguiente pregunta con ruego de respuesta oral en Pleno, dirigida al Presidente de la Junta de Andalucía, se refiere al balance de la acción de gobierno.
Es una pregunta que formula el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida Los Verdes-Convocatoria por Andalucía, que plantea su portavoz, señora Caballero Señora Caballero, tiene la palabra.

La señora CABALLERO CUBILLO —Sí, señora Presidenta.
Señor Presidente, empezó usted la legislatura hablando de segunda modernización, tuvo que retirar los anuncios porque nada de esto se había cumplido, y los problemas estructurales persisten en Andalucía, solo que usted no quiere verlos.
Los últimos datos sociales andaluces deberían conmoverlo: 287.000 andaluces viven en situación de pobreza extrema, señor Chaves; el paro ha alcanzado 508.000 andaluces; Andalucía es la penúltima comunidad en renta familiar; el fracaso escolar —y no voy a hablar del informe PISA si quiera— es una amenaza para el futuro; Andalucía ocupa el primer lugar en delitos urbanísticos y en ocupación del territorio, y ni un solo metro andaluz en esta legislatura se ha concluido.
Sin embargo, a usted, míster excusa, especialista en balones fuera y en cortinas de humo, le sintetizo algunas de sus respuestas: «Hay muchas denuncias urbanísticas porque tenemos mucha población»; «los metros andaluces van a marcha lenta porque tienen que hacer tres y no uno, como en Madrid»; «no se han podido cumplir los compromisos en materia de vivienda por culpa del PP»; «el abandono escolar son causas inherentes al sistema», y «hay mucho fracaso escolar por el retraso histórico de Andalucía». Quiero decir que ni un congreso mundial de historiadores le ha sacado tanto provecho al pasado como el señor Chaves.
Usted, es cierto, no vive en el pasado, señor Chaves, pero vive en buena parte del pasado. Y cuando ve que los problemas del presente lo acucian, toma algunas medidas que son solamente una forma de aparentar que ejerce el Gobierno, más que un ejercicio en sí, ¿no? Es como un niño cogido en falta que durante unos días, solo durante unos días, se porta bien.
Cuando arrecieron las críticas por la especulación urbanística y el descontrol del territorio, del que usted es responsable, tomó algunas medidas de izquierda, como la limitación urbanística; prometió regular los campos de golf y aparentó que iba a ser contundente en materia urbanística. Pues bien, la fiebre ha durado seis meses, cuanto que pasaron las elecciones municipales.
Cuando hay debilidades en materia medioambiental, se hace una foto con Al Gore, pero se sigue incumpliendo el Protocolo de Kyoto en la Comunidad Autónoma de Andalucía. O cuando se pide que se actúe, en materia social, hace grandes declaraciones, pero pequeñísimas realizaciones, como hemos demostrado con el tema de dependencia y otros.
Y ha habido también falta de talante, porque ha habido mucha apariencia de talante, pero el diálogo se acaba cuando interesa a sus intereses estrictamente partidarios. En resumen, señor Chaves, creemos que ha sido un Gobierno incapaz en lo social, ostentoso en la propaganda y temeroso ante los intereses del poder económico.
Y esta, sin duda, ha sido la legislatura del Estatuto, y hemos trabajado con fuerza en él, intentando darle una impronta social evidente. Y hemos trabajado en el tema legislativo, desde Izquierda Unida, para colaborar en un nuevo marco y en nuevos compromisos de cara al futuro. Pero lo que interesa es que usted, con 14 consejerías, con más funcionarios que Cataluña, Madrid y País Vasco juntos, y con todo el poder, apenas ha cambiado en estos años la realidad andaluza.

La señora PRESIDENTA —Muchas gracias, señora Caballero Cubillo.
Señor Presidente de la Junta, tiene la palabra.

El señor PRESIDENTE DE LA JUNTA DE ANDALUCÍA —Sí, señora Presidenta.
Señora Caballero, decir que Andalucía no ha cambiado en estos años, no solamente es falso, sino injusto.Y usted lo sabe muy bien, señora Caballero. Usted puede hacer muchas declaraciones grandilocuentes, como las que acaba de hacer en estos momentos, pero lo que usted acaba de decir no se corresponde con la realidad de Andalucía. Yo no voy a ocultar —ni los he ocultado nunca— los problemas que tiene Andalucía, pero decir que en todos estos años de Gobierno socialista no ha habido cambios y no se ha transformado la realidad es injusto, así como creo que no es lo que perciben los andaluces, al menos si, democráticamente, nosotros aceptamos los resultados de las elecciones.
Mire usted, yo no hablo de datos del pasado, sino de datos del presente. Y yo creo que, si comparamos con el 2004, por referirme a esta legislatura, y para que usted no me acuse de que acudo a la historia, pues, hoy los andaluces viven mejor y tienen más derechos que a principios del año 2004. Hoy, en Andalucía, trabajan 512.400 personas más que a principios del año 2004, hay 98.600 parados y paradas menos, nuestro Producto Interior Bruto per cápita ha aumentado en un 21% y hay 70.105 empresas más, lo que quiere decir que nuestra economía también ha cambiado, que es dinámica, más fuerte y también nos está aproximando a los parámetros de la Unión Europea.
En segundo lugar, señora Caballero, hay más derechos sociales que los que había en el año 2004, lo que comporta un mayor bienestar y más seguridad.
Ha sido una legislatura con un profundo contenido social, y me remito, señora Caballero, a mi discurso de investidura; es decir, me refiero al derecho a una plaza de Educación Infantil gratuita, a la gratuidad de libros de texto, a una plaza en guardería, a dentistas de cabecera para los niños, a la atención bucodental de las personas con discapacidad severa, al chequeo médico anual para las personas mayores, al diagnóstico genético pre implantacional, a los menores hospitalizados y también al derecho de las personas con dependencia a ser atendidos.
Señora Caballero, más de dos millones de personas, a partir del año 2004, tienen derechos sociales que no tenían antes del año 2004. Y Andalucía es mucho más fuerte en estos momentos porque está presente en actividades de futuro. En esta legislatura, hemos logrado estar presentes en la investigación biomédica más puntera; estamos reforzando el sector aeronáutico, con un polo de los más importantes de Europa; estamos presentes en la investigación de la biotecnología, en las energías alternativas... No es solamente hacerse la foto, señora Caballero, con Al Gore. Y también somos más ambiciosos y hemos aprobado un Estatuto de Autonomía que yo creo que ha sido también punto de referencia para otros Estatutos de autonomía.
¿Que quedan cosas por hacer? Evidentemente.
¿Que quedan problemas por resolver? También. ¿Que existen déficit estructurales? También. ¿Que hay pobreza? También. ¿Que hay bolsas de marginación? También. Pero el salto que ha dado Andalucía en todos estos años, reforzado por la gestión de los últimos cuatro años, yo creo que ha sido importante.
Señora Caballero, esta ha sido una buena legislatura, una Legislatura digna de recordar.
[Aplausos.]

La señora PRESIDENTA —Muchas gracias, señor Presidente.
Señora Caballero Cubillo, tiene la palabra, señoría.

La señora CABALLERO CUBILLO —Señor Presidente, durante toda la legislatura me ha estado diciendo que la política social es salud, educación y economía. Y fíjese en los datos de estos tres temas, señor Chaves. Ya he dicho que ni le iba a citar el informe PISA, pero sí que ha recurrido a argumentos históricos para justificar los resultados lamentables de Andalucía. Yo no sé si es que Croacia ha tenido mejores condiciones históricas que Andalucía, o Corea, o Lituania... No lo comprendo, señor Chaves.
Y veamos los temas económicos: Está remontando el paro en la Comunidad Autónoma de Andalucía, y usted lo sabe bien. Se lo dije el otro día: 309.000 mujeres paradas, el triple que Cataluña. Ha caído el empleo industrial, señor Chaves, y lo sabe muy bien. Y este año ha caído el 1’4, el empleo industrial, cuando en el conjunto del país ha subido más del 4%. Esos son datos también de la gestión de su Gobierno, señor Chaves.
Tenemos los andaluces 3.000 euros menos de renta familiar. ¿Y que las familias viven mejor? Pues, pregúnteselo a ellas. Pregúnteles si tienen mayor poder adquisitivo hoy que hace cuatro años, aunque su Consejero de Economía, el señor Griñán, ha dicho esta mañana que los precios suben porque estaban muy bajos. Magnífica explicación del dolor social que sienten las familias más modestas.
En el tema de medicina... Es que la medicina —y yo apuesto también, así como nuestro grupo, fuertemente, por el tema de la biomedicina—... Pero la sanidad no es la biomedicina, pues el 99% de la sanidad andaluza son las consultas, el sistema primario de salud y los centros hospitalarios. Y no están en las mejores condiciones, señor Chaves.
Y en energía estamos incumpliendo el Protocolo de Kyoto. Y en energías renovables empezamos no hace cuatro años, señor Chaves, sino hace ocho años, con el 6% de aportación neta de energías renovables, y vamos a cerrar la legislatura con el 6% de aportación de energías renovables al conjunto del consumo energético de Andalucía.
¿En qué se ha cambiado? ¿En qué se ha modernizado, señor Chaves? Y hay otros problemas: Se cerró Delphi, señor Chaves. Y son ejemplos sociales, pero no son particulares.
Se cerró Delphi, y, como siempre, cuando hay una gran crisis, usted aparenta una gran autoridad, pero después no la ejerce. Se cerró Delphi: 100 millones de ayudas públicas, 4.000 trabajadores en la calle... Se dice que los activos son para los trabajadores y para recuperar parte del dinero público que se había invertido, y, antes de ayer, se autoriza la venta de los activos de Delphi, y las subcontratas están en la calle.
Se va, con la tragedia que supuso el naufragio del Pepita Aurora, a hacerse grandes fotos, y nos encontramos que, casi tres meses después, las viudas todavía no han cobrado. Y estuvimos con ellos, con los supervivientes, y su Gobierno no se había ocupado de eso hasta hace nada. Menos fotos, señor Chaves, y más realidades, así como otras formas de gobernar.
Empezó la legislatura planteando otro talante, un talante de consenso y de acuerdo, y lo ha habido en muchas leyes. Muchísimas leyes han sido aprobadas aquí, por mayoría, e Izquierda Unida ha aprobado un paquete legislativo muy importante. Y lo hemos hecho y aportado hasta el último grano de nuestro conocimiento y de nuestra capacidad alternativa, porque queremos otro marco normativo para la Comunidad Autónoma de Andalucía. Pero hay cosas en las que no hay consenso, por parte de ustedes. Y ustedes no cambian: en esos puestos de libre designación, en esa relación con los ayuntamientos —sigue siendo muy clientelar, señor Chaves—, en esa mala información de las empresas públicas, en la externalización continua de los servicios de la Junta de Andalucía, o en esa RTVA, donde usted prometió que iba a ser galardón y ejemplo del consenso alcanzado en esta legislatura, aprobándose ayer la Ley de RTVA con los votos, en solitario, de su grupo, porque se habían negado al diálogo, señor Chaves.
Creemos que el Estatuto puede ser una palanca importante para el desarrollo de Andalucía y para el cambio social en Andalucía. Pero eso es hablando del futuro, señor Chaves. Pero usted, al frente de la Junta de Andalucía, como le decía, con más funcionarios que las tres comunidades más grandes y potentes de todo el Estado, con un presupuesto en el que han tenido incluso superávit, los grandes problemas sociales y los cuellos de botella de la economía andaluza no han conseguido resolverlos.
Nada más y muchas gracias, señora Presidenta.

La señora PRESIDENTA —Muchas gracias, señora Caballero.
Señor Presidente de la Junta.

El señor PRESIDENTE DE LA JUNTA DE ANDALUCÍA —Sí, señora Presidenta.
Señora Caballero, cuando usted habla del paro y del empleo, usted, simplemente, ha hecho mención a los datos de los tres últimos meses; simplemente.
No, señora Caballero, recoja usted los datos de los cuatro años. Sea usted rigurosa y honesta a la hora de utilizar los datos, señora Caballero. No los de los tres últimos meses, porque a usted le interesa. No, los de la legislatura, los del balance. Y los datos son los que yo le he proporcionado.
Y usted me habla de Delphi. Mire usted, hemos llegado a un acuerdo con los trabajadores de Delphi.
Claro, un acuerdo con los trabajadores de Delphi, y no solamente con los fijos, sino también con los de las contratas, señora Caballero, y no solamente para buscar la mejor cobertura, sino también para asegurarles un puesto de trabajo alternativo. Porque caen empresas —es cierto—, como en cualquier otra sociedad moderna, pero también se crean nuevas empresas. ¿En la Bahía de Cádiz? También. Esa es la realidad también de las cosas.
Y usted me habla del Pepita Aurora. No, mire usted, ya han empezado a cobrar las indemnizaciones, señora Caballero. Han empezado a cobrarlas y tenemos el compromiso de hacerlo, señora Caballero. No puede usted decirme a mí que yo voy a hacerme una foto con ellos. Eso me parece injusto y difamatorio, señora Caballero, porque, si no hubiera ido, usted, seguramente, me lo hubiera criticado también. [Aplausos.] Me lo hubiera criticado también, señora Caballero.
¿Y me dice usted, por ejemplo, que yo he tenido mal trato con los ayuntamientos? Pregúnteselo usted a la Alcaldesa de Córdoba, señora Caballero, o al Alcalde de Trebujena, por ejemplo, por poner algunos ejemplos, señora Caballero.
Claro, y me dice usted lo de Radiotelevisión y habla del consenso... Mire usted, señora Caballero, se lo voy a decir claramente: Primero, el consenso entre ustedes, dentro de Izquierda Unida. Y, si se hubieran puesto de acuerdo dentro de Izquierda Unida, seguramente, nos hubiéramos puesto de acuerdo en relación con la Ley de Radiotelevisión de Andalucía.
Esa es la verdad, señora Caballero. Lo importante de la Ley de Radiotelevisión de Andalucía, que hemos hecho una ley similar a la que se ha aprobado en el Congreso, es que el Director General de la Radiotelevisión de Andalucía va a ser aprobado o elegido en el Parlamento de Andalucía.
Y voy a buscar el consenso de todos. No tengo ya ningún compromiso con ningún grupo en particular, sino con los tres que estén presentes, o con los que estén presentes en la próxima legislatura, si soy elegido Presidente de la Junta de Andalucía: buscar el Director General de la Radiotelevisión de Andalucía, con el consenso de todos.
Señora Presidenta, señora Caballero, termino.
Esta ha sido una buena legislatura. Y yo siento mucho, señora Caballero, que usted pueda estar en desacuerdo; lo siento mucho. Usted podrá decir que podríamos haber hecho más, que podríamos haberlo hecho de otra forma... Usted, el otro día, en unas declaraciones, dijo que ustedes sabían..., que se había notado mucho en las leyes que se habían aprobado en este Parlamento. Por lo tanto, señora Caballero, póngase usted de acuerdo consigo mismo. Creo que sí que ha habido leyes importantes, en este Parlamento, que se han aprobado, de fuerte contenido social. Y, aunque le pese a usted, ha sido una legislatura de un fuerte contenido social, donde se ha avanzado más y donde la inmensa mayoría de los andaluces viven mejor, con más poder adquisitivo también, si echamos cuenta de lo que ha salido de los convenios colectivos.